♡~Un amor inesperado~♡

Peleas y un beso.

"Para la amiga más bella de todas...

Desde hace días quería decirte unas palabritas lindas, pero no tenía valor suficiente, así que lo haré aquí.

Te quiero Silvia, te quiero mucho, y no he podido olvidar nuestro pasado.

No quiso leer más, sabía perfectamente que era de Emmanuel.

Arrugó el papel y comenzó a buscar a Silvia por todas partes. La encontró en la biblioteca, leyendo.
Ella se sobresaltó tras la brusquedad de él al entrar y se puso de pié al instante.

Jorge: ¿Qué diablos significa esto Silvia? ¿Eh? ¿Por qué tu "amiguito" te manda este tipo de cartas?.- vociferó con ira en sus palabras.-

Silvia: A ver, primero cálmate un poco y deja de gritar que los niños están dormidos. Segundo, ¿de qué carta hablas?.-

Él le entregó la carta con brusquedad y ella la leyó. Cuando hubo terminado, lo miró, con timidez.

Jorge: Claro, no sabes ni qué decir. Pues yo sí sé... No quiero que ese tipo se les acerque a mis hijos en su vida, porque lo muelo a golpes. Y tú... y tú... Nosotros, ya no sé ni en qué nos hemos convertido.-

Salió de allí muy molesto y subió a estar con los bebés.

Silvia estaba tan molesta como él, y por más que se lo obligara, ella no dejaría de tratar a Emmanuel, porque era su amigo. Bueno, eso quería creer.

Más dias pasaban, y más distantes estaban.

La señora que Paulina les había recomendado resultó muy buena con los niños, y se quedaba a cuidarlos casi siempre que ellos no estaban.

La tarde del viernes, Silvia se fue al restaurante. No podía concentrarse, como hacía varios días. Venía llorando mucho y sufriendo, la situación cada vez era peor, tanto que ni siquiera compartían la recámara ya.

Sacó de su bolsa un espejito y se miró en él... El rostro de cansancio y de no dormir se le notaba a kilómetros.

Volvió a la casa por la noche, Jorge había llegado temprano.
Le dio su paga a la niñera y esta se fue en cuanto se lo ordenó.

Tenía tanto sueño que dejó que Jorge durmiera a los pequeños. Subió a su alcoba, y se desplomó en la cama quedándose dormida al instante.

Jorge, una vez que los durmió, los llevó de a uno al cuarto principal. Les dio un beso a cada uno y volteó a verla.

Ni él se creía en qué situación estaban, sabía que estaban haciendo mal las cosas, pero los dos tenían más orgullo que valor.

El lunes, Silvia empezaba a ensayar y a grabar las promos de la novela. Terminaron pronto y los dejaron ir. Ese día Emmanuel, la había citado en un restaurante. No habían tocado el tema de la carta por pedido de ella, y así se quedaron.

Ese día ella sentía muchas muchas ganas de estar con sus hijos, mucho más que todos los días.

Volvió pronto a su casa y se pasó el resto del día con ellos. Se sentó en el sillón, y los sentó a cada lado de ella a los dos.
Jugaba con ellos y los besaba a cada ratito. Estaba muy contenta de tenerlos.

Por su parte, Jorge estaba en el trabajo, ansiando volver a la casa para pasar también tiempo con los bebés.
Se equivocó más de tres veces en sus líneas y el director le dio un descanso para que las repasara. El motivo que tenía para estar así, claramente era Silvia: ya no le gustaba cómo se trataban ni nada.

Acapulco, México.

Gerardo: Es hora de seguir con nuestro plan Elizabeth, la empresa quebró completamente y necesitamos el dinero... Emmanuel ya tiene a Silvia comiendo de la palma de su mano.-

Elizabeth: Está bien, lo que sigue es conseguir la camioneta y el lugar donde llevaremos a los mocosos esos.-dijo empezando a teclear en su laptop.-

Gerardo: Y no olvides al fotógrafo que cachará a Silvia besándose con Emma.-

Elizabeth: Obvio que no, es mi parte favorita. Ashh, cómo me gustaría ver la cara de Jorge cuando tenga las fotos frente a sus ojos.- riendo malévola.-

Gerardo: Jajaja, ya me imagino la cara de Silvia y lo que dirá "Yo no fui, te lo juro, él me besó a mi" jajajajajaja.-

Elizabeth: Jajajaja... Bueno, ya, está todo listo. Solamente falta poner el día que lo haremos.-

Gerardo: El beso lo planearemos para el viernes, justo un día antes del secuestro, que será el sábado...

...

Silvia salía del baño después de una ducha. Se sentó en el sillón del balcón para darle el pecho a Guadalupe y leer el nuevo libreto.

Su personaje le gustaba: la mayor parte del tiempo sería buena, pero tenía muchos ataques de villania.

Corrió un fuerte viento fresco así que entró nuevamente. Las nubes comenzaban a ponerse oscuras y el viento aumentaba. 

Silvia: Parece que va a llover. Mejor le digo a Esther que se venga de una vez así me voy a grabar.-

Terminó de arreglarse y llamó a la niñera.

Ambos se pasaron gran parte del día en los foros...

Era increíble cómo pasaba de rápido el tiempo, llegó el último día de la semana y Silvia saldría a cenar con su amigo. Con la excusa de que sería con las chicas.

Cuando llegaron, casi al mismo tiempo, se sentaron y ordenaron la comida. Esperaron en silencio hasta que les sirvieron.

Emmanuel: Bueno, y cuéntame, ¿cómo van las cosas con Jorge?.-

Silvia: Directamente no van, ya no hablamos si no es para algo acerca de los niños, dormimos en cuartos diferentes y ni siquiera comemos juntos.- sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.-

Emmanuel: Ay Silvita.-

Silvia:¿Y sabes qué es lo que más me duele?.-

Emmanuel: ¿Qué?.-

Silvia: Que cada día estamos mucho más alejados.- dijo y se le empezaron a caer lágrimas sin control. Él le tomó una mano con fuerza y trataba de tranquilizarla.

Luego de calmarse un poco terminaron su cena y él pagó la cuenta.
Salieron del lugar y empezaron a caminar por la acera sin rumbo alguno.

Ella volvió a llorar desesperada y lo abrazó, posicionando su cabeza en el hombro de él. Después de estar uno segundos así, Emmanuel habló.

Emmanuel: Escúchame muy bien ¿sí?, no importa lo que pase, no olvides que aquí estoy yo para lo que necesites.- ella alzó la mirada para verlo y esbozó una sonrisita. Y así de la nada, el hombre le plantó un beso.
Silvia se resistía, pero se sentía demasiado vulnerable en ese momento así que le siguió.

Bendiciones :* Sean felices

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