23. Canción

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Los tres hombres iban en silencio, también estaban preocupados por lo que le pudieran hacer al Omega Mater, pero les sorprendía más que Zhenya, siendo un enigma, no pudiera controlarse. Liberando su aroma ansioso mientras manejaba a gran velocidad hacia la dirección que el rastreador le marcaba, ellos no tenían idea de a dónde los llevaban, pero Zhenya conocía el camino, ya que sabía dónde girar o qué encontraría en el camino.

— Ya recibí la confirmación de que encontraron a Lee Won y Taeui en el bar. No tienen heridas, pero parece que fueron dormidos con un potente somnífero — informó el peliblanco. De esa forma, podían concentrarse solo en el rescate del moreno.

— Si se han atrevido a tocarle un solo cabello — los ojos azules de Zhenya irradiaban ira — yo mismo mataré a mi hermano — sentenció sin duda.

Estaba furioso con él mismo, tenía la obligación de proteger y cuidar de Taekjoo, pero se dejó manipular fácilmente y lo descuidó.

Pero lo que más le molestaba era no poder sentir la conexión que habían creado con sus lobos, eran escasas veces pero podía escuchar los pensamientos del Omega y sentir sus sentimientos en él.

Le fascinaba la sensación de tener eso con Taekjoo, aunque ahora que más lo necesitaba no lo sentía, no había conexión y eso frustraba a su lobo, se sentía incompetente.

— Preparen sus armas, estamos cerca de llegar — habló con seriedad sin apartar la vista del camino.

— ¿A qué lugar vamos específicamente? — pregunto Caesar mientras alistaba sus municiones

— Vamos a la casa de Vladimir y, conociendo al idiota, no estará solo allí —

Aunque también dudaba de que Vladimir siguiera ahí, podría tener influencia en la política, pero sin duda era un cobarde que dejaría a sus hombres hacerse cargo del problema.

Su casa tiene tres niveles bajo el suelo, realizan experimentos y fabricación de drogas en ese lugar, los niveles superiores sólo son una fachada. La prioridad será salvar a Taekjoo — dijo firme.

Caesar e Ilay solo asintieron, contradecir o proponer otra cosa solo enoja más a Yevgeny.

Estaban a un kilómetro del lugar indicado cuando, a lo lejos, pudieron ver cómo el lugar explotó, la onda de aire sacudió el auto haciendo que se detuviera bruscamente.

Aún así, no fue suficiente para detener a Zhenya, quien sin dudar bajó del auto y corrió a toda velocidad siendo seguidos por los otros dos hombres.

En el camino vieron a unas personas huir, pero a simple vista se notaba lo desnutridas, golpeadas y maltratadas que estaban.

Eran los betas de experimentos.

Muchos de ellos se alejaban al verlos acercarse, pero a Zhenya no le importaba en lo más mínimo. No se había dado cuenta de que su corazón latía rápidamente, estaba preocupado por SU Omega.

Se acercaron y se escucharon gritos, disparos y más detonaciones en el interior. Los gritos eran de agonía y otros tantos de enojo. Zhenya vio que al lado de la mansión era por donde los betas escapaban, y se acercó para atrapar a uno de ellos que se asustó al ser retenido.

¡Dónde está el Omega! — grito con la esperanza de que Taekjoo también hubiera huido.

Pero el beta con la mano temblorosa señaló la mansión que aún ardía en llamas, donde los gritos y disparos se habían detenido.

Zhenya soltó al beta y este salió corriendo.

Iré a ver los pisos subterráneos — informó Ilay, pero Caesar lo detuvo.

Indomable [ZhenTaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora