23. Celos, celos y más celos

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Riki andaba caminando tranquilo por el patio luego de llegar tarde y jubilarse de orientación. Andaba en la cantina echando chismes con la señora, cuando el timbre sonó dando inicio al recreo.

Él iba a andar de ninja y salir corriendo a algún salón, todo para no toparse con Naomi ni con Jungwon, aunque a este último sí o sí lo tenía que ver porque estaban en el mismo salón, pero mejor que no se los encontrara a los dos.

Aunque claro, la suerte jamás esta del lado de Riki, y cuando iba a escapar modo ninja hacia los salones de primer año, vió como venían los dos chamos por el pasillo, bien pegados porque Jungwon la andaba abrazando por sobre sus hombros, vaina que a Riki le ocasionaron como más ganas de salir corriendo.

La pelirroja paró cuando lo vió de lejos, haciendo que el pelinegro a su lado igual detuviera su paso y volteara a ver a Riki, aunque su mirada no era neutral como la de Naomi sinó más bien molesta.

Sí, bueno, Jungwon aún estaba arrecho.

Naomi sacudió su mano a lo lejos como saludandolo y él le devolvió el saludo para luego salir corriendo ahora sí antes de que se acercaran o algo.

—El más salado del mundo, nawebonada.

—¡Sebas vamos a bajar!

Riki volteó viendo a Carlos, Kevin, Manuel y otros chamos de quinto reunidos, iban a la cancha sí, pero él no andaba con muchas ganas de ir a jugar.

—No voy, vayan sin mí.

—¿Y Daniel? —pregunta otro chamo y Riki señala hacia donde se fue la pareja de hace un momento— Ah vaina con la novia, bueno nos vimos, chino.

Riki se quedó un rato tieso pensando en lo que dijo ese chamo, no sabía si lo de "novia" lo había dicho en serio o andaba jodiendo como siempre, pero tampoco quería enterarse, así que siguió su rumbo hasta los salones de primer año que eran los más alejados del liceo.

De paso hoy salían tarde, ¿qué mejor día para saltar baranda abajo desde esos salones? Nah, mentira.

(...)

—Jay, Jay.

—Dígame, Gigi.

Sofía le mostró por encima una conversación que había tenido con el Junhui, Jay mientras leía la vaina le pasó la malteada que acababa de comprarle.

—Me invitó a salir, según su primo cumple años esta semana y me dijo para ir.

El pelinegro tensó la mandíbula cuando se dió cuenta que su primo se le había adelantado a invitarla a su propia fiesta de cumpleaños, asintió cuando terminó de leer la conversación y tomó de su malteada intentando pasar el sabor agrio que le había dejado esa información.

—Verga hablando de cumpleaños ¿Cuándo cumples tú?

—¿Te gusta Junhui? —evadió la pregunta.

—¿Ah?

—¿Te gusta él o te gusta la idea de que fue él quien te besó ese día?

Sofía se le quedó mirando un buen rato y en vez de responderle comenzó a tomar de su malteada, apartando su mirada de él para ver la decoración de la cafetería como si fuera la vaina más arrecha del mundo.

—Te compro esa respuesta.

—No sé, pues, a lo mejor me gusta el chamo.

—Pero si apenas has hablado con él unos días, Giselle.

—Coño.

La morena lo paró arrugando la frente.

—¿Cómo que Giselle? ¿Andas arrecho?

CURDOS Y MAREADOS ── ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora