Indomable [ZhenTaek]

44. Borrar la Felicidad

Reproducir "Touch/Sleeping At Last"
cuando aparezca 🎧

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El fétido olor le daba dolor de cabeza; sentía una presión constante y creía que su corazón saldría de su pecho. Estaba aterrado, le faltaba la respiración y los fuertes dolores en su estómago no disminuían.

La puerta se abrió de prisa y Zhenya se acercó a él - Conejito, ¿qué tienes? - dijo, sosteniendo su rostro y tomando un papel limpio para limpiar los restos de vómito en el rostro del moreno.

- Creo que la comida me cayó mal - murmuró, improvisando una mentira. Zhenya lo sabía, pero no dijo nada.

Ya había pasado otro mes. Para Taekjoo serían 6 meses de gestación. Los síntomas que presentaba son los que debería haber tenido en los primeros meses: mareos recurrentes, vómitos, olfato sensible, y casi no quería comer nada. Había días en que su fiebre era muy alta, se quejaba de dolores abdominales y muchas veces lo encontraba dormido en cualquier lugar: cocina, sala, jardín o piscina.

Zhenya iba a echar agua en la taza, pero antes de hacerlo, Taekjoo la cerró de golpe, impidiendo que viera el desastre que dejó.

Su mirada preocupada se dirigió al rostro del moreno, que estaba pálido, con los labios resecos y ojeras empezando a aparecer bajo sus ojos; tenía una expresión cansada.

Al sentir la mirada del rubio sobre él, el Omega lo miró. Sus ojos incluso se veían diferentes. Zhenya extendió la mano y acarició la mejilla de Taekjoo - Déjame llamar a Salman, esto no es normal - expreso su preocupación.

Taekjoo negó con la cabeza - Estoy bien, son síntomas momentáneos, seguro que mejoraré el próximo mes - estiró su brazo y jaló la palanca del agua. Zhenya lo ayudó a levantarse y le extendió un cepillo con pasta dental.

Sin decirse nada más, solo veía al moreno lavarse la boca y volver a dirigirse a la cama. Se acostó de lado, pues su vientre había crecido más y acostarse boca arriba o boca abajo ya no era una opción desde hace un tiempo.

Zhenya se acercó y lo cubrió con las sábanas. Empezó a jugar con su cabello, lo cubrió con su aroma para relajar al Omega. Estuvo así unos minutos hasta que finalmente lo vio dormir. Rápidamente se dirigió a la cocina a prepararle algo ligero de comer. Mientras cocinaba, pensaba que nunca le había prestado atención a los síntomas de un embarazo.

Nunca pensó estar en esa posición, cuidando de otra persona que esperaba un hijo suyo, pero Taekjoo era todo lo que quería.

Cuando se enteraron de que iban a tener dos hijos, la felicidad era clara en ambos padres.

Les dijeron que ya podían saber el género de los bebés, pero Taekjoo se negó a saberlo. Dijo que sería más divertido averiguarlo cuando estuvieran por nacer, y él no tuvo corazón para decirle que no a esa carita.

Sin embargo, al ver su rostro cansado, le aterraba perderlo; le aterraba que sus pesadillas se hicieran realidad. No quiere perder a Taekjoo, pero teme no poder hacer nada por ayudarlo.

La puerta de la cocina se abrió y Caesar entró. Cuando Taekjoo se enfermó, Lee Won y Taeui pidieron quedarse un tiempo con ellos para conocer el estado del moreno y ayudarlo.

— ¿No ha mejorado? — preguntó el mayor acercándose por un vaso de agua.

— Su fiebre va y viene, pero aún no come nada; ni siquiera el aroma del ramen o el kimchi logran despertar su apetito —