Tras cambiar de ciudad por el trabajo de su padre, Kiara Lewandowski intenta cumplir su sueño de ser diseñadora y fotógrafa profesional, sin pensar en relación o chicos que puedan cambiar sus planes. No es hasta que un de chico llega a su vida de ma...
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Estaba en la recepción de el hotel mientras esperaba a Kiara, acababa de enviarle un mensaje avisando que estaba aquí, mis recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior era muy pocos, pero los necesarios como para recordar que me había dicho que hablaría conmigo cuando no estuviera ebrio.
Este era el momento.
Caminaba en círculo nervioso, no sabía que le diría, ¿le pediría las llaves de mi coche y luego le iría? obviamente no, esa era mi oportunidad para invitarla a salir y para aclararle las cosas que habían pasado las últimas semanas.
Pasaron unos diez minutos y aún seguía sin aparecer, comencé a dudar de si vendría o me dejaría esperando más tiempo, pero en ese instante aprecié como el elevador se abrió, dejándome verla, se acercaba a mi jugando con las llaves en sus manos.
—Hola. —habló con su cálida voz. —¿Estás mejor?. —fue lo primero en preguntarme.
—Hola, si...Perdón por molestar ayer por la noche.
—No te miento, me sorprendió que me llamaras a esas horas, pero luego entendí el porqué lo hiciste.
No dije nada, solo me quedé mirándola a los ojos, la extrañaba tanto...
—Por cierto, ten. —me pasó las llaves con las que venía jugando hace un minuto. —Por favor no vuelvas a conducir si estás ebrio, se que eres un piloto, pero es peligroso.
—Prometido. —dije tomándola.
Ambos nos quedamos en silencio, no era incómodo, pero si era ¿extraño?...mirarnos a los ojos sin decir nada, era como decir mucho sin necesidad de palabras.
—Te veo luego... —Kiara dio la vuelta para irse pero la detuve colocando mi mano en su muñeca.
—Quería invitarte a comer algo, para agradecerte por cuidar de mi preciado coche. —sonreí.
Ella me devolvió la sonrisa.
Era una buena señal.
—No fue un problema, se portó bien tu bebe. —dijo refiriéndose a el coche.
