¡Clau, fighting!🦸‍♀️

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 Dos acontecimientos importantes marcaban la agenda de este fin de semana. Uno era el estreno de la tan esperada precuela de Juego de Tronos, La Casa del Dragón, que sería transmitida en la gran pantalla del estadio este domingo. Las especulaciones sobre lo que traería la nueva serie recorrían todo el campamento y el hype se palpaba en el ambiente.

  La otra actividad que tenía entretenidos a los campistas era la de hacer los preparativos para la ceremonia final que se celebraría un día después, coincidiendo con el comienzo de semana.

  Banderas de todos los fandoms colgaban de las paredes del gran comedor, acompañando a la tradicional bandera bicolor del campamento. Los campistas buscaban cualquier espacio para colocar referencias a su serie, banda, videojuego o libro favorito. Poco a poco el salón se desprendía de la sobriedad para transformarse en un estallido de color.

  Mi vista se detuvo en la tarima del fondo, donde en aproximadamente dos días, 8 horas y 40 minutos estaría yo en pie para pronunciar un discurso. Hace un par de días la idea no me aterrorizaba tanto, pero mientras el inminente evento se iba acercando, la tensión en mi cuerpo iba en aumento.

  Vanesa a mi lado lo notó.

—Cuando tengo que hablar en público, me imagino que soy la heroína de un libro —dijo—. Pienso en cómo actuaría ella en una situación así. Entonces no me es tan difícil ser valiente.

  Las chicas también me habían dado consejos cuando les confirmé mi decisión y Nora me había apretujado en un abrazo de oso prometiendo que me haría porras desde el público.

  Erik no estaría presente en la ceremonia porque ese día debía estar a varios kilómetros del campamento, gestionando toda la actividad en las redes sociales para reclutar fans de todas partes del mundo y unirlos a nuestra causa. Me había dicho en broma que hubiese deseado tener un Armario Evanescente como el de Harry Potter para poder ir de un sitio a otro sin perderse mi discurso. Pero en la vida real eso no era posible, así que tenía que conformarse con enviarme buenas vibras desde la lejanía.

  Había recibido mucho apoyo, incluso de personas de las que ni siquiera conocía el nombre, y que por alguna misteriosa razón, se habían enterado del desafío de Piedad.

Sonreí al recordar la frase que Albus Dumbledore le había dicho a Harry Potter. “Tu enfrentamiento con Quirrell es un secreto, así que, naturalmente, todo el colegio lo sabe”.

Ya no había escapatoria posible. Había llegado hasta aquí y debía mantenerme firme, hasta el final.

  Pero había una voz que todavía me faltaba por escuchar. Necesitaba unas últimas palabras de aliento.

                              

—¡Ánimo!  —La voz de mi madre salía del artefacto de la recepción—

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—¡Ánimo!  —La voz de mi madre salía del artefacto de la recepción—. Yo sé que puedes dar ese discurso y dejar boquiabiertos a todos.

—Bueno, espero dejarlos boquiabiertos por una buena razón y no porque lo haya hecho fatal —dije con una risilla nerviosa.

—Lo vas a hacer bien —me tranquilizó—, pero si te equivocas tampoco pasa nada. Un cantante puede desafinar en un concierto, una patinadora puede caerse. Es menos grave de lo que te parece ahora.

Hubo un vacío de sonido solo interrumpido por el sonido de nuestras respiraciones.

Podía imaginármela ahora mientras hablaba conmigo. Siempre que tenía una conversación telefónica, mi madre acostumbraba a quedarse en pie con la cabeza ladeada recostada sobre una de las columnas de nuestra sala. Ahora, a varios kilómetros de distancia de ella, yo también dejaba reposar mi cabeza sobre el viejo artilugio que transmitía nuestras voces. De esa forma sentía que estábamos una al lado de la otra.

—Deséame suerte —le pedí.

—Toda la suerte del mundo.

  Estaba lista para esta última batalla. Aunque mis fuerzas fueran considerablemente inferiores a las de mi enemigo, no perdería la oportunidad de luchar hasta el último aliento. ¿No era eso lo que había aprendido en los libros?

Mundo de allá afuera, ustedes también deséenme suerte.

¿Fangirl? Siempre (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora