20. Acercamiento

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Caesar miraba desde la ventana de su habitación a los tres coreanos en el jardín. Taekjoo le estaba haciendo un masaje en el vientre a Lee Won, y aunque pidió acercarse, el moreno le dijo que no y les pidió privacidad por unas horas.

Ilay, que estaba al lado de Caesar, miraba a Taeui, quien parecía estar meditando. ¿En serio eso les ayudaría a ellos?

Abre la ventana, la habitación apesta a celos — con diversión, Zhenya entraba jugando con un cigarro.

— Tu pareja no está siendo tocada por otro hombre — murmuró Caesar con enojo.

Zhenya se acercó para ver, aunque estaban a una distancia prudente, podían ver claramente a los coreanos. Taekjoo estaba muy concentrado en el masaje que le daba al alfa pelinegro, sus manos se movían de forma delicada sobre la piel del otro. Fue inevitable para Zhenya recordar las últimas noches durmiendo junto al Omega.

La primera noche fue problemática. Taekjoo exigía dormir en el lado derecho y no tuvo problemas con eso. Él dormía desnudo, pero el otro chico no, y aún así tuvo la audacia de apropiarse de toda la sábana. Que le guste el frío no significaba que debía dejarlo sin nada para dormir.

En la segunda noche, pasó lo mismo con la sábana. Cuando Zhenya intentó abrazarlo para obtener calor, lo único que recibió fue una patada en las costillas que lo envió al suelo. Cuando estuvo a punto de recriminar las acciones del Omega, notó que lo estaba haciendo de manera involuntaria. Taekjoo tenía un sueño pesado pero su cuerpo era muy enérgico, incluso dormido.

La tercera noche pasó algo nuevo. Cuando Taekjoo volvió a dejarlo sin sábanas, se le ocurrió la idea de liberar feromonas y ver si el Omega respondía. Para su sorpresa, Taekjoo abrió los ojos, pero en lugar de la típica mirada café, lo miraba con unos extraños ojos dorados llenos de cariño. 

El Omega se acercó con cautela, como si lo reconociera, y luego enterró su rostro en su cuello. Lo escuchó gemir de satisfacción al encontrar el origen de sus feromonas, y luego el mismo Omega soltó su propio aroma.

Fue la primera vez que logró dormir abrazando el cuerpo de Taekjoo, aunque por la mañana el moreno no recordaba nada y seguía tratándolo mal.

Zhenya aprovechó a su favor la amnesia que parecía manifestar el moreno cuando su lobo tomaba el control, y comenzó a jugar un poco con el cuerpo del Omega.

En la cuarta y quinta noche, Zhenya empezó a dejar mordidas y besos en el cuello. Le gustaba sentir el cuerpo de Taekjoo estremecerse en sus brazos cuando lamía su nuca justo en su glándula de olor.

El Omega parecía disfrutar de sus muestras de afecto e interés, pero por las mañanas Taekjoo lo miraba mal al ver las marcas visibles en su cuello

Taekjoo nunca le reclamó ni lo golpeó, pero sí lo miraba mal, aunque le gustaba. Tal vez era masoquista, pero le encantaba ver esa carita enojada.

En la sexta noche, fue más atrevido: una vez dejó al Omega dormido con sus feromonas bajo el pantalón de dormir del moreno y empezó a restregar su pene contra los glúteos del moreno, disfrutando de la calidez de estos. Al principio fue lento, temiendo despertarlo, pero al escuchar que Taekjoo soltaba suaves gemidos y suspiros, empezó a moverse más fuerte.

Estaba incrédulo de que solo frotándose pudiera alcanzar el clímax, seguro que se estaba volviendo loco, fue entonces que lo escuchó.

— Ah~ Zhenya — un gemido demasiado claro para no escucharlo.

Se levantó rápidamente y fue al baño a terminar su asunto, tomó una ducha fría para calmarse después del calor que le provocó la acción anterior.

Indomable [ZhenTaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora