Adaptación Sin Fines de Lucro. La historia original pertenece exclusivamente a Lily Arzola. Los personajes son de Naoko Takeuchi.
#LaEnfermera
Capítulo 14 -
A la mañana siguiente, desperté como en un cuento de hadas. Nunca en mi vida me había sentido tan bien. Me estiro entre las sábanas mientras intento ver donde salir, al salir de estas, me doy cuenta que el doctor Granchester no está a mi lado. De inmediato me molesto, volteo mi cabeza algunos centímetros para darme cuenta que en la mesa de café hay una nota.
La tomó y lo único que dice es.
"Toma esta pastilla, toma otra cada 5 horas por 4 días"
En si me dejo solo una receta, yo tomo la pastilla intentando creer que el sigue en el cuarto, así que salgo a la sala y a el comedor, para encontrarme con nada. No había señal del doctor Granchester. Pero luego pensé ¿por qué demonios se quedaría? sí solo fue un negocio.
Por una parte, me sentí tan mal, avergonzada de mí misma, no podía creer lo que había hecho por proteger a mi familia. Lo primero que hice fue darme una ducha en ese hermoso baño. Después me puse mi uniforme para irme a trabajar, pero antes de irme, hago una llamada a casa. De inmediato mi madre contesta.
-¿Hola?-Contesta mi madre tranquila, a pesar de lo de Kyle.
-Hola mama, soy Candy. ¿Cómo esta Kyle?-Preguntó realmente preocupada por mi hermano menor.
-¿Kyle?-Responde sin entender.-¡Ah sí! Kyle. Ya lo operaron.-Me contesta sin más, mientras necesito un poco más de detalles, pero me conformo con eso.
-Me alegra.-Suspire tranquila.-Mamá lamento ser egoísta, sé que tienes que mantener a mis hermanos y yo tengo que ser comprensiva contigo.-Dije realmente arrepentida.
-No te preocupes linda. Te amo, pero no olvides mandar dinero a fin de mes.Bueno, esa era mi madre.
-Sí, te amo también.-Era tan decepcionante hablar con ella, y más cuando solo me pedía dinero, pero desgraciadamente esta es mi vida y no la puedo cambiar. Después de charlar con mi madre, tenía que ir al trabajo, si no me despedirán.
*
Al llegar al gran hospital, me encuentro con Ross espantada.
-Candy.-Me tomó de los hombros.-¿Dónde estuviste toda la noche?-Se me había olvidado decirle que no llegaría a la casa.
-Lo lamento, es que me encontré con una amiga de mi pueblo y nos fuimos a tomar, y ya sabes.-Ella está muy preocupada.
-A la próxima llámame linda, estaba demasiado preocupada por ti.-Ella estaba molesta, pero no tenía tiempo de disculparme, tenía que ir a la oficina del doctor Granchester.
*
Al llegar me di cuenta que estaba platicando con la doctora Miller, antes no me molestaba verlos juntos, pero ahora parece molestarme un poco, así que aclaro mi voz al llegar, la doctora Miller como siempre me mira.
-Hola hermosa.-Me da un beso en mi mejilla izquierda.-¿Entonces quedamos?-Le dice a el doctor Granchester.
-Sí.-Contesta seco y frío.
-Nos vemos en la noche.-Ella sale y yo entro. Al entrar de inmediato sentí la tensión, pero traté de hacerlo lo más fácil para los dos.
-Buenos días, doctor Granchester.-Dije apenada pero con mucha educación.
-Buenos días, señorita White.-Me dice como si nada. Yo solo me río un poco nerviosa.-Creí que le encontraría esta mañana a mi lado.-Ahora intento de hacer una conversación.
Él me contestó sin mirarme.-¿De qué habla?- Me dice haciéndose el desentendido.
-¿Ahora actuaremos como si no hubiera pasado nada?-Pregunto nerviosa.
Él se levanta de su asiento y camina hacia la puerta, y al salir me dice.
-¿Se tomo las pastillas que le dije que se tomara?-Yo solo suspiro con fuerza y le contesto.
-Sí.-Le contesté sin ganas.
-Bien, porque son anticonceptivos, son importantes.-Él sale de la oficina sin decir nada más. No puedo hacer nada contra esto. Así que como buena asistenta solo me ocupo de organizar su agenda. Cuando termine, él llegó con un café en mano.
-¿Mis citas están programadas?-Me pregunta desde la puerta.
-Sí.-Le digo levantándome de la silla y tomando la agenda en mis manos.-Tiene su primera cita en dos horas.
-¿Quién?-Me pregunta mientras le da un sorbo a su café.
-La señorita Chloe James.-Le digo leyendo un papel.
-Bien.-Me dice entrando al lugar y cerrando la puerta. Para después quitarse su bata, al principio solo pensé que se lavaría o algo parecido, pero me levanta y pone mis piernas alrededor de su cadera. Él se sienta en la silla mientras me entierra su hombría, y yo solo suspiró mirándolo a los ojos.
-¿Qué hace?-Pregunté temerosa.-Creí que no lo hacía en el hospital.-Estaba aún muy molesta.
-No lo hago.-Me entierra un poco más su hombría, yo solo gimo apretando su espalda.-Pero hoy estoy un poco susceptible.
-Creí que solo las mujeres estaba susceptibles, ¿por qué cambió de opinión?-Le digo susceptible.
-Yo nunca he cambiado de opinión.-Me dice besando mi nariz.-Yo nunca dije nada de lo que me pueda arrepentir.
-No se emocione.-Le quitó mi cuerpo de encima y me bajo de la silla.-No lo volveré a hacer, lo hice porque necesitaba el dinero para mi hermano Kyle, no tengo motivos para volverlo a hacer.-Estaba más que enojada con él.
-Creo que lo único que intenta hacer señorita White, es llenar el mal rato que le hice pegar en la mañana. Es muy rencorosa.-Dijo recargándose en su escritorio.
-Qué bien que recuerde todo.-Dije muy rencorosa.
-Yo recuerdo todo.-Me asegura.- Mi IQ no me permite olvidar nada, todo lo que leo o escucho se queda grabado con tan solo una vez que lo digan.
-¡Que horrible! Usted tiene que ser muy rencoroso también. Nunca olvidar, pareciera ser un crimen.-Murmure mientras cruzo mis brazos.
-¿Cuánto vale su trasero señorita White? Usted solo diga número.-Esta vez parecía ser un buen trato; pedirle dinero y dejar de ser pobre pareciera ser una buena opción.
-Cuanto es lo máximo que me daría, por hoy.-Le digo interesada en su bolsillo, mientras trato de lucir fría. Él me mira y se ríe.
-Dos mil setecientas libras.-Esa era una suma muy grande, no podía dejar pasar esto, así que lentamente me quito el uniforme, hasta quedar en ropa interior. Él sonríe como el mismísimo diablo, mientras trató de poner el trabajo antes del amor, a o lo que sea que se le llame, al estúpido sentimiento que estoy empezando a sentir por este idiota.
Él me toma entre sus brazos y me besa, sus labios me hacen sentir tantas cosas que no quiero sentir. Sus manos se pasean por todo mi cuerpo y yo sólo intento pensar en que me desagrada que me toque, pero en realidad es muy placentero.
Él me pone encima de su escritorio, para abrir lentamente mis piernas, para luego meter lentamente su lengua mientras me lame. Yo no puedo controlarme, así que intento cerrar las piernas, mientras él me dice con el dedo, que no lo haga.
Él me vuelve a abrir las piernas y mete su lengua una vez más, mi cabeza se hace para atrás al sentirle en mí, no podía dudar, así que tomo mi orgullo y cierro mis piernas. Yo lo beso directamente en los labios, y me lanzo hacia él.
Él me carga desde el trasero y me aprieta con fuerza, yo llevo mis manos a su camiseta blanca hasta quitársela; su piel morena me hace sentir en casa. No sé porque razón le abrazo fuerte y él me sostiene, para después quitarme mi sostén, mientras pasa sus dedos largos y delgados por mis senos, haciéndome querer un poco más de su toque.
Sus labios se posan encima mío, mientras yo cierro los ojos, intentando disfrutar; hasta que me hace bajar del escritorio, pone mi estómago sobre éste y me hace quedar en una posición que en realidad nunca me ha parecido bonita.
-Te dolerá solo un momento.-Me dice al oído, mientras yo me siento temerosa. Él me quita las pantaletas, mientras yo espero lo peor, nunca en mi vida me ha gustado este tipo de posiciones, puesto que la gente decía que era bastante doloroso.
Cierro los ojos y él me inviste con fuerza, y como creí, fue doloroso; sentía que una parte de mí se me arrancaba, abrí mi boca y saqué un gemido.
-Duele.-Le digo entre lágrimas.-Duele.-Intento moverme, pero él pone su mano en mi cabeza y me impide quitarme de ahí.
-Te dije que iba a doler.-Me inviste con más fuerza, ahora es más dolorosa, pero aunque no lo crean, cuando se movía más, sentía placer. No podía dejar de jadear, una capa delgada de sudor se posó en mi frente, mientras él aprieta con fuerza mi espalda desnuda. Un dolor paso por mis caderas, para luego sentir algo maravilloso, mientras solo saco un gemido de mi boca rojiza.
Él lentamente se despega de mí, para sentarse en al lado mío. Él se pone su camiseta tranquilamente, mientras yo aún me recupero. Mientras limpio mis lagrimas lo miro, y él está sonriendo, así que después me pasa con sus manos largas, mi uniforme.
-Rápido.-Me dice sin más.-Tenemos una cita con la señorita James.-Yo solo asiento y me pongo mi ropa.
Él disfruta verme mientras me pongo la ropa, yo solo intento no temblar al sentir su mirada en mí.-Deberías de ser menos penosa.-Me dice lamiendo su labio inferior.-Las personas que tienen bonitos cuerpos, deben presumirles a los demás con orgullo. No sé porque usted no lo hace.-Ahora muerde uno de sus dedos, mientras me siento muy sexy ante él.
-Será porque no tengo uno hermoso cuerpo.-Dije algo cohibida.
-Siga diciendo eso.-Me dice pasando su bata blanca por sus hombros. Antes de abrir la puerta, él saca el dinero de su cartera.
-Creí que no tenías billetes, supongo que usted no recuerda muy bien lo que dice en verdad.-Le digo molesta, mientras guardo el dinero.
-No, antes de anoche no cargaba billetes, supuse que los necesitaría.-Me da el dinero, y yo solo paso mis manos por mi estómago que está rugiendo. Salgo de la oficina y corro a la cafetería para encontrarme con Ross, ella aún está molesta conmigo.
-¡Por favor perdóname!-Le digo abrazándola con fuerza.
-Te perdono, pero no me hagas esto de nuevo.-Yo solo le sonrió, tomó el dinero y se lo doy.-Esto es para comprar comida y pagar el alquiler.
-¿De dónde conseguiste este dinero?-Me pregunta sorprendida.
-Hice un pequeño trabajo, nada en especial.-Dije sin más, mientras intento que me crea y no pregunte más.
-Candy, dime ¿qué clase de trabajo te paga tanto dinero? Esto es más que demasiado, podríamos cambiarnos de departamento con esto.-Dijo algo desconfiada, mientras intenta ver lo bueno del dinero.
-¡Hagámoslo! El lugar donde vivimos es muy peligroso para Lily y Sam, ¿no lo crees?-Ella me sonríe con unas lágrimas en sus ojos, mientras sé que para ello sus hijos lo son todo.
-¿Harías esto por mí?-Me pregunta incrédula.
-Por nosotras, te quiero amiga.-Ross era una parte importante en mi vida. ¡Claro que haría todo por ella!
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LA ENFERMERA
RomanceLas invito a leer está nueva historia adaptada para nuestros personajes favoritos Candy y Terry.. La portada trate de hacerla lo más cerca de parecido a nuestra pareja.