Adaptación Sin Fines de Lucro. La historia original pertenece exclusivamente a Lily Arzola. Los personajes son de Naoko Takeuchi.
#LaEnfermera
Capítulo 16 -
A la mañana siguiente, un hermoso sol me despierta deslumbrando mi cara deslavada. Yo me siento muy feliz y completa. A mí lado ya no está el doctor Granchester, así que me levanto y me pongo sus pantuflas y su suéter de lana que me tapa lo suficiente como para salir hacia la sala.
Yo lo busco como una loca y al llegar a la sala, me doy cuenta que está sentado ahí con un nuevo traje color azul marino y su bata. Parece tranquilo leyendo el periódico, con una sonrisa me acerco a él mientras mis piernas desnüdas son más atractivas con este suéter.
-Buenos días.-Le dejo un beso en su mejilla inesperadamente, mientras me siento en el sillón y trató de atraer el calor, pasando mis manos por mis brazos. Él me mira muy poco, parece frio y no el de anoche.
-Tomate una ducha y puedes llevarte algo de mi armario.-Me dijo con frialdad.
-¿De qué hablas?-Le digo sin entender, mientras lo miro.
-Quiero que te largues.-Me dice con furia.-No te quiero en mi casa más, hasta que te necesite. ¿Entiendes? -Me dice mientras tengo ganas de que el suelo me trague.
-Estas bromeando, ¿verdad?-Le pregunto a punto de llorar, pero tenía que ser fuerte.
-Solo eres un juguete Candy, tu cuerpo solo vale dos mil quinientas libras.-Una lágrima sale de mi ojo izquierda, no quiero ser demasiado cobarde enfrente de él.
-Entiendo.-Le digo tragándome las lágrimas.-Dejare su casa de inmediato.-Subo las escaleras completamente enojada. Las lágrimas de odio e impotencia salen de mis ojos, no me duche, solo me pongo mi uniforme y tomo mis cosas. No quería ser tan humillada, así que intento salir del departamento lo más rápido posible, pero el me detiene de la nada, tomándome del brazo.-¿Que quiere?-Le gritó demasiado enojada, mientras él solo estira su mano y me entrega un pequeño sobre. Yo no entendía que era y cuando lo abro; es el dinero, libra por libra, no faltaba nada.
Yo le arrebató mi brazo y salgo de su departamento, mientras estaba más que avergonzada, pero aún estaba ese capricho dentro de mí. No pude evitar llorar todo el camino a casa, me sentía derrotada; pero al llegar a mi departamento, me sentí aliviada.
Al intentar abrir la puerta, me doy cuenta que la cerradura está rota, mientras que lo primero que se me viene a la cabeza, son ladrones. Pensé que era un buen vecindario, pero al entrar y ver todo tirado, me hizo estremecer. ¿Qué demonios había pasado?
Cheque que los niños estuvieran bien, por suerte ellos estaban bien, pero llorando en una esquina de sus cuartos.
-¡Lily, Sam!-Gritó con fuerza, mientras ellos me abrazan.-¿Dónde está mamá?Les pregunto, mientras ellos asustados me dicen que está en su recamara. Yo los dejos por unos minutos, para ir a la habitación que Ross y yo compartimos. Y al llegar al departamento, me doy cuenta que ella está tirada en el suelo con la cara completamente golpeada.
-¡Ross!-Grité tomándola con fuerza entre mis brazos.-¿Qué paso?-Le pregunto viendo su labio roto y su ojo morado. Quise llamar a la ambulancia y a los policías, pero Ross no quiso, lo único que pude hacer por ella fue cuidar de ella y sus hijos.
Al principio Ross no quería decirme lo que estaba pasando, los niños por suerte se distraen con facilidad, así que les di de desayunar y se quedaron viendo la televisión. Por mi parte yo estaba con Ross, mientras ella no quería hablar, pero yo cure sus heridas.
-Tienes que decirme que paso.-Le dije tratando de que tomara agua por un popote.
-No es importante.-Me dice mientras suspira profundamente.
-Ross ¿cómo que no es importante?-Le dije enojada.-Pudieron matar a tus hijos. ¿Dime qué demonios paso?-Ella traga saliva, mientras tarda por lo menos unos diez minutos para decirme. Después me comenta que en realidad ella tiene un pasado muy obscuro. Sus hijos como era de imaginar no venían solos, sino con un padre; éste era machista y golpeador.
Ella se separó de él cuando en realidad quiso golpear a Lily. Su relación fue empeorando cuando Ross ya no quería que él viera a sus hijos, así que mantuvo su dirección muy escondida, pero al cambiarnos a un lindo vecindario, él pudo encontrarla, y cuando tuvo la oportunidad la golpeó con coraje por llevarse a sus hijos.
-No podemos dejar esto así.-Le comentó mientras paso mis manos por sus mejillas moradas.-Ese bastardo tiene que estar en la cárcel por golpearte.-Pero sinceramente Ross no era tan fuerte como aparentaba, ella tenía miedo de hacerlo, era obvio que tardarían mucho tiempo en ingresarlo a la cárcel. Él la mataría si sabe que lo denunciamos, pero ella en realidad es muy importante para mí.
-Tenemos que ir a trabajar.-Murmura mientras mira sus manos golpeada. De inmediato yo frunzo el ceño, mientras sé que está siendo absurda.
-No, no irás a trabajar.-Le respondo con enojo, mientras ella empieza a llorar.
-Tengo que ir.-Yo me niego, así que tomó el dinero que me dio el doctor Granchester y hago una reservación en un hotel fino, para que ella vaya con sus hijos y descanse.
-No puedo ser tan comodina.-Me dice tratando de persuadirme, mientras sé que ella se preocupado mucho por mí, ahora es mi turno de regresarle todo lo que me ha dado.
-Yo me arreglare con la enfermera superior, tú debes ir y descansar.-Así que no tuvo otra alternativa que hacer lo que yo le pedí.
Después de llevarla al hotel, me fui directo al hospital. Al llegar le tuve que decir la verdad a la enfermera superior; ella entendió y me pidió que le dijera a Ross que podía faltar una semana, si ella quería.
Después de eso tenía que afrontar mi verdadero dolor de cülø. Tenía que ver al doctor Granchester frente a frente. Al llegar a su oficina, él ya estaba ahí, como siempre tecleando con fuerza su laptop. Al entrar no le dije nada, solo tome su agenda y empecé a ver lo que tenía que hacer hoy. Hoy tenía una intervención quirúrgica; una simple gastroscopia, que era sencillo para el doctor Granchester.
-Tiene una intervención quirúrgica en una media hora.-Le comento distante.
-Se más exacta.-Me dice también distante, mientras no deja de ver su ordenador.
-Un niño de quince años, llamado James Prescott. Gastroscopia para ver la mucosa de su estómago. -Ahora estoy siendo más exacta, mientras intento leer los expedientes del chico.
-Muy bien.-Cierra su portátil y se levanta. Después se desinfecta con jabón especial, mientras yo preparo todo lo que se necesita. Es bastante simple esto, pero aun así tengo que acompañarle, aunque quiera sacarle la cabeza y llevarla rebotando como pelota hasta noruega.
Como siempre yo tenía que preparar al paciente, lo ayude a vestirse. Lo más común para una gastroscopia, era la observación de úlceras de estómago y de duodeno, pero existen otras posibles razones para la exploración como pueden ser pólipos, varices, y otras lesiones de más gravedad. La gastroscopia es un método de exploración que se realiza con un tubo de luz. Dentro del tubo existe un espacio para introducir un sistema auxiliar para tomar biopsias (trozos o partes de mucosa) para su análisis posterior y para recoger cultivos de Helicobacter pilory.
Antes de introducir el tubo de exploración, se aplica un spray con anestesia en la boca y garganta, para disminuir el reflejo de deglución y del vómito. A veces se puede utilizar un anestésico general en la vena, que dura unos minutos.
El médico introducirá el tubo a través del esófago hasta el estómago y luego hasta el duodeno para examinar y ver toda la mucosa de estas áreas. Suele ser necesario introducir aire para abrir un espacio en el tubo gastro-intestinal, para poder permitir el paso del endoscopio. La gastroscopia es una exploración con escasas complicaciones, si el médico es experto en la exploración. Así que la operación salió con éxito, el niño pudo descansar en piso (Una habitación)
Desgraciadamente para mí esto no terminaba, tenía que ayudarle a el doctor Granchester a quitarse el uniforme de la intervención; tocar su cuerpo y sus manos para mí era una tortura. Lo único que quería era estar lejos de este hombre tan malo.
Después de ayudarle a quitar el uniforme azul, hecho de algodón, él me dice.
-Necesito que sea más veloz.-Me comentar mirándome a los ojos.
-¿Más veloz? Hago lo mejor que puedo.-Le dije entre dientes, puesto que estaba muy enojada.
-No lo hace lo suficientemente bien, como para agradarme.-Me contesta con esos ojos tan claros y hermoso.
-Lamentablemente no me interesa agradarle.-Intentó salir de la habitación, pero él me jala con fuerza.-¡Me duele!-Le gritó mientras le arrebató mi brazo.¡Maldita bestia sin corazón! ¿Por qué no me deja en paz?-Ahora yo parezco la mala.
-Te despediré.-Me advierte, mientras que no le gusta que le hable de esa manera.
-Haga lo que quiera, lo único que quiero es tener lo menos que ver con usted.-Ya no podía soportarlo más. Así que salgo del lugar sin que me importe lo que él piense, estoy tan enojada que lo primero que hago es ir a visitar a Liza.
Al llegar a su habitación, me siento en su cama con algunos dulces.
-¿Dónde estabas idiota?-Me pregunta preocupada, mientras que siempre tiene que lucir como su padre.
-Lamento no haber podido venir antes, tú padre me tiene trabajando como una loca.-Le digo triste.
-Al menos estás haciendo algo productivo.-Me dice comiendo algo de dulces.
-Pero ya estoy aquí.-Dije pasando mis dedos por su cabeza, que trae un gorro. -¿Suenas triste? ¿Qué te pasa?-Pregunta con un regaliz en su boca.
-Nada.-Le digo tratando de cambiar de conversación.
-Dime, ¿es un hombre?-Tú padre, me digo a mí misma.
-Sí.-Le digo sin más, siendo sincera.-En realidad creo que me estoy enamorando de él.-Le confieso sincera.-Pero dime ¿cómo te fue en las quimios?-Pregunto cambiando la conversación.
-Pues normal, el cabello se me está cayendo.-Me dice quitándose su gorro de lana color azul, tenía poco pelo pero aún tenía.
Así que tomó unas tijeras y un espejo. Después lentamente corto mi cabello, mientras ella se queda con la boca abierta, hasta que termino. -Eres muy tonta.Me dice acercándose a mí.-Pero me agradas cada vez más.
-Tu también me caes bien.-Le beso su cabello n***o.
-No te preocupes por ese perdedor.-Me dice con gracias.-Tal vez seas idiota y a veces mal hecha.-No me ayudes por favor.-Pequeña tonta. No olvides jamás de tu corazón. Debes conservar siempre la bondad que hay en tu corazones, sólo de esta manera podrás pasársela a tus hijos.-Yo me quedo con la boca abierta ¿dijo lo mismo que su padre me dijo? ¿Era coincidencia?
-Gracias.-Le digo besando su mejilla.-Tengo que irme.-Le dije nerviosa.
-Adiós, Candy.-Era la primera vez que me llamaba por mi nombre, quizás ahora yo estaba rompiendo su corazón de hielo. Desgraciadamente el que quería derretir, era el de su padre, pero sabía que no iba a ser fácil.
Después de enfriarme un poco, voy directo a su oficina. Quizás quiera despedirme o hacer que me disculpe, pero todo eso fue lo contrario. Cuando entre por la puerta de color caoba, él actuó como si nada. De inmediato me siento en el sillón viendo sus mensajes, pero alguien toca la puerta varias veces. Yo abro como siempre y era un hombre muy parecido a mi jefe, pero algo viejo.
-Hola.-Le digo pero antes de que él me contestara, el doctor Granchester me tomó de la parte trasera de mi uniforme y me hace a un lado.
-¿Padre?-Dijo el joven sorprendido de ver a su padre.
-¡Hijo!-Contestó el hombre emocionado.
-¿Qué haces aquí?-Parece molesto de ver a su propio padre.
-Estoy en la ciudad y quise pasar a ver a mi hijo.-Dijo con una sonrisa en sus labios.
-Desgraciadamente, estoy muy ocupado.-Dice como si la visita de su padre fuera molesta.
-Hijo, vamos a comer.-Trata de convencerle.
-Lo lamento pero no puedo, podemos tener una corta conversación si quieres.Supongo que es así, con las personas que más se preocupan por él.
-Eso sería excelente. -Dice su padre aceptando sólo una pequeña conversación.
-Rápido. -Dijo haciéndolo entrar a su oficina, yo no sabía que hacer.
-Hola señorita.-Me dice saludándome-¿Eres la novia de mi hijo? Eres muy guapa.-Me dice mientras yo me sonrojo, pero él lo arruina todo.
-Ella no es nadie.-Yo sentí que mi corazón se rompía y al mismo tiempo quería matarlo.
-Lo lamento.-Se disculpó su padre conmigo.
-No se preocupe.-Le digo mirando a Terry con mala gana.-Me voy.
-La necesito aquí, señorita White.-Bueno al menos se sabía mi apellido él maleducado.-Arregla mi agenda.-Yo no tengo otra opción, así que escucho todo lo que se dicen estos dos.
-Fui a ver a Lizzy.-Le comenta el señor de ojos grandes.-Le traje muchos muñecos de América.
-Su nombre es Liza.-Corrige.-Y traerle muñecos solo la malcriara.-Responde el joven guapo, mientras siempre luce tan frío.
-Es una niña.-Contesta su padre, abriendo los ojos.
-Ella tiene que madurar rápido, los cuentos de hadas no existen.-Entonces recuerdo que él leía ese libro de cuento de hadas, ¿por qué lo dirá cuando él las lee?-Tiene cáncer y tiene que saber que la vida no es fácil.
-Hijo, se le debe de mimar más cuando tienen cáncer, no sabes cuánto te dure tu hija. Ella sabe que morirá, la has hecho de esa manera.-Ahora su padre le reprocha, la mal crianza que le ha dado a Liza.
-Tendrá que durar lo que me dure.-Contesta frio.-Pero no puedo malcriarla. En mi mente pasaban los peores deseos para el doctor Granchester.
"Hijo de mierda, no ves a tu hija. La tienes abandonada como un perro, te necesita, maldito hombre sin corazón"
-¿Si es lo único que quieres decirme? Creo que ya es hora de irte.-El padre de Terry estaba más que enojado con su hijo.
-Está bien.-Dijo su padre con enojo.-Cuídate.-Sale de la oficina algo espantado de los sentimientos tan crueles de su hijo. Yo me levanto de mi asiento e intento salir de la oficina, pero él me detiene.
-¿Y qué es lo qué piensa usted de mí?-Me pregunta mientras está mirándome con sus ojos bien abiertos.
-Es algo que a mí no me concierne.-Dije con mis dedos tensos, al igual que mi mandíbula.
-No, pero me interesa saber lo que piensa, ande, ande.-Me dice con la mano.Sorpréndame con sus pensamientos. ¿Quería saberlo? Bien.
-Hijo de mierda, no ves a tu hija, la tienes abandonada como un perro, te necesita maldito hombre sin corazón.-Él solo se ríe cuando acabo de decirle todo.
-Es usted muy lista.-Se mofa divertido.
-Y usted es un maldito pretencioso, sé que a la gente la trata como mierda, pero ella es su hija, sangre de su sangre. ¿Acaso no le duele?-Le pregunto preocupada.
-No me preocupo, ya que tiene a una enfermera metiche, flojonaza y torpe para ayudarla en todo lo que ella necesite, y más si se corta el cabello solo porque a ella se le está cayendo.-Yo me quedo estática, en realidad siempre presta atención a todo. Quizás sea su IQ o algo más, pero todo lo recuerda.-No le diré gracias, porque no le agradezco nada a usted. Él que le ha salvado la vida a Liza soy yo.Él se levanta de su asiento y camina a la salida.-Pero es bueno que tenga una amiga.-Yo sonrío conforme con lo que me dice, pero él prosigue.-Una estúpida, pero una amiga.- Sus palabras son frías, pero se sienten tan calidas.
Yo no entendía a este hombre, pero sí me tengo que quedar calva, lo hare solo por Liza.
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LA ENFERMERA
RomanceLas invito a leer está nueva historia adaptada para nuestros personajes favoritos Candy y Terry.. La portada trate de hacerla lo más cerca de parecido a nuestra pareja.