Cenizas | Katniss Everdeen

Capítulo 23 - Amenazas latentes

MARATÓN 4/4

Dentro del estadio
( Funeral - Phoebe Bridgers )

Ambas se sentaron en silencio a las afueras del fuerte, con sus armas en mano mientras contemplaban la jungla en su faceta mas escalofriante. Morgan perdió la mirada en la luna pálida que las vigilaba desde arriba ofreciendo su luz blanca y dando una apariencia casi fantasmagórica a la vegetación. Dentro de su cabeza las cosas eran un verdadero caos; habían memorias que se difuminaban impidiéndole recordarlas del todo, otras tantas aparecían de manera continua como un bombardeo que le hacía doler la cabeza.

—¿Estás bien?— preguntó Katniss acercándose a ella, sentándose entre sus piernas para apoyar la espalda en su pecho mientras se envolvía en la calidez que tanto había añorado ese tiempo.

—Deja de preocuparte tanto, estoy bien— mintió esforzándose por ignorar el sutil dolor que comenzaba a nacer de la parte superior de su cabeza  y acomodando uno de los mechones castaños de Katniss tras su oreja.

El tacto de Morgan era frío pero su roce creaba una sensación tibia en la piel de Katniss. Una sensación de calor que se había esforzado por replicar con Peeta, buscando de manera desesperaba algo que no encontraría en otra persona. Y ahora que lo sabía, la culpa parecía comenzar a carcomerle los intestinos.

—Me aterró pensar que te perdería antes de tiempo— confesó Katniss en un murmullo, mirando los árboles.

—Que lo digas así lo hace ver tan trágico— observó Morgan intentando hacer una broma que murió en el intento —. Yo no quiero que nuestro amor se vuelva trágico porque es demasiado bueno para etiquetarse en una palabra tan fría— suspiró volviendo la mirada a la luna —. Ya tienes un amor trágico, quiero que el mío se sienta como algo que te duraría hasta después de que muramos.

—No digas esa palabra— pidió Katniss tensándose ligeramente entre sus brazos —. No puedo pensarlo sin sentir miedo.

—¿Crees que nos muestren en la transmisión?— preguntó Morgan cambiando de tema para tranquilizarla —. Que te muestren así de cerca con alguien que no sea tu prometido.

—Lo que creo es que harán cualquier cosa para lograr que me odien en los distritos— asintió Katniss girándose sutilmente para apoyar la mejilla en el pecho de Morgan, escuchando su corazón latir de manera regular y fuerte; como un tambor poderoso que hacía vibrar sus terminaciones nerviosas —. Y ahora estoy segura de que no me importa, porque puedo estar aquí contigo de ésta manera sin preocuparme por lo que vendrá después.

—Eres tú la que lo menciona ahora— dijo Morgan a mitad de una suave sonrisa, llevando sus labios al cabello de Katniss para dejar un beso.

Estuvieron en esa posición un par de minutos más, Morgan mantuvo el agarre en su espada mientras sentía a Katniss lentamente caer en un sueño tranquilo recostada sobre su pecho.
Durante un instante se permitió mirarla. Sus pestañas largas, cejas delgadas, labios carnosos, nariz respingada y el apenas perceptible rojo en la piel de sus mejillas debido al bochorno de la jungla. No tenían mucho tiempo, y quizá si se lo permitieran, detendría el flujo de tiempo ahí mismo. Aún así, se permitiría disfrutar de ello tanto como le fuera posible.

A lo lejos, el sonido de un fuerte relámpago captó su atención, el cual golpeó la punta de un árbol altísimo antes de dar inicio a una tormenta eléctrica. Continuó esperando a que la lluvia llegara hasta ellos, pero no lo hizo. El sonido de las gotas al golpear las hojas de los árboles se mantuvo a cientos de metros de distancia, siendo pronto opacado por el ruido del cañón al dispararse. Alguien había muerto. Era extraño, pero no despertaría a Katniss ni a nadie de su equipo por una muerte más.