Capítulo 15: ¿quién es Katniss Everdeen?

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NOTA DE AUTOR

Holaa, qué tal, espero que estén muy bien.
Ya sé, dos días seguidos aquí y 3 capítulos en menos de una semana, seguramente el mundo se va a terminar.
Me da gusto decir que he tenido tiempo para escribir y les he estado regalando capítulos extras. La verdad es que a partir de aquí la historia empieza a tomar un camino interesante sin alejarse mucho de la trama original y eso me emociona bastante. Me han estado llegando muchas ideas nuevas e intento adaptarlas lo mejor que puedo, así que mientras esté en mis manos estaré por aquí muy seguido.

Agradezco el apoyo que la historia está recibiendo y espero que sigan tan enganchados como yo. Alisten un par de cajas de pañuelos, los haré sufrir un poquito.

Disfruten el capítulo.

Endless love, Jax

Panem - Distrito 12
3 semanas después

No había una sola noticia sobre ella. No habían entrevistas, no habían fotografías, no habían indicios de nada. Nada. Una gran, absoluta e hiriente nada.
Katniss se había empeñado en ver cada una de las emisiones del programa de Caesar Filckerman esperando verla ahí; sentada sobre uno de sus sillones de cuero blanco con un deslumbrante traje negro, abrumada por los aplausos y el calor de la gente, tan imponente como siempre. Sin embargo no importaba cuánto lo deseara, no importaba cuánto se convenciera de que finalmente sería el día en que la vería, porque al final jamás aparecía.

Morgan no estaba ahí.

Ésta vez no había sido llevada para extravagantes banquetes en la residencia presidencial. No había sido llevada para extensas entrevistas ni sesiones de fotos. Ésta vez estaría ahí para hacerla sufrir. Y ese sencillo pensamiento le causaba náuseas.

Katniss metió las manos en el armario para rebuscar la ropa de invierno que Cinna había dejado para ella; vistiéndose así con un mono que la cubría de pies a cabeza, botas impermeables y guantes térmicos. Normalmente llevaría su ropa usual de caza, pero con el frío que había hecho últimamente acabaría vuelta un cubo de hielo apenas poner un pie afuera. Bajó los peldaños de la escalera de su casa con sumo cuidado, procurando pisar las orillas para que estos no rechinaran. Una vez estuvo abajo llenó su saco de caza con provisiones para el día, tomando también un termo con té caliente y saliendo finalmente. Sentía su cabeza palpitar, los ojos le ardían y tenía la garganta adolorida por los sollozos que tenía que forzarse a callar noche tras noche. Aún así, no quería seguir en casa.

Desde la llegada de Thread las cosas en el distrito doce habían ido de mal en peor. Durante dos semanas las minas habían permanecido cerradas y, para entonces, la mitad del distrito ya moría de hambre. El número de niños que pedían teselas se había disparado, incluso aunque muchas veces ni siquiera les dieran las raciones completas. Cuando finalmente abrieron las minas redujeron los salarios y duplicaron las jornadas de trabajo, enviando a los mineros a profundidades descaradamente peligrosas. Incluso habían comenzado a hacer uso excesivo de las máquinas de tortura en la plaza, castigando a las personas por cosas que hacía mucho tiempo que no eran penadas; tanto que la gente había olvidado que eran ilegales. Bastaba con decir que hasta le gente que era estable económicamente muchas veces volvía de las tiendas con las manos vacías; así había iniciado la escasez de comida.

Atravesó los caminos que los mineros recorrían a diario para trabajar, así sus huellas no sobresaldrían. Llegó poco después a la zona débil de la alambrada, entrando por el hueco en ésta para después procurar limpiar el rastro en la nieve y descender entre los árboles.

Thread no había puesto tanta atención a la alambrada como habría supuesto, después de todas las nuevas normas y sanciones que se habían impuesto cualquiera hubiera pensado que llevaba días electrificada. Aún así, Katniss no había ido a confirmarlo hasta ese día.
Incluso viendo las decenas de personas que su madre curaba al día por las sanciones de Thread, viendo los niños demacrados por hambre o la constante presión en el pecho desde que se habían llevado a Morgan, no había necesitado salir al bosque. Fue hasta la noche anterior que sintió el aire escasear en sus pulmones cuando llegó un paquete a su puerta con una nota de Effie que decía:

Cenizas | Katniss EverdeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora