El Corazón de Nerea

Capítulo 26.

Beautiful Things – Benson Boone

Nerea

Estaba cansada, tenía hambre, sueño y el retumbar dentro de mi cabeza no me permitía pensar con claridad. Paul había decidido ir a buscar algo para que comiéramos. Yo seguía esperando a que llevaran a Ellis a una habitación. Habíamos hablado de su traslado, pero la verdad es que la cantidad de dinero que se gastaría en ello estaba por terminar con mis nervios. Además, aunque quisiera que esto se hiciera pronto... él no podría viajar hasta dentro de una semana si es que su corazón seguía estable.

Pensaba en todo lo que tendría que hacer para poder llevarlo a casa, en los tratamientos que necesitaría, los cuidados que llevaría, las cirugías faltantes para tratar las quemaduras en su pierna. Me preguntaba si volvería a caminar, me preguntaba cuánto tiempo tardaría para que él necesitara de un corazón nuevo. ¿Cómo demonios haríamos para demostrar que podríamos mantenerlo? Esa y un montón de preguntas más rondaban mis pensamientos, cuando sentí un extraño dolor de estómago que me hizo jadear un poco. Traté de ignorarlo, pero me sofocaba.

La señorita Collins regresó, me erguí, no quería que sospechara que no era capaz de cuidar de Sarah. Ella me pidió que la acompañara hacia donde estaban las oficinas del hospital. Me levanté con cuidado y la acompañé por los pasillos hasta el área donde estaba solo el personal. Me metieron a una sala y noté que había dos oficiales de policía, así como una persona mas que sostenía a Sarah. La niña en cuanto me vio entrar comenzó a llorar y a estirar sus brazos hacia mí. Pero no le permitieron que se acercara, así que siguió gritando y llorando fuerte mientras ellos hablaban.

—Señorita Scott, hemos recibido su solicitud de tutoría para el cuidado de Sarah Lucas, se sometió a revisión y ha sido aprobada —sonreí, me sentía aliviada—. Sin embargo, tendrá que presentarse ante un juzgado en los próximos días para saber si se continuará con esto o en el mejor de los casos, para que el señor Lucas presente su declaración y regrese a él la custodia de su hija. En caso contrario, se llevará a Sarah a una casa de acogida mientras se resuelve su caso. Ella ha tenido un día horrible. Desearíamos que la supervisara muy bien. No sufrió ningún daño, solo algunos rasguños. Gracias al cielo iba en su asiento y solo está asustada.

—Está bien.

—Señorita Scott —murmuró la señorita Collins—. La madre biológica podría apelar a tener la tutoría de la niña, así que tenga mucho cuidado con ello. No sabemos las razones por las que ella no fue nombrada en primer lugar, pero esperamos que sea por alguna razón lógica.

Cuando el proceso terminó, me entregaron unos documentos y a Sarah. Ella al estar en mis brazos, se acurrucó a mí y solo quería llevármela para poder bañarla y hacer que durmiera un poco. Ya había comido pero sabía que ella todavía tomaba fórmula y aunque ya caminaba, no podía hacerlo sola y por mucho tiempo.

Cuando llegué a la sala de espera, Paul estaba en las sillas sosteniendo unas bolsas en las manos y veía algo en su teléfono. Me acerqué y en cuanto él se percató de mi presencia se levantó. Ver a Sarah en mis brazos solo hizo que él se relajara un poco.

—¿Cómo está? —preguntó, pero yo sentía que mis ojos se llenaban rápidamente de lágrimas.

Sarah me abrazaba por el cuello, hundiendo su cara entre mi cabello. Paul suspiró y me abrazó con la niña aún sobre mí. Besó mi frente y yo sentí que no podía más. Todo se derrumbaba lentamente y mis esperanzas comenzaban a desaparecer. ¿De verdad podría salir de algo así?

—Todo estará bien, te lo prometo —susurró cerca de mi oído— todo estará bien.

...

Ellis había salido de terapia intensiva y ya se encontraba en una habitación. Con el dinero que tenía en el fondo de emergencias, así como el dinero que teníamos en mi cuenta para el fondo universitario de Demian, había logrado pagar los procedimientos que ya se habían hecho en él. Sin embargo, me había quedado con tan poco dinero que no podía ni siquiera comprar un chocolate.