12
Una oportunidad
Vanesa🌸
Viernes 7 de abril del 2023.
Aún recuerdo cuando mi vida era feliz. Sentía felicidad, seguridad y me consideraba hermosa, única e inigualable, muy especial. ¿Cómo haría para seguir con mi vida? ¿Cómo hago para mirar a mis papás, a mis amigos y al chico de ojos azules sin sentir vergüenza? No puedo ir hoy al secundario; decírselo a mamá no tiene sentido, si lo hago, ella me mandará igual. Voy a tener que seguir con la vida, como haría cualquier persona en mi lugar.
Me baño, me visto, me pongo accesorios y me maquillo (más base de lo habitual). Camino al comedor con la mirada baja. «¿Qué hago? ¿Saludo? ¿Finjo que no pasa nada?».
—Hola, hija —me saluda mamá sin despegar la vista de los papeles que tiene en las manos.
—Hola, mami —saludo, me acerco a la mesa y me siento frente a ella.
—Amor, ¿viste mi camisa rosa? —pregunta papá a mamá, acercándose un poco al comedor.
—No, amor, son tus cosas. Hazte cargo —dice mamá, agarra su taza de café y toma unos sorbos.
—Gracias —agradece mi papá sarcásticamente a mamá.
—De nada —dice ella sin entender el sarcasmo de papá.
Estiro mi mano y agarro un muffin marmolado. Le doy una mordida al muffin.
—Hoy es viernes —digo con falsa emoción, porque no voy a salir a ningún lado.
—Ya me voy —dice papá, entra al comedor, me mira y me sonríe, y yo a él—. Hola, muñequita.
—Hola —saludo con voz baja.
Él se acerca a mí y me da un beso en la cabeza.
—Nos vemos para la merienda, chau, amor —saluda a mamá. Le saca los papeles que ella estaba leyendo y le roba un beso. Deja los papeles en la mesa y se separa despacio de su esposa—. Te voy a extrañar —le dice a ella. Ella sonríe y baja la mirada.
—Anda rápido que vas a llegar tarde —le dice ella a él.
Él la abraza, y mamá le da unas palmaditas en la espalda. Papá la suelta y la mira con ternura.
—Nos vemos a la tarde.
—Nos vemos —se despide mamá. Ella vuelve a agarrar sus papeles y sigue leyendo.
Papá se fue.
Camino a mi pieza, entro y me siento sobre mi cama. Agarro mi celular que estaba allí, lo prendo y veo que Mia me envió un montón de mensajes en Instagram y en WhatsApp. Abro un mensaje de voz.
—Amigaaaa, contéstame. Quiero que hablemos sobre lo que pasó el otro día. Quiero que me confieses que estabas mirando a Daniel —dice.
Volteo los ojos. No puede ser que todavía lo recuerde. Debe recordarlo porque piensa que estaba mirando a Daniel.
No pienso contestarle los mensajes. No quiero que se dé cuenta de que miraba al chico de ojos azules. Lo vi primero, y me parece que está empezando a gustarme.
Busco mis libros de matemáticas y empiezo a estudiar, pero no puedo concentrarme. Quiero que esos ojos vuelvan a mirarme y quiero escuchar su voz.
—¡Vane, ya me voy! —grita mi mamá desde el comedor.
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Nuestra Estación (editando ortografía)
Ficção Adolescente¿Qué harías si sientes que ya no puedes más con tu vida? ¿Si te sientes solo? ¿Si sientes que ya nada tiene sentido? Tobías se encuentra en un momento oscuro de su vida, sintiéndose solo y sin propósito. En su búsqueda de consuelo, se refugia en l...