Adaptación Sin Fines de Lucro. La historia original pertenece exclusivamente a Lily Arzola. Los personajes son de Naoko Takeuchi.
#LaEnfermera
Capítulo 28
Las semanas pasaron rápidamente, y aún seguía pensando sobre el aborto, aún cuando trate de impedirlo. Mi madre me llamaba cada noche, diciéndome que era buena idea abortar.
Ver al doctor Granchester tampoco me ayudo, todos los días verlo y saber que ahora estoy cargando a su hijo, y que él no puede saber que existe, es duro.
Ahogo mis penas cocinando en la cafetería y lloro siempre que hago mis famosas galletas que son un éxito en la cafetería. Al terminar, sé que tendré que regresar a la realidad. Mi trabajo no es fácil, puesto que tengo que tomar turnos largos, esta vez me tocaba estar en la noche con el doctor Granchester. Sin duda estar con él me ponía nerviosa. Él no se me insinuó otra vez, quizás herí su orgullo, pero él tiene tan aplastado el mío, que ya no me interesa ni un poco lo que siente. Al estar dando mis rondas por los cuartos, me encuentro con el doctor Steward, quien también está dando también rondas.
-¡Candy!-Me llama cuando yo intento evitarlo, así que sigo mi camino sin mirar atrás, pero él me alcanza.-Lo lamento.-Me dice cuando tiene mi atención.
-Acepto su disculpa.-Le digo seria.-Ahora tengo que empezar a trabajar, lo lamento.-Intenté irme pero él me tomó de nuevo del brazo, queriendo explicarse.
-¿Qué pasa? Lamento lo que dije, tú me conoces bien y sabes que no soy esa persona que viste hace poco.-Está siendo honesto.-No quise hacerte daño.
-Le agradezco todo lo que hizo por mí, es más le debo demasiado.-Pero esta vez tomo mi orgullo pisoteado y le digo:
-Pero nunca me interesare de esa manera por usted, lo lamento.-Él mira al suelo mientras lentamente va aflojando sus dedos, que están en mi brazo. Después me deja ir tan rápido como el aire. Quizás él también está dolido, pero no necesito a otro hombre que juegue conmigo.
Todo esto era un remolino para mí y no necesitaba más situaciones que me hiciera llorar, pero ahora estoy llorando en una banca sola, mientras pongo mis manos en 324. Él debe de estar asustado, no sabe si se quedara en el mundo, o tendrá que irse más rápido que la luz. Mientras me desahogo, siento que alguien se sienta al lado mío, yo secó mis lágrimas y miro a una mujer muy hermosa, de inmediato sé que es la madre de Terry.¿Estás bien?-Me pregunta preocupada, mientras las dos somos las únicas en la terraza, donde dan los paseos para los enfermos.
-Lo lamento.-Le dije limpiando los rastros de mi tristeza.
-No debes de estar asustada, sé que no es fácil tener un hijo, pero a veces te das cuenta que cuando los tienes, te pueden llenar la vida por completo. -Me comenta mientras sonriente, mientras miramos las estrellas resplandecer.
-¿Así fue para usted, tener al doctor Granchester?-Le pregunté curiosa y algo avergonzada a la vez, pero realmente quiero saberlo.
-¿Terry?-Suspiró profundamente mientras mofa.-Él no fue planeado, es más, apenas iba a acabar mis estudios. Su padre es abogado y también apenas terminaría la carrera. No disfrute mucho de mi hijo, puesto que siempre tenía que estudiar e irme a trabajar. Supongo que por eso Terry es tan listo, ya que yo estudiaba con él desde pequeño. Hubiera querido darle lo mejor a Terry, yo solo pensaba en él. Hasta cuando lo dejaba con su abuela, él se ponía tan triste al verme partir. Es por eso que de grande a acostumbrado a su hija a no depender de él.-Ahora lo entiendo, él no quiere que su hija sienta apego a él, para que no le duela su ausencia.-Pero me alegro la vida, nunca pensé amar a alguien como lo hice con Terry.
Yo solo suspiro profundamente, mientras ella me mira.-No lo abortaras, ¿verdad?-Me pregunta mientras aún luce su sonrisa.
-No.-Le contesté negando con mi cabeza.-No lo hare.-Me digo a mí misma recordándome que yo también puedo amarlo tanto.-Lo lamento 324.-Dije sollozando, mientras paso mis manos por mi vientre.
-¿Así que tiene apodo?-Me pregunta curiosa, mientras yo solo asiento feliz con mi cabeza.-Su nombre por ahora es 324, el número en su ecografía.
-Hola 324.-Dijo poniendo una mano en mi estómago.-¿Serás una bebé o un bebé?-Pregunta mientras sonríe.
-Lo que él quiera ser, yo estaré aquí para amarlo.-Dije pasando mis finos dedos por mi estómago, pero antes de hacer una cosas más, el doctor Granchester está viéndonos a las dos; sus ojos están grandes y sorprendidos al vernos en esa situación íntima. De inmediato quito la mano de su madre y la mía, para aparentar que solo estábamos hablando.
-¿Qué pasa aquí?-Pregunta Terry mirándonos alarmado, mientras la doctora no sabe que decir, así que yo me le adelanto.
-Ya no me duele el estomago.-Me levantó con rapidez, de una de las bancas blancas.-Gracias por el medicamento.-Intenté irme, pero él me tomó del brazo. -¿Como que te duele el estómago? ¿No has comido?-Me pregunta preocupado, mientras su madre nos mira con detenimiento. Yo intento que ella no se dé cuenta, que quizás haya algo entre nosotros.
-Sí, ya he comido.-En realidad llevo dos días sin probar ni un bocado, creo que 324 a de estar triste.
-¿Segura?-Me dice viéndome a los ojos, mientras intento quitar esa mirada de su rostro.
-Sí.-Le arrebató mi mano e indiferente salgo de la escena. Camino con rapidez a la cocina porque estoy siendo una mala madre con 324, tengo que hacerle de comer.
Así que cuando llegó a la alacena de la cafetería, intento hacer un poco de risotto de frijol con un poco de pescado; este me queda genial, así que me lo sirvo en un plato y me siento sola en la cafetería. La cafetería estaba con la luz semi prendida, no me preocupo que alguien venga, puesto que hay poca gente y los doctores no suele venir aquí, ya que dicen los rumores que asustan en la noche.
Yo intento probar de mi comida, que huele delicioso y cuando lo pruebo, mi paladar se llena de sabores que me hacen revivir.-¡Oh, esta tan bueno!-Digo feliz pero aunque lo disfrute, eso no significa que le guste a 324, así que de inmediato siento como la comida viene de regreso, yo pongo una servilleta en mi boca y logro detener el vomito.-¡Maldición!-Digo enojada.-¿No te gusta esta comida?Pregunté frotando mi vientre.-¿Entonces que es lo que quieres? ¿Bananas? ¿Fruta? -Pero sé que 324 aún no puede decirme lo que quiere. De la nada escucho una voz decir mi nombre, al instante la piel se me eriza, ¿será que es cierto que asustan aquí?
-¡Quién anda ahí!-Grité muy espantada.-No te tengo miedo.-Dije subiéndome casi sobre la mesa, pero de la nada el doctor Granchester aparece divertido.
-¡Vaya, que tienes miedo! A pesar de que pasas la mayor parte de tu día aquí, cocinando galletas.-Yo solo ruedo los ojos y bajo de mi silla.
-¿Qué quiere?-Le pregunté indiferente.
-Parece que no le gusta mucho mi presencia.-Dijo como si no fuera así. ¡Claro que no me gustaba su presencia!
-¿Debería de agradarme? ¿Acaso usted es tan bueno como para que yo le haga fiesta cuando llega?-Pregunté molesta, mientras hago a un lado la comida.
-Wo, no tienes que ser tan mala, hago lo que puedo.-Dijo oyéndose como un idiota.
No hace suficiente.-Intenté irme pero él como muchas veces lo hace, me tomó del brazo.
-No he acabado, siéntese.-Yo siento la presión, así que lo único que hago es sentarme en la silla y escuchar lo que este tipo tenga que decirme.
-Siento que he sido muy malo con usted, y usted por fin se dio cuenta que no necesita de mí.-Ahora se detiene para aclarar su voz.- Y eso lo estoy resintiendo.Yo misma me estoy pudriendo sentada ahí.
-¡Vaya! ¿Siente? Qué alegría.-Le digo con mi cara seria.
-¿Qué es lo que quieres?- Me pregunta enojado, mientras traga saliva y entrelaza sus dedos.
-¿Qué es lo que quiero?-Le pregunté alzando una ceja.
-Sí.-Respondió fuera de sí, estaba muy frustrado.-¿Cuánto dinero necesita para que vuelva la Candy de antes? ¿Cuántas joyas necesito comprarle para que esté de nuevo conmigo?-Me pregunta enojado, pero más enojada estoy yo. Mi bebé está escuchando esto y sé que él se está vomitando.-¿Quieres que te compre un auto? ¿Un Ferrari? ¿Quieres que te ponga en mi testamento como concubina? ¿Quieres recibir una pensión y no trabajar en toda tu vida? ¿Dime que hacer para tenerte de nuevo?-La desesperación de sus voz era lo que me preocupa, yo me sentí humillada cada vez que decía algo, pero su desesperación era algo que no podía ni siquiera reconocer. Quería patearle el trasero y decirle que era un desgraciado, pero lo único que salió de mi boca fue razonamiento.
-No, gracias.-Me levanto de mi asiento y dejo la comida.-No estoy interesada en tener algo de usted, es más tengo suficiente de usted, gracias pero no.-Él solo aprieta fuertemente su quijada mientras su corazón está latiendo fuertemente, puesto que veo su pecho moverse.
Antes de dejar la cafetería, él pronuncia unas palabras que aún que son cortas, se quedaron pegadas a mis oídos. -No renunciare tan fácil.-Me dice con una sonrisa a medias, mientras yo solo salgo de la cafetería con miedo de lo que él dice.
Supongo que ustedes sabrán como termino esto; la noche de pronto se hizo de día, las horas pasaron rápidamente para mí. Aún tenía mucha hambre y sabía que tenía que comer algo, así que cuando estoy lista para irme del hospital, la madre de Terry se acerca a mí.
-Toma.-Me dice dándome un pequeño botecito.-Es hierro, ya que no comes bien, necesitas que 324 esté bien.-Yo sonrió alegre, mientras veo que al menos ella se preocupa por 324.
-¡Gracias!-Ella me abraza con fuerza y su perfume caro se impregna en mis fosas nasales, creo que me siento segura a su lado.
-No hay de que, cuida del bebé.-Me dice sonriendo. Yo me siento feliz de que 324 oiga a su abuela preocuparse de él, supongo que es algo lindo.
Al salir del hospital aún puedo mantenerme de pie, así que me aseguro de alimentar bien a 324. Salgo al supermercado a comprar verduras, carnes y demás. Estoy feliz puesto que es la primera vez que gasto mi sueldo en mí, aun cuando el doctor Granchester me pagaba, todo ese dinero era para alguien más, pero ahora yo y 324 necesitamos del dinero más que mi madre, Ross o alguien más.
Al terminar de hacer las comprar víveres, voy a una tienda de ropa. Así que entro a está, y voy directamente a la zona de bebés, al ver tantas cunas y zapatos me quede deseosa de saber que será. ¿Niño o niña? Una chica muy amable se acerca a mi curiosa, mientras me ve dudar ante un mameluco rosa.
-Hola, ¿cuantos meses tienes?-Me pregunta mientras yo sonrió con alegría, para después decirle:
-Creo que apenas un mes.-Le contesté algo contenta.
-Wo, supongo que estas muy feliz, ¿qué quieres que sea?-Me pregunta con una gran sonrisa en sus labios. Yo solo suspiro profundamente, mientras miro los trajes de hombres.-No lo sé, quizás lo que a él bebé le guste.-Dije esperando que el decidiera eso.
-Qué tal si por ahora comprar unos cuadros, para poner su ecografía y tenerle presente.-Eso suena bien, así que la chica me enseña los cuadros pintados de diferentes colores con pequeños animales decorando dulcemente de ellos. Yo me decido por un color intermedio, el amarillo es muy bonito y me gustan las jirafas bebés, así que compro un portarretrato, pero en realidad tuve que tener más cuidado, el centro comercial está a algunas calles del hospital, no medí que el doctor Granchester y la doctora Miller, pasarían por ahí. La cara del doctor Granchester al verme comprando en una tienda de bebés fue épica, sus ojos casi se le salen y yo solo oculto el retrato con mis demás bolsas.
La doctora Miller me ve de inmediato y corre hacia mí.
-¿Vas a tener un bebé?-Me preguntó con descaro, mientras yo siento pasar una daga por mi cuerpo.
-No.-Contesté de inmediato, mientras el doctor Granchester se incorpora a la plática.¿Y ustedes?-Les pregunté metiéndome con ella, pues sabía que jamás tendrán un bebé juntos.
¿Yo? ¿Por qué piensas eso?-Preguntó la siempre metiche doctora Miller. Para mí ya no era hermosa, ni linda, era solo una bruja.
-Porque estás aquí, viendo cosas de bebés.-Ella solo se ríe un poco, pero esta disgustada.
-Me gusta mirar la ropa de bebé con Terry.-Dice tratando de tomarle de la mano, pero él de inmediato se aparta.-Aunque sé que a Terry no le gusta.-Dice desanimada.-Pero Terry es demasiado lindo como para decirme que no es molesto.-Terry sigue en su papel, como siempre aguanta a la doctora, pero sé que por dentro está más que aburrido de eso.-Pero tú, dime que hace una enfermera sin dinero y sin nada aquí, comprando cuadros de bebés, ¿quizás estás embarazada?-¡Maldita sea! ¡Como la detesto!
-No es para mí.-Le contesté sin más.-Tengo una amiga que tendrá pronto un bebé, creo que un cuadro sería un regalo perfecto.-Trato de lucir creíble.
-Bueno, con el poco dinero que ganas creo que estará bien.-Ahora sale la verdadera bruja. Al principio ella decía que no le interesaba el dinero, pero ahora sale la verdadera Abby que no esperaba ver.
-Sigan viendo.-Les digo con una sonrisa.-A lo mejor y se les antoja tener un bebé a ustedes juntos.-La sonrisa de Abby se esfumó. Terry estaba echando humo por los oídos, mientras yo solo salgo del almacén con una sonrisa en mis labios.
324, estarás bien al lado de tu mamá. Te protegeré hasta el final de mis días.

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LA ENFERMERA
Storie d'amoreLas invito a leer está nueva historia adaptada para nuestros personajes favoritos Candy y Terry.. La portada trate de hacerla lo más cerca de parecido a nuestra pareja.