Nuestra Estación (editando ortografía)

Confesiones y Separaciones. 28.

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Confesiones y Separaciones

Vanesa🌸

Domingo 7 de mayo del 2023.

Él se ve pensativo mientras mira el paisaje de la plaza, su tía toma mate y también se ve pensativa. Yo no puedo parar de pensar en lo que pasó; en solo pensar que le gusto, se me sube la autoestima hasta las nubes. Me siento demasiado feliz y frágil, frágil porque siento que, si esto es mentira o se arruina, me voy a romper en mil pedazos y no quiero eso.

—¿Puedes fijarte en Martu? —le preguntó él a su tía.

—Bueno, pero a esa nena le caigo mal y lo sabes, Tobías —dice ella mientras mira a la nena con los ojos entrecerrados.

—Un cachito, nosotros —levanto la mirada— vamos a caminar un rato —dice y se para.

—Vayan tranquilos, tómense su tiempo —dice la tía. 

Creo que es sarcasmo, pero a él le da igual porque se acerca a mí y me ofrece su mano. Agarro su mano y me paro; él me lleva entre unos árboles y yo lo sigo sin pensar. En serio se me hace difícil las cosas cuando estoy con él; o no pienso en nada o pienso en todo: en mis palabras, en mis movimientos y en mis sentimientos. ¿A él le pasa lo mismo?

—¿Qué hacías por acá? —me pregunta. 

Me suelta la mano y se apoya de espaldas en un árbol.

—Venía para relajarme; mi mejor amigo se fue a Córdoba y me dejó sola —digo triste al recordar a Lucas con el corazón roto.

—¿Quién? —pregunta.

—Lucas, él vivía en la casa de Mia; estaba enamorado de ella y ella le rompió el corazón —digo, pero parece que a él no le importa.

—¿Cómo alguien puede enamorarse de ella? —pregunta él incrédulo.

—Él la conocía de toda la vida; siempre estuvieron juntos. Él la conocía mejor que nadie —digo mientras me acerco a él.

—Yo también conocía a personas de toda la vida e igual me traicionaron —dice y desvía la vista al paisaje.

—Es una pena... —no digo nada más, pero ya estoy al frente suyo y busco su mirada.

Él me mira a los ojos y le regalo una sonrisita contagiosa porque él también sonríe.

—¿Cómo puede ser posible que cada día te ves más linda? —me pregunta y se acerca tanto que golpea su nariz con la mía.

Pero vuelve a alejarse.

—Me encantaría saber si eso es suficiente razón para mentirme, porque eso de la tradición es mentira —digo, y él se queda serio, un poco pensativo.

—¿Eso te lo dijo Mica? —me pregunta.

—¿Qué importa? El que me mintió fuiste vos, pero eso me da igual porque fue una mentira linda y muy creativa —digo y él niega con la cabeza.

—Te veías emocionada —murmura.

— ¿Cómo no lo iba a estar? Era la primera vez que tomaba mate —digo como si fuera obvio.

—Ah, no me refería a eso —murmura.

—Oh, bueno... sería algo nuevo y lindo, pero no es la manera.