Nuestra noche...

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Pasamos casi toda la mañana ahí, jugamos al voleibol, al tiburón, a la guerra de agua, a quien aguantaba más tiempo bajo el agua. Hubo muchos besos, abrazos y los mil "Te amo" de y cada día. Cuando trataba de sentarme en un sillón flotante para descansar, Jorge me tiraba agua hasta caer nuevamente.

Silvia: ¡Jajaja! Yaaa!.- mientras Jorge me tiraba agua para que bajara del sillón.-
Jorge: Te dejaré, pero tienes que pagar.-
Silvia: Está bien está bien, ¿qué quieres?.- sin parar de reír.-
Jorge: Un beso.- me acerqué a él y le di un beso de pico.- ¿Y eso que fue?.- decía extrañado.-
Silvia: Un beso.- yo seguía riéndome.-
Jorge: No... Esto es un beso.- me cargó para dejarme a su altura y me dio un largo y apasionado beso sal que correspondí sin duda alguna.-
Silvia: Ok, ahora sí, ¿me vas a dejar de echar agua?.-
Jorge: Está bien... ¿Quieres que salgamos y ordenemos las pizzas?.-
Silvia: Sí, vamos, ya me está dando hambre.- Salimos de la piscina y fuimos a la habitación a cambiarnos. Yo me puse un vestido blanco suelto por arriba de las rodillas, unas sandalias del mismo color, el cabello suelto, perfume de cerezas y el maquillaje normal.
Jorge se puso una bermuda como la de baño pero en color blanco, una camisa fresca, zapatos de mezclilla y su perfume encantador.

Me acerqué a Jorge y empecé a oler su perfume.

Silvia: Ayy, ¡ese es el que más me gusta!.- mientras besaba su cuello.-
Jorge: Y mira como me provocas, con esos vestidos que te pones, me voy a volver loco!.- dándome un giro.-
Silvia: Yaa!, vamos a encargar las pizzas.- encargamos la comida y la trajeron muy rápido.

Jorge: Amor, ¿adonde quieres ir a cenar?.-
Silvia: No se guapo, elige tú el lugar.-
Jorge: ¿Quieres ir a "Bellini"? Siempre te gustó ese restaurante.-
Silvia: Sí, perfecto!.-

Terminamos de almorzar, y como siempre hubo risas y muchos besos, juntamos todo y nos fuimos a descansar un rato.
Desperté a las 18:00 junto con Jorge.

Silvia: Hola mi amor.-
Jorge: Hola bonita.- me dio un beso en los labios y bajó a mi panza.- Hola angelito. Hoy en la mañana no te dije cuanto te amamos, pero ahora sí.-
Silvia: Te amamos bebé, mucho mucho, ¿sabes? Mañana empezaremos a armar toda tu alcoba.-
Jorge: Sí, haremos un cuarto muy grande para ti.-

Después de platicar un rato con angelito, nos metimos a bañar, nos cambiamos y salimos a caminar por la nueva vecindad de la mano, mucha gente nos saludó, eran unos vecinos muy amistosos, íbamos en dirección al lago. Al llegar, nos sentamos en una baqueta que estaba ahí.

Silvia: Está increíble todo! Además de que los vecinos don súper amigables, mira esta vista.-
Jorge: Sí, está muy bonito, además, hay muchos niños, osea que este polizonte va a tener muchos amiguitos.-
Yo solo reí.
Jorge: Amor, ¿Lucia te mandó la lista de compras para la habitación?.-
Silvia: Sí, ¿Quieres que vayamos ahorita?.-
Jorge: Vamos.-

Volvimos a la casa por el coche, y nos dirigimos al centro, compramos todo lo necesario y volvimos. Ya que casi era las hora para ir a cenar, nos fuimos a cambiar, yo llevaba un vestido color salmón hasta las rodillas en final de campana, tacos en el mismo color y una media cola. Jorge llevaba un pantalón de vestir marrón, y una camisa blanca con dos botones de arriba desprendidos.

Nos dirigimos al restaurante, pedimos una mesa alejada, ya que el lugar era bastante lujoso, iban pocas personas, sólo había dos parejas más. Toda la cena me reí, él siempre lograba hacerme sonreír, por momentos nos dábamos la comida el uno al otro, al terminar, pedimos la cuenta y nos fuimos.

Yo quería llegar lo más rápido posible, pues le tenía una sorpresa a Jorge.
Entramos a la casa y mientras Jorge cerraba la puerta, empecé a besar su cuello y susurré en su oído.

Silvia: Te dije que te recompensaría, esta es, nuestra noche...-
Jorge: Me parece perfecto.- se dio la vuelta y me cargó hasta la habitación para dejarme en la cama.

Cuando entramos a la habitación, desabroche su camisa lentamente, el bajaba el cierre de mi vestido que calló de inmediato. Al terminar de sacarle la camisa, él me acostó en la cama, me miró a los ojos, y comenzó a besarme nuevamente. Busqué el botón de su pantalón y lo zafe, di un giro quedando encima de él, mientras bajaba dándole besos desde sus labios hasta su abdomen para poder quitarle sus pantalones; ambos quedamos en ropa interior, Jorge acariciaba mi espalda con la yema de sus dedos, buscó el gancho de mi brassier y lo zafó, mientras bajaba las tiras me daba pequeños besitos en el hombro, -"Te amo"-. Me susurró al oído y continuó basándome. Terminó de bajar mi sostén y empezaba a jugar con mis senos, dándole pequeños mordiscos, haciendo que largara un leve gemido en su oído, volvió a girar y bajó hasta mi abdomen, me sacó delicadamente la ropa interior sobrante y luego se sacó la suya; al subir, alzó sus caderas logrando penetrarme, solté un largo gemido en su oído al igual que él en el mio, los movimientos se volvieron más rápidos, tomé el control quedando arriba, comencé a hacer movimientos en círculos, sabía que a Jorge le encantaba eso, presioné mis uñas en su espalda, estábamos llegando al máximo punto de excitación, nuestras piernas comenzaban a debilitarse, me separé de él y nos recostamos en las almohadas cubriéndonos muy levemente con las sábanas.

Silvia: Gracias por el día tan increíble que pasamos mi amor.-
Jorge: No hay nada que agradecer bonita, sabes que año estar contigo.-
Silvia: Lo sé, y yo también amo estar contigo guapo.- le di un tierno beso y nos quedamos dormidos rápidamente.-

Desperté con Jorge dándome besos en todo el rostro, abrí los ojos, y lo primero que vi, fueron esos ojos que tanto amo.

Silvia: Al parecer alguien despertó más amoroso que de costumbre.- Jorge rió.-
Jorge: Es que hoy viene Lucia para armar el cuarto de este angelito.-
Silvia: Tienes razón, mejor me meteré a bañar ya mismo.- me levanté, estaba desnuda, besé a Jorge y le dije que lo amaba; al ver como Jorge me miraba, empecé a caminar moviendo las caderas de lado a lado hasta entrar al baño. Me bañe rápidamente y me puse lo primero que encontré. Jorge ya tenía el desayuno listo y me esperaba sentado en la mesa.

Jorge: Wow! Que rapidez, creí que te tardarías más.-
Silvia: Es que quería desayunar contigo y no te quería hacer esperar mucho.-
Jorge: Ven sientate, preparé huevos a la mexicana como te gustan.-
Silvia: Ay Jorge, si me sigues consintiendo tanto te vas a cansar tú.-
Jorge: Eso jamás, nunca me voy a cansar de consentirte amor.-

Hasta mañana...
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