LIV: Preparándose para el siguiente paso

131 22 42
                                    

Los recuerdos de Mischa en su vida actual eran mínimos en comparación a la cantidad de años que tenía, pero la mayoría de estos eran bellos: buenos amigos en Kiritsy, la familia de su jefa que, aunque especial, lo valoraba; un hermoso sitio para trabajar; una ciudad pequeña y pintoresca en donde vivir, pero, sobre todo, una familia cariñosa que le había enseñado lo lindo que era sentirse protegido, amado y valorado.

Para Mischa era lógico pensar que su familia real era parecida a la de Yuuri. Una familia unida y que se amaba pese a todo. Pero al escuchar a Chris gritarle que su madre no los quería y que deseaba que él se mantuviera alejado de la familia, algo dentro de Mischa se quebró. O al menos pensó que algo se había quebrado porque no había dejado de sentir una aprehensión en el pecho.

Trató de distraerse yendo al baño a remojar los puños de su camisa. Esta fue soltando el color rojo que había dejado su experiencia con Schmidt mientras que los puños se hundían en agua caliente.

Cuando levantó la mirada vio un desastre. Su mejilla seguía hinchada  y su nariz se hallaba un poco rasguñada y amoratada. Cerró los ojos para olvidarse de esa escena y luego cerró la puerta para darse un pequeño baño.

El agua caliente ayudó a relajar sus músculos. Se quitó cualquier otro rastro de sangre que hubiera quedado y al salir se dio cuenta que no tenía qué ponerse encima. Encontró una de varias batas de baño en el mueble frente al lavadero y se la puso encima. Luego cogió la secadora de pelo y se dejó distraer con el ruido.

Cuando salió del baño encontró a Yuuri sentado frente a la televisión encendida del cuarto. Parecía no ver nada en particular porque de una estación iba a otra con facilidad. Cuando vio a Mischa le sonrió con dulzura.

―¿Todo bien, amor?

Era una pregunta complicada para él en ese momento, pero estaba demasiado extenuado como para explayarse al respecto.

―Sí, todo bien. Solo estoy…cansado.

Yuuri asintió comprensivo, sin quitar la dulce sonrisa de sus labios.

―Me imagino. Mira, mientras te bañabas Chris me trajo unas camisetas y unos pantalones deportivos para dormir. Toma.

Mischa asintió y se sentó a un lado de la cama para cambiarse en silencio. La falsa tranquilidad y mutismo de su novio no era una buena señal, pero Yuuri quiso darle un tiempo para calmarse, por lo que se levantó al poco tiempo.

―Creo que yo también me daré un baño para poder dormir―dijo acercándose a besar delicadamente sus cabellos―. No me tardo.

Mischa vio a su novio desaparecer tras la puerta del baño sin decirle nada. Suspiró cansado y terminó de cambiarse en silencio. Una vez listo, sintió de pronto la necesidad de distraerse con algo. Al no tener un libro cerca empezó a saltar canales como Yuuri había hecho minutos atrás. No estaba seguro si estaba siendo demasiado exigente, pero no podía encontrar algo que lo atrajera demasiado. Aburrido, apagó la televisión y se fue a acostar.

El silencio no ayudó para despejar su mente. Se colocó de lado, mirando hacia la ventana y cerró sus ojos para forzarse a descansar.

Trató de convencerse que todo estaba  bien, que a pesar del dolor de la mejilla y nariz por haber sido casi sexualmente violentado, debía agradecer que seguía vivo y a salvo. Quiso incluso minimizar el hecho de estar en peligro de muerte y ni quiso pensar más en lo de su madre, pero no fue de gran ayuda. Su mente fue cruel, trayendo imágenes de todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Las palpitaciones aceleradas aparecieron nuevamente y Mischa sintió la soledad en medio de una habitación ajena más fuerte que nunca.

Trató de concentrarse en el sonido de su respiración y al poco tiempo, el sonido del agua de la ducha se detuvo  y suspiró aliviado cuando la puerta del baño se abrió.

Abogado de CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora