Capítulo 12: música que habla

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Panem - Distrito 12

Desde la bañera en el primer piso podía escucharse el alboroto abajo. El rugido de los autos, las bocinas, saludos efusivos que parecían gritos, puertas dando azotones; todo lo que le esperaba al cruzar la puerta del baño. Aún así, del lado de la puerta en el que ella se encontraba, el mundo le daba vueltas.
Una visita del presidente, la amenaza directa a Morgan, a su familia, la presión por hacer las cosas bien. ¿Cuánto tiempo tendría antes de que alguien saliera lastimado por su culpa?

Intentó sumergirse en el agua, queriendo ahogar la voz en su cabeza que comenzaba a aturdirla. Después de unos minutos dejó la bañera para envolverse en una toalla y salir, siendo abordada casi al instante por su séquito. Octavia, Venia y Flavius estaban demasiado extasiados de verla, aunque su emoción pareció ir en picada cuando vieron su trabajo de hacía meses haberse evaporado. Katniss se había mordido las uñas casi hasta la raíz, tenía las cejas crecidas y el cabello seco.
Permitió que ellos hicieran su magia, dejando que la sentaran en la alcoba para que cada uno trabajara en su área correspondiente. Tenía a Octavia limándole las uñas de manos y pies, Venia se encargaba de deshacerse de cualquier vello que estuviera fuera de la silueta de su ceja y Flavius le empapaba el cabello con un suero que se aseguraría de revivirlo y dejarlo como nuevo. Como era costumbre, parloteaban sin parar mientras trabajaban y Katniss ensordeció durante toda la conversación hasta que escuchó algo que la hizo prestar atención.

—¿Es verdad que Morgan no estará en la gira?— preguntó Venia terminando de maquillar los ojos de Katniss.

Ésta última sintió un vacío nacerle en el estómago al caer en cuenta. Quizá parte de sí misma había esperado que después de 6 meses lejos de casa Morgan finalmente estaría lista para volver.
Aún podía recordar cómo fue sentir que su corazón caía al suelo mientras escuchaba a la vencedora prácticamente escupirle palabra tras palabra la última vez que se habían visto.

—¡No seas boba!— exclamó Octavia en respuesta, pegándole un flojo golpe en una de los brazos —. Claro que estará, los mentores siempre deben acompañar a sus vencedores.

—Es el protocolo— asintió Flavio causando que una sonrisa de superioridad tirara de las comisuras de Octavia hasta que él añadió un pero a su oración —, sin embargo desde su última entrevista los rumores han estado volando.

—¿Qué última entrevista?— preguntó Katniss antes de poder detener su propia boca.

—¿No la has visto?— Flavius parecía consternado, deteniendo un momento su tarea para mirarla y confirmar lo que decía. Era como si no pudiera conceder que alguien no estuviera pendiente de cada cosa que era televisada en el Capitolio. A veces la castaña olvidaba que ellos no eran conscientes de que la gente en los distritos tenía cosas más importantes por las cuales preocuparse en lugar de estar pendientes de la vida de los vencedores; como no morir de hambre, por ejemplo.

Octavia abrió la boca a punto de comenzar a contarle cada insípido detalle de la entrevista que había dado un vuelco a la ciudad de lo extravagante hasta que Cinna abrió la puerta para asomarse.

—Es mi turno— indicó dejando la puerta abierta hasta que los tres salieron y volvió a cerrarla —. ¿No te agobiaban mucho?

—Generalmente diría que sí— Katniss sonrió con ligereza. Había algo sobre Cinna que le permitía respirar de nuevo.

—¿Generalmente?— Cinna comenzó a colocar libretas llenas con bocetos de diseños de moda que él mismo había creado a lo largo de la habitación.

Después de que un vencedor sobrevivía a los juegos recibía la suficiente cantidad de dinero para no tener que volver a dedicarse a nada por el resto de su vida. No había que volver al colegio ni tampoco participar en la industria de su distrito, sin embargo eran forzados a encontrar alguna habilidad para poder explotarla frente a las cámaras de la prensa; todo para reanimar la llama de atención de los espectadores. Habían algunos que se dedicaban a la botánica, la escritura, entre otras cosas. Incluso hubo uno hace algunos años que reveló lo mucho que le agradaba coleccionar rocas de apariencias extrañas. Eso seguramente ni siquiera contaba como una habilidad pero para cuando fueron consientes ya lo había anunciado a nivel nacional y, por si no había quedado claro antes, el Capitolio jamás admitiría que se había equivocado.

Cenizas | Katniss EverdeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora