Capítulo 23.

44 5 0
                                    

Dance Her Home – Cody Johnson

Paul

¿Alguna vez han tenido un mal presentimiento? ¿Alguna vez han soñado con algo que no los deja en paz? ¿Alguna vez han sentido un hueco en el estómago desde que despiertan y no es hasta que sucede algo que saben por qué estuvo ahí en primer lugar?

Hoy es mi cumpleaños, generalmente no los celebro mucho. Wess siempre trata de hacerme ir de fiesta pero casi siempre las mañanas de ese día lo pasaba con mi familia y el resto de la tarde veía alguna película con Laura o íbamos de compras o no hacíamos nada, solo me quedaba en casa. Pero hoy, hoy sería diferente.

Nerea había aparecido en mi trabajo, con una mochila, una maleta y las llaves de la camioneta de Adam. Me dijo que haríamos un pequeño viaje y que necesitaba que me tomara el fin de semana. La idea de pasar un fin de semana a solas con ella, en otra parte del mundo, me encantaba más que cualquier otra idea de celebración de cumpleaños. Terminé lo que estaba haciendo y salí con ella de ahí.

Se había encargado no solo de avisar a mi familia que hoy no podría celebrar con ellos, sino que estaríamos en un fin de semana romántico solo los dos. Una parte de mí se sentía nervioso, me encantaban nuestras citas, más aún me encantaba siempre terminar enrollado entre sus piernas después de un par de carcajadas y una cena deliciosa. Mi corazón y mi cuerpo se sentían enteros cuando ella estaba conmigo, es así... que pasar dos días enteros a su lado me causaba cierta ilusión.

—Estás muy callado, ¿quieres conducir tú?

—No amor —murmuré mientras me abrochaba el cinturón—, me gusta que conduzcas solo me siento algo ansioso por saber el lugar en el que estaremos.

—Cuando lleguemos hará calor, pero de noche estará un poco frío...

—¿Cómo hiciste para empacar mis cosas? —pregunté y sonrió mientras se adentraba en el tráfico—. ¿Ulises?

—Sí, me abrió tu puerta —alcé las cejas—. ¿Tienes problema con ello?

—Me sorprende que te abriera sin llamarme para dar el consentimiento —ella me miró de soslayo—. Recuérdame al regresar sacar una copia de la llave, para que no tengas que decirle a él que te abra.

—¿Metí en problemas a Ulises? No quiero que lo regañes —reí, hasta por él se estaba preocupando.

—No, pero no quiero que pienses que no tengo la confianza como para entregarte una llave de mi departamento —sonrió y asintió— ¿te das cuenta de que ya tenemos once meses de relación?

—Sí —dijo moviendo sus hombros en un baile divertido—, los once meses más bonitos que he vivido.

—¿De verdad eres tan feliz? —pregunté recargando mi brazo en la ventana.

Nerea había dejado crecer nuevamente su cabello y lucía negro como siempre. Sus labios los había pintado de un bonito color marrón y sus mejillas lucían de un color durazno que invitaba a morder. Llevaba unos lentes oscuros que le quedaban perfectos. De verdad era la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Llevaba una chaqueta de mezclilla y usaba una camiseta negra con el estampado del samurái X, era mía pero a ella le había gustado tanto que se la obsequié. Me encantaba cuando usaba mi ropa, ella decía que le quedaba muy grande, pero no le importaba. Decía que lo que más le gustaba era que siempre oliera a mí, aunque las lavara. Decía que mi ropa ya estaba muy impregnada de mis perfumes caros.

Era posible que yo comprara mi ropa en Walmart o por internet, pero la verdad sí tenía una pequeña obsesión con oler bien. Usaba distintos perfumes, pero la mayoría de las veces usaba uno que le gustaba mucho a ella, no sabía que era su favorito hasta que un día llegó a mi trabajo después de una tarde muy cansada, me abrazó, me olió el cuello y dijo: solo necesito esto para poder seguir con mi día.

El Corazón de NereaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora