Mine - Kelly Clarkson
Nerea.
Ellis estaba sentado en el taburete que siempre ocupaba, se había servido café en su taza preferida y tenía la vista fija en un tenedor. Me senté frente a él, tomé la taza de café y di un trago. Ambos nos quedamos en silencio mientras desayunábamos. Pero él no tardó en romper la tranquilidad que había.
—¿Podemos hablar? —preguntó mirándome fijamente.
Alcé la cara, no parecía haber dormido mucho, siempre se le hacían ojeras cuando se desvelaba más de la cuenta.
—Eso espero, sino de verdad no sé qué estás haciendo aquí —él apretó los labios—. No quiero pelear más Ellis, creo que ayer ya te grité demasiado. No me siento con ánimos de discutir.
—Yo tampoco quiero pelear contigo —murmuró soltando un suspiro.
Nos quedamos en silencio de nuevo, y cuando por fin tuve el coraje suficiente volví la vista hacia él. Tenía esa mueca de cuando lo había atrapado haciendo algo malo. Hizo la misma cara cuando destruyó mi maquillaje al dejar caer mi bolso. Esa cara, esa en la que él no encontraba otra solución al problema.
—¿Qué hice mal? —pregunté de pronto, sintiéndome culpable por haberlo hecho irse a los brazos de otra mujer—. ¿Qué te hacía falta aquí?
—Nada —respondió— la verdad es que no hacía falta nada. Llevaba una vida perfecta. Demasiado perfecta.
—¿Ese fue el problema? —pregunté sintiendo un hueco en el pecho— ¿Te aburriste?
—Supongo que hubo algo de eso... Creo que vivimos una relación juntos durante tanto tiempo que jamás estuve con nadie más —él bajó la mirada—. Tú sí estuviste con otras personas antes de mí, pero yo no. Solo fuiste tú todo el tiempo y debo admitir que todo comenzó por una estupidez. En un viaje hubo demasiado alcohol, pero creo que una parte de mí estuvo muy consiente de lo que estaba haciendo. Ella era amable, divertida y me hacía reír. Me recordó al tiempo en el que éramos solo tú y yo, lo eché de menos. Supongo que la sensación de conocer a alguien nuevo me hizo cometer tal estupidez de imaginar que solo sería una vez, que solo sería un juego y que en realidad no me enredaría tanto.
Permanecí en silencio, solo escuchando lo que decía, viendo lo fácil que era para él decirme lo que sucedió, sin ningún remordimiento. Sin siquiera pensar en el daño que me hacían sus palabras.
—¿Te has enamorado de la chica, Ellis? —él hizo una mueca y aunque trató de negarlo sabía la verdad—. ¿Por qué no me dejaste antes? ¿Por qué no simplemente me dijiste lo que pasaba y nos divorciábamos? Estabas con ella desde hace tres años. Habíamos discutido el no tener hijos y aunque no estaba convencida de ello, me dijiste que tú querías formar una familia... ¿por qué no me dejaste antes?
—¿Te arrepientes? —preguntó haciéndome sentir una ira irracional.
—¿Qué si me arrepiento de qué?
—De Demian...
Sentí como si me hubieran dado un golpe en el estómago, de esos que te ahogan y te sacan el aire. No podía creer lo que me estaba preguntando.
—Te lo pregunto por la forma en que estás diciendo que por qué no te dejé antes de tener hijos conmigo. ¿Te arrepientes de haber tenido a Demian? —no podía creer sus palabras, la forma en que hablaba, la forma en que me veía como si fuera yo la del problema.
—Claro que no me arrepiento de la existencia de Demian, amo a ese bebé más de lo que pudiera amar algo en esta vida —comencé a llorar—, ese niño me salió de las entrañas, por supuesto que lo adoro. No me arrepiento de nada respecto a él.
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El Corazón de Nerea
RomanceSu paso por mi vida había sido como el de un huracán: Había durado pocos segundos, pero había hecho un desastre de mí.