Tras cambiar de ciudad por el trabajo de su padre, Kiara Lewandowski intenta cumplir su sueño de ser diseñadora y fotógrafa profesional, sin pensar en relación o chicos que puedan cambiar sus planes. No es hasta que un de chico llega a su vida de ma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las luces de la ciudad brillaban como estrellas en la noche mientras paseaba con Dani. La emoción y el ambiente festivo era contagiosa, ya se acercaba la navidad por lo que las calles estaban decoradas hermosas. En mi interior había una mezcla de nervios y ansiedad que no podía ignorar, había sentido algunos síntomas extraños y aunque no me había negado los primeros días, una parte de mí sospechaba que podía estar quizás, embarazada.
Le mencioné a Daniela, ella viajó con la excusa de querer visitarme, pero en realidad yo le había pedido que lo hiciera, quería que alguien cercano estuviera para enfrentar este momento tan delicado, y no le había dicho nada de esto aún a Charles, no quiero que él se ilusione con la idea de que quizás pueda ser padre.
Mi amiga me miró, notando mi inquietud mientras admirábamos las decoraciones navideñas en las calles.
—Kie, aquí hay una farmacia. —dijo Dani señalando un pequeño establecimiento con un letrero. —Debemos comprar la prueba, ahora.
Asentí mirándola.
Ambas entramos y busqué entre los estantes hasta encontrar la prueba. Mi corazón latía con fuerza mientras la sostenía en mis manos. Después de pagar, salimos a la calle nuevamente.
—Ahora solo tienes que esperar a que lleguemos a casa, para hacerla. —dijo mi amiga tratando de aliviar la tensión en el aire.
—Claro. —hablé tranquila, pero no podía evitar sentirme ansiosa.
—¿Qué harás si resulta positivo?. —preguntó Dani, mientras nos deteníamos frente a un árbol de navidad gigante.
—No lo sé...Charles hace unos meses mencionó que quería ser papá, pero no sé si estaba bromeando o lo decía en serio.
—Eres su prometida, obviamente él quiere forma una familia contigo.
Lo que decía mi amiga era cierto, y algo dentro de mí también quería que esa prueba diera positivo.
Nunca me he imaginado siendo madre, pero es algo que debe ser lindo, si lo fuera ese bebé sería amado desde el primer momento.
—
Esa noche después de volver a casa, la ansiedad se apoderó de mí mientras sostenía la prueba de embarazo. Dani estaba a mi lado creo que más nerviosa que yo.
—¿Lista?. —me preguntó Dani.
Tome una respiración profunda, y asentí.
Entre a el baño y cerré la puerta detrás de mí. El silencio era abrumador, y cada segundo se sentía como una eternidad.
Finalmente escuché el sonido de el temporizador y supe que era hora de mirar. Con el corazón latiendo, abrí mis ojos lentamente y miré la prueba. Un nudo se formó en mi estómago mientras trataba de procesar lo que veía. Dos líneas.
