Capítulo 14

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Blame – The Maine

Nerea.

La entrevista había sido tan exitosa que se convirtió en uno de los programas con más rating de la temporada. Debo admitir que verlo a través de la pantalla hablando sobre su trabajo, de cuando se había enamorado del diseño y de lo mucho que le gustaba trabajar con ese tipo de metales solo hizo que yo quisiera seguir escuchándolo directamente de él. Lucía tan guapo en la televisión que estaba segura que no era la única que babeaba por él.

Cuando las fotografías de la sesión con Emily aparecieron en su revista de modas, Lee Karat pasó de ser una tienda reconocida por su joyería, a ser reconocida por las hermosas piezas y el delicioso artesano de la misma. Al menos así era como lo describían en las redes sociales.

Se mencionó el corazón un par de veces pero en ninguno de los medios se habló del precio real por el que estaba valuada la pieza, al menos así lo había decidido Paul.

No lo había visto desde esa noche en que me había quedado a dormir con él. De eso ya habían pasado un par de días. Sí me enviaba algún mensaje en el día, pero tanto él como yo estábamos ocupados en nuestras propias rutinas. Además, él tendría un viaje a Nueva York pronto y se estaba preparando para ello.

Ahora estaba ocupándome de los últimos detalles para una ceremonia de graduación que tendríamos en uno de los salones de nuestra universidad. Acomodaba los manteles de la mesa donde estarían los invitados especiales sobre el escenario cuando vi a Zack acercarse con las flores para la decoración. Al verme, me sonrió de inmediato. Alcé una mano para saludar y cuando él terminó de acomodar las flores al borde del escenario, se acercó a mí.

—¿Cómo estás? —preguntó con una sonrisa agradable.

—Bien —respondí— tenía días que no te había visto. ¿En qué andabas?

—Los exámenes finales me tenían de cabeza, son pocos alumnos pero revisar el desastre que hacen —simuló darse un tiro en la cabeza—. ¿Estuviste bien en casa? Saliste corriendo de mi auto la última vez.

—Oh eso... solo quería ir al baño —mentí y él sonrió de nuevo—. ¿Tu hermana? Siento que hicimos el ridículo en esa exhibición.

—Todo salió bien, al parecer el señor Lee estaba muy contento con el resultado del evento. Dice que hasta le dio un generoso bono extra —me alzó las cejas.

—¿Bono?

—No lo sé —se encogió de hombros—. Creo que la llevó a cenar para agradecerle, regresó muy tarde y contenta.

Entrecerré los ojos, no había visto a Paul en un par de días, pero jamás mencionó ningún tipo de cena de agradecimiento con otra mujer. Pensé en Vanessa, la hermana de Zack. Ella era realmente guapa, alta y muy elegante. Pensé en ambos cenando juntos, a solas y de pronto comencé a sentirme enojada. Pensar en Paul riéndose con otra mujer solo hizo que mi estómago se sintiera enfermo.

Seguí alisando el mantel con ambas manos, hasta que Zack se inclinó para que lo viera a la cara.

—¿Estás bien?

—Sí —sonreí y él también lo hizo—. Que bueno que todo salió bien en la exhibición, pensé que la habríamos metido en problemas.

—Te dije que todo estaría bien —aseguró y yo solo asentí apartándome para poder acomodar las carpetas con las cartas pasantes que se le entregarían a los estudiantes que estaban por graduarse.

—¿Tú y el señor Lee se conocen? —preguntó de pronto, él ahora estaba acomodando el atril donde estaría el maestro de ceremonias.

Alcé la cara, Zack me veía desde su lugar, el corazón que colgaba debajo de mi blusa se sintió un poco más pesado.

El Corazón de NereaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora