Capítulo 32.

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Money - The Warning

Nerea

Cuando regresé al hospital Ellis tenía la actitud de haber ganado la lotería. Cuando me explicó lo que habían respondido en ese correo electrónico sentí que la vida volvía a darme un respiro. No pude evitar llorar del gusto que sentía. Podríamos regresar a casa y podríamos hacernos cargo de los gastos que teníamos encima sin tener que responderle a nadie por ello. 

Los cuidados y tutoría de Sarah volvieron a Ellis, por lo que no había ningún problema con regresar a nuestra ciudad natal.

Ayudé a Ellis a cambiarse de ropa y cuando terminamos, mi padre y mi madre ya habían regresado al hospital para recogernos. Sarah quiso irse a los brazos de su padre en cuanto lo tuvo enfrente. Por el dolor que sentía en su clavícula aún no podía cargarla, pero la sentamos en su regazo mientras lo llevábamos en la silla de ruedas hacia el estacionamiento. 

Papá había conseguido una camioneta con un amigo de él que vivía en esta ciudad. A veces odiaba que mi padre fuera como una celebridad, conocía personas en cualquier parte del mundo. En mi ciudad natal no me gustaba ir de compras con él porque siempre se encontraba con alguien que quería saludarlo y de forma oportuna jamás iba maquillada o iba con mi atuendo más feo o más viejo. Eso me enseñó a siempre tratar de salir preparada, pero él de verdad me hacía sentir incómoda por ello. Sin embargo, justo en este momento agradecía que tuviera personas que lo ayudaran en esta situación. En esa camioneta se trasladarían mis padres y Sarah. Ellis tendría que viajar en una ambulancia, ellos nos seguirían. 

—Nery —me llamó Ellis antes de abordar la ambulancia, hacía un par de años que no lo escuchaba decirme así— ¿Qué es lo que quieres que pague por ti? Obviamente todo el fondo de ahorro de Demian regresará, pero... ¿Qué quieres que haga por ti?

—Quiero que me ayudes a recuperar el corazón.

—Oh, eso déjamelo a mí.

—¿De verdad?

—Sí, yo me encargaré de ello —Ellis alzó la cara y noté que había una persona en el estacionamiento, llevaba un rato esperándome porque la hora que la cité ya se había pasado.

Leslie nos observaba con mucha atención, supongo que no podía entender cómo es que estábamos todos juntos, pareciendo una familia normal. Ellis apretó los labios y mi madre tomó a Sarah para que pudiéramos acercarnos a hablar con ella, pero él no quiso moverse. Ellis solo quería irse a casa, tenía sentido que solo quisiera estar lejos de ella.

Por mi parte, caminé hacia donde estaba mi invitada. En cuanto me paré frente a sí, agachó la cabeza.

—No quiere hablarme más, ¿verdad?

—Casi lo matas, ¿qué esperabas? —pregunté y solo desvió la mirada hacia un lado—. Necesito que hagas algo por mí.

—¿No me dejarán ni siquiera hablar o ver a Sarah?

—¿Realmente la quieres ver? —pregunté y dudó un poco de su respuesta.

—¿Qué quieres?

—Necesito que llegues antes a mi casa... nosotros nos tendremos que trasladar en auto, pero tú puedes ir en avión —sabía que lo que le estaba pidiendo era un tanto arriesgado—. Si haces esto por mí, pagaré la deuda que tienes en el hospital y además trataré de convencer a Ellis de que te permita ver a Sarah alguna vez.

—¿Cómo sé que pagarás mi deuda?

—Bueno tendrás que confiar en mí —murmuré y ella frunció el ceño.

—¿Cómo sé que esta no es una trampa?

—De hecho, es una trampa —arrugó la frente—, necesito que vayas a mi casa, Adam te entregará unos cuadros que hice y los llevarás a la casa de los padres de Paul. El señor Lee los entregará a mis clientes, todos los cuadros juntos cuestan alrededor de veinte mil dólares —sus ojos se abrieron con sorpresa—. Es obvio que no te dará el dinero a ti.

El Corazón de NereaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora