Grace Sullivan:
Decir que no sentí un vacío cuando Gu se fue sería mentir, porque si lo sentí y tuve la sensación que estaba sola en esto. Que si algo ocurría él no estaría cerca para venir y rescatarme como la última vez.
Pero también era cierto que eso solo me había ayudado a tomar el valor para salir de este apartamento y enfrentar de una vez por todas la realidad. Así que vistiendo unos pantalones negros y una blusa del mismo color, sali de casa mientras colocaba una gorra sobre mi cabeza. Dispuesta a ir a hablar con la única persona que, suponía, sería capaz de decirme la verdad.
O al menos parte de ella.
Una media hora más tarde mientras me baja del taxi, sentí un leve pinchazo en mi pecho. Sabiendo que eso era miedo, porque todos los que estaban cerca de ellos terminaban siendo lastimados.
Y yo, claramente, no había Sido la excepción.
Con paso firme avance hasta la entrada de su casa y toqué el timbre, esperando a que alguien hablara por el intercomunicador, pero luego de varios y luego de no recibir una respuesta, entendí que no habia nadie en casa.
Solté un suspiro y, antes de siquiera poder irme, alguien hablo detrás de mi.
—¿Debería preocuparme por verle aquí? —Escuché decir, logrando que reconociera su voz.
—Eso depende —confesé antes de voltear y ver lo malditamente sexi que se veía en ropa deportiva y sudado.
—¿Puedo saber a qué ha venido? Hasta donde sé no teníamos una cita previa —bromeó, alzando ligeramente la comisura de sus labios.
—Necesitamos hablar —me límite a decir mientras él alzaba una ceja hacia mi.
—En ese caso, entremos —dijo, pasando de mi para poder ingresar su contraseña e ingresar a su casa.
Durante ese corto trayecto lo seguí en silencio, admirando lo bien que se veía su espalda por detrás.
Una vez que llegamos a la sala noté que su casa parecía estar vacia. Toda la decoración era así: nula. Cómo si solo fuera una casa lista para recibir una nueva mudanza y no como si alguien viviera aquí.
Alce una ceja en cuanto sus ojos se posaron sobre mi y el sonrío, ofreciendome tomar asiento con un ademán de manos.
Una vez sentada suspiré, viendo cómo él me miraba fijamente.
—¿Y bien? ¿A que debo el honor de verla aquí? —Cuestionó, apoyando su cuerpo contra el sillón como si verme no fuera algo del otro mundo.
Y claro que no lo era. Porque yo para ellos solo era una persona descartable.
Tal como lo había Sido Geovanna.
—Hace unos días sufrí un... accidente —empecé a decir, así que él observo detenidamente mi mano antes de alzar su vista y verme nuevamente a los ojos.
—¿Busca una compensación? —Preguntó, lo cual me molestó porque sabía que solo lo hacía por eso: para molestarme.
—Si bien es cierto que la merezco... No estoy aquí por eso. Estoy aquí porque necesito que me diga la verdad —suspiré—. ¿Que carajos es todo lo que está pasando?
—¿Lo que está pasando? —Repitió, haciendo un gesto de confusión antes de seguir hablando—. No entiendo a qué se refiere. Pero si habla de lo que pasó en si apartamento... Debería hablar con Maximiliano, no conmigo. Soy su hermano más no su abogado o niñera —se puso de pie—. ¿Eso era todo? Porque tengo que hacer muchas cosas y no tengo mucho tiempo para usted.
—Ah, ¿No?
—No.
—Bueno, en ese caso lamento interrumpir —dije mientras me ponía de pie, sacando a su vez la usb que había encontrado hacia unos dias atrás después de leer la carta que mi hermana dejó para mi—. Y lamento no poder devolverle esto —dike, notando como su expresión sería pasaba a ser una de sorpresa.
—¿De dónde has sacado eso? —Preguntó, pero yo solo me reí antes de dar media vuelta y avanzar hasta la salida de su casa. Quedándome inmóvil unos segundos en cuanto lo escuché decir—. ¿Acaso no entiendes que te estamos cuidando?
—¿Cuidando? —Me escuché preguntar, dándole la vuelta para ver su gesto —. ¿Por qué harían eso? Ustedes mataron a mi hermana.
—Nosotros no la matamos, estábamos de su lado —suspiró—. No puedo darte los detalles, pero si sigues haciendo esto... Llegarás a un punto sin retorno —se acercó a mí —. Puedo perder muchas cosas,Grace. Pero perderte a ti no. Así que dame eso y escúchame de una buena vez —pidió, viendome fijamente a los ojos y logrando que, aunque no quisiera hacerlo, creyera en que decia la verdad.
Pero un Torres jamás diría la verdad.
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No sé ustedes Pero a veces quiero pegarle a Grace por lo que piensa jajajaEspero les guste este capitulo!! Les agradezcysu apoyo ❤️
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Deseo Peligroso
RomanceMaximiliano Torres solo tiene dos reglas que debes cumplir si deseas trabajar con él. La primera: Debes hacer todo lo que él te diga que hagas sin oponerte y sin decir nada al respecto. Mucho menos preguntar la razón por la cual debes hacerlo. La...