16. Bajo las Sombras

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Gustavo Torres:

Mientras íbamos de camino a la casa de Grace, de reojo noté como un auto sumamente familiar pasaba a un costado de nosotros, encendiendo y apagando tres veces las luces para dejar en claro de que estaba aquí por mí. 

Solté una suave risa antes de darle una mirada significativa a Carrillo, quien la entendió al instante e hizo el amago de estacionarse en la siguiente calle. Dándome la oportunidad para poder despedirme de ella como era debido. 

Misma que al parecer se había percatado de la rara situación que había ocurrido a penas hace unos minutos atrás. Pero a pesar de que me di cuenta de ello, fingí que eso no era así. Pues quería evitar a toda costa que ella supiera quien era él que venía en ese caso rojo. 

Por eso mismo fingí ignorancia antes de decirle que debía irme y que lamentaba no llevarla hasta la puerta de su casa, pero que en cambio, mi chófer lo haría con todo gusto. 

Ella aceptó sin poner objeción alguna, quizá porque sabía que no le respondería por más que me hiciera la pregunta, así que me limité a bajarme del auto antes de darle una última sonrisa. Viendo como al siguiente segundo ella seguía su camino mientras yo esperaba a que el mismo auto rojo se acercara a dónde estaba. Lo cual hizo después de dos minutos. 

La ventanilla del copiloto bajó por completo y mostró la sonrisa de la persona que iba manejando, quien luego alzó una ceja antes de abrir la puerta para mí. 

Al estar adentro y con el cinturón de seguridad, hablé. Tratando de dejarle en claro que estaba un poco molesto con él en este preciso instante. 

Pero eso solo lo hizo sonreír con diversión. 

—Llegaste en el momento menos indicado. —Apunté, viendo como ahora manejaba solo con una mano mientras que en la otra apoyaba su cabeza, ignorando un poco de esa forma mis palabras—. Eres un idiota —dije, ganando una mirada de reojo por su parte. 

—¿Por qué? ¿Solo porque no pudiste llevarla hasta la puerta de su casa? Estoy seguro que ella debe estar agradeciendo ese hecho —dijo muy seguro antes de girar a la derecha, acelerando un poco en el proceso. 

—Se me olvidaba que tú la conoces mucho más que nosotros —dije irónico, estando un poco molesto por ello. 

—La he cuidado todo este tiempo bajo las sombras, así que la conozco mejor que tú —recordó, y aunque antes eso no me molestaba, ahora sí lo hacía. 

Pero, ¿Por qué? 

«Porque ahora sí te gusta, idiota»

—Como sea, escuché que tu plan fue todo un fracaso. Así que asumo que Maximiliano ha de estar deseando verte para partirte la cara —dijo emocionado, como si realmente esperara ver eso. 

Cosa que no pasará, ya que Maximiliano sabía que llevaba todas las de perder. 

—Hablas de cosas que jamás pasarán, así que deja eso ya —pedí molesto, antes de encender el aire acondicionado—. Mejor dime para qué me viniste a buscar antes de que yo te la parta a ti —dije, viendo como el solo reía antes de detenerse un momento debido al semáforo en rojo. 

—Estuve averiguando lo que me pidieron, pero parece que esos registros fueron borrados —me miró—, tal parece que tienen a alguien importante dentro de la policía para hacer tal cosa. 

—En pocas palabras, no hay nada que nos ayude en estos momentos —dije de mala gana, apoyando la cabeza sobre el cristal de la ventana—. Maldigo la hora en que decidí meterme en esto. —dije, pero sabía que de todas formas no iba a dejarlos solos. 

Mucho menos que ahora ella estaba involucrada. 

Sacudí la cabeza antes de cerrar los ojos, tratando de repasar todo en mi cabeza hasta que se me vino una idea a la mente. La cual no dudé en decirle a él. 

—Necesitamos investigar a Miranda. —Fue lo que dije con seguridad, notando como él me veía como si estuviera loco. 

—La investigamos hace poco y no hallamos nad… 

—No necesitamos los registros de la policía para hacerlo. Debemos investigar de otra forma —le hice ver, dándole a entender qué era lo que debía hacer. 

Porque si queríamos acabar con esto de una buena vez, era indispensable averiguar esto a como diera lugar. Y claramente, Miranda era una buena opción.

•••••

¡Hay otro capítulo después de este!

Deseo PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora