Capitulo 17

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Adaptación Sin Fines de Lucro. La historia original pertenece exclusivamente a Lily Arzola. Los personajes son de Naoko Takeuchi.

#LaEnfermera

Capítulo 17 -
Se que Liza definitivamente no es mi hija, pero la quiero como si lo fuera. Su padre era demasiado egoísta con esa pequeña, que no podía dejarla sola, así que me ocupe de que ella estuviera cómoda.
Llene su habitación de cosas que compre con el dinero de su padre, bueno el que me gane acostándome con él. Adorne su cuarto como si fuera el de una princesa, desde las sabanas hasta las cortinas, también le compre una pequeña mesa blanca donde podría poner todas sus medicinas, y también un pequeño espejo para que se mire cuando ella quiera.
Las enfermeras que cuidan de ella, me ayudaron a persuadirla, en cuanto yo armaba todo esto. Después la trajeron con una venda cubriendo sus lindos ojos avellana. Ella entró al lugar con una sonrisa en su boca, y al desatarle la venda, sus ojos se alumbraron de felicidad, e incluso tapó su boca y dio un grito ahogado.-¿Qué es esto?-Preguntó incrédula, mientras se le ve feliz.
-¡Sorpresa!-Le digo sonriente.
-¿Tú lo hiciste?-Me pregunta con lágrimas en sus ojos.
-Las princesas deben ser tratadas como princesas.-Ella corre hacia mí y me abraza fuertemente, es la primera vez que Liza demuestra querer a alguien. Nunca le he visto de una manera simpática con nadie, así que me siento orgullosa de ser yo, la que está sosteniendo sus pequeños brazos.
-Gracias, Candy.-Se aferra mi uniforme, mientras la cargó y besó su cabellera negra.
-Siempre estaré contigo.-Ella se aferra un poco más, mientras prometo estar siempre para ella. Después de la gran sorpresa, ella y yo comimos dulces en su nueva cama de princesas.
-¿Sabes qué me encantan las princesas?-Me dice feliz de tener las caras de todas las princesas de Disney en sus sabanas.-Mi padre no suele dejarme leer ese tipo de libros, porqué cree que es un desperdicio.-Pero si supieras que él también los lee. Después de estar con ella y platicar, era hora de irme.
-Tengo que irme cariño.-Le digo limpiando cada rastro de dulce de la cama.
-¿En serio? ¿Tienes que irte?-Me pregunta algo triste.
-Vendré mañana, una amiga tuvo un accidente y tengo que cuidar de ella.-Le aviso mientras arreglo mi uniforme.
-¿Quién?-Pregunta preocupada.
-Ross, ella fue atacada y necesita que la cuiden.-Dije siempre con una sonrisa.- Aquí tienes muchas personas que te cuiden, pero ella está sola.
-Entiendo.-Me dice asintiendo con la cabeza.-Pero llega mañana temprano, ¡pequeña tonta!-Jamás podre evitar sentirme bien cuando me insulta de esa manera, tan cariñosa.

Te veré mañana.-Salgo de la habitación con una gran sonrisa en mi boca, nunca había querido a una niña tanto como la quiero a ella, pero mis pensamientos fueron borrados por la voz linda y dulce de Harry.
-Candy-Llama mi atención, desde la esquina del pasillo.
-Doctor Steward.-Le digo acercándome a él.
-¿Hoy saldrás conmigo?-Yo hago una mueca preocupada, había olvidado a Harry.
-Me vas a matar.-Él rueda los ojos mostrando molestia, era la primera vez que lo veía de esa manera.
-¿Ahora que excusa tienes? Me gustaría escucharla.-Expresó muy seco.
-No, Ross tuvo una mala noche.-Dije triste, mientras es la primera vez que digo la verdad.
-¿De qué hablas?-Me pregunta preocupado.
-Ayer alguien entró al departamento que Ross y yo compartimos, y ella esta algo grave.-Le dije con seriedad, mientras que no puedo actuar de otra manera.
-¿Por qué no la trajiste a el hospital?
-Creo que lo que ella menos quieres, es que la vean de esa manera y más en su trabajo.-Ahora miro hacia el suelo, ya que Ross significa mucho para mí.
-No tiene de que avergonzarse, la violencia doméstica es muy grave y tiene que combatirse.-Él luce tan listo, mientras está siendo bastante comprensible.
-Lo sé, pero ella no quiere.-Él se me queda viendo por algunos segundos, para luego decirme:
-Te acompañare y revisaré a Ross.
-No creo que ella quiera...-Pero él me interrumpe.
-¿O lo dices por qué saldrás con alguien más?-Ahora alza una ceja, mientras me mira sospechosamente.
-Nunca le mentiría, si quiere puede venir conmigo.-Aunque sé que sería algo vergonzoso que un doctor viera a Ross en su situación, pero en serio quiero que éste bien, así que le llevare a el doctor Steward, para que la cheque.
-Iré por mis cosas.-Le aviso a Harry, mientras me alejó un poco de él.
-Te espero en el estacionamiento.-Yo solo asiento con mi cabeza y voy rápido a la oficina del doctor Granchester. Al llegar a su despacho, me lo encuentro leyendo algunos papeles.
-Buenas noches, doctor Granchester.-Le digo tomando mis cosas.
-¿Ya se va?-Me pregunta sin mirarme.
-Sí.-Le contesto sin más, ya no quería nada que ver con el doctor Granchester, lo único que quería de él es tenerlo lejos de mí.
-Recuérdeme que mañana tenemos cita con unos proveedores de medicina.
-Discúlpeme doctor Granchester, pero soy solo su asistente en enfermería, no tengo porque acompañarle con vendedores de medicinas.-Le dije seria, mientras tomo mi bolso.
-¿Me estás contestando?-Su mirada se fijó en mí y de inmediato sentí la electricidad corre por mi cuerpo, a causa de sus intensos ojos avellanas
-¿Acaso ya no puedo expresarme? Se supone que el país el libre.-Le dije con amargura.
-Te equivocas.-Se para de su asiento, mientras me mira. -El país dice ser libre, pero el 40 % de las persona que viven en Inglaterra son reprimidos, así que eso es pura mierda.-Escupió como una compütädora.
-No me puede interesar menos, si el 40 % de las persona en este país viven de esa manera, yo puedo ser libre si quiero.-Él da un suspiro, para luego decirme:
-En la mañana estaba muy alegre de verme, es más parecía encantada.
-Es porque no estaba pensando bien, pero ahora que estoy más cuerda, me doy cuenta que usted no se merece que yo me ponga feliz por usted, con permiso.Trato de irme, pero el doctor Granchester me para, tomándome del brazo con fuerza, como siempre lo suele hacer.
-Le invito a cenar.-Yo volteo a verlo extrañada, ¿qué demonios pasa por su cabeza?
-No, gracias.-Él me hace otra proposición.
-Entonces tengamos sëxø hoy.-Ahora propone.-Un millón de libras.-Aunque la cifra era tan genial y el estar con él era tentador, mi orgullo paso a primer término.
Puede meterse su millón de libar por donde quiera, no lo quiero. Usted no es lo único en mi vida.-Ahora él se acerca a mí y pone sus manos en mi cintura acercándome a él.
-¿Dime que es más importante que estar conmigo?-Su maldito narcisismo lo hacía quedar ciego, sus labios se semi postran en los míos, pero yo me alejo un poco, mientras aun puedo sentir el sabor de su lengua a menta.
-Mi amiga.-Le afirmó que ella es más importante que todo.-Y le puedo decir un millón de cosas que son más importantes que usted.-Lo empujo con fuerza, haciendo que rebotara contra su mesa de fina madera.-Ahora déjeme en paz, y empiece a tratarme por lo que soy, su asistente en enfermería.-Me salgo con rapidez del lugar, ya no quería ser humillada por ese hombre. No más.
Baje por supuesto al estacionamiento, para encontrarme con el auto de Harry. Subí a su auto, dejando mis cosas de tras de nosotros.
-¿A dónde vamos?-Me pregunta con una sonrisa en sus labios.
-Hotel Ritz.-Él de inmediato se encaminó al hotel.
*
Al llegar al hotel, me sentía mucho mejor, aunque no me extrañaba que todos los empleados del hotel pensaran que Harry y yo nada más veníamos a acostarnos, ya que tengo mala fama. Al llegar al tercer piso, habitación 503, toque la puerta. De inmediato está fue abierta por su pequeña y hermosa hija Lily.
-¡Hola, Lily!–Le digo con una sonrisa en mis labios.
-¡Mamá, es la tía Candy!-Grita despreocupada, mientras yo solo le revuelvo el cabello con la mano. Después hago pasar al doctor Steward, mientras incomoda le sigo detrás para cerrar la puerta.
-Dile a tu mamá, que se prepare para que le hagan una revisión.-Le digo a Lily.
-¿Revisión?-Pregunta la pequeña niña rubia
-¿Quieres que tu mamá esté saludable?-Le preguntó con dulzura. Ella dulcemente asiente con la cabeza.-Claro.-Así que corre a la habitación de su madre, y yo preparo una bebida para Harry.
-Gracias por venir.-Le digo acercándole jugo de naranja, que fue lo que encontré en el pequeño refrigerador.

No te preocupes Candy, yo conozco bien a Ross y sé que es una mujer muy buena, no merece que alguien le haga eso.-Dijo con madurez, mientras se pone a la altura de la situación.
-Todos pensamos eso.-Le digo algo extrañada de que alguien quisiera hacerle daño a Ross. Después de unos minutos, Lily vuelve con una sonrisa en sus labios.
-Dice mi mami que esta lista.-Harry y yo nos levantamos para ir directamente a la habitación. Al entrar está, estaba algo descuidada, pero era normal en la situación de Ross. Por su parte, ella estaba acostada con el ceño algo triste.
-¡Doctor Steward!-Dijo con muy poca energía, pero sorprendida de verlo.
-Ross.-Contesta él con alegría.-Lamento lo que paso, pero ahora yo me haré cargo de ti.
-Candy, no debiste de hacer esto.-Me dice Ross algo molesta.
-Candy, tenía que hacerlo.-Dijo el doctor Steward defendiéndome.- Candy la ama tanto, que se preocupa por su salud.-Ella cambia su expresión, para luego decirme en voz baja.
-Gracias.-Yo solo le sonrío, ya que estoy mejor de que no esté molesta conmigo. El doctor Steward checo a Ross de pies a cabeza, en realidad había zonas de su cuerpo que estaban lastimadas, pero por suerte no estaban rotas.
-Solo tomaras este medicamento para que relaje tu cuerpo, y le dejaré un ungüento a Candy para que te vende todas las noches. Así podrás regresar al trabajo como nueva.-Receta el doctor Steward, mientras me da una nota.
-Gracias, doctor Steward.-Le dice con una enorme sonrisa en sus labios. Después de la revisión, dejamos que Ross descansara, mientras yo le acompaño a la salida, realmente feliz de que él sea tan bueno.
-¿Como le agradeceré por esto?-Le digo saliendo con él de la habitación. Él me mira por algunos segundos.
-Yo sé cómo puedes pagarme.-Me dice serio.
-Dígalo.-Le ínsito a decir su opinión.
Él me toma entre sus brazos y besa mis labios, su lengua se adentra en mi tan fácilmente, rompiendo mis muros de contención. Yo me quedo con los ojos abiertos, mientras la roza su lengua con la mía. Poco a poco me incorporo a él y lo beso de la misma manera. Sus labios truenan con los míos, de lo jugosos que son. Su saliva sabor a fresa me hace llegar a el paraíso en la tierra, hasta que lentamente se separa de mí, dejando una fina cama de saliva entre nosotros.
No sabes cuánto he deseado esto. -Se confiesa.-Candy, yo no quiero ser solamente el doctor que es bueno contigo, ni tampoco el buena onda.-Yo doy un suspiro largo.-Quiero que tú seas mi chica.-Realmente no me esperaba eso.-Yo nunca en mi vida he sido tan sincero, pero me he visto obligado a decirte mis intenciones.-Ahora muerde su labios, mientras me mira.
-¿Por qué?-Le preguntó honestamente.
-He visto cómo te miran los demás hombres, eres bella y muy inteligente. Todos caen a tus pies, es fácil que me enamorada de ti.
-¿Pero de que hablas Harry?-Le dije un sin entender, puesto que no he visto a ningún doctor a mis pies. Él quiere morderse la lengua ante ese comentario, pero al final acaba escupiendo lo que tenía dentro.
-Yo sé que Granchester es un doctor con un carácter terrible, brillante pero es un desgraciado.-Es la primera vez que le escucho decir algo contra Terry.-Nunca en mi vida lo he visto actuar, como lo hace cuando está contigo.-Yo apenas puedo respirar.
-¿De qué hablas? Se la pasa regañándome y tratándome menos.-Trato de corregirlo, pero él no lo cree así.
-Solo lo hace contigo.-Suspira profundamente, mientras acomoda sus rizos.-Miro sus ojos al mirarte y regañarte, lo único que veo es deseo.-Me dice preocupado.
-Estese tranquilo doctor Steward, yo no veré a el doctor Granchester de otra manera, que no sea profesional.-Mis palabras parece relajarlo más, así que me da otro beso en mis labios, para luego irse. No sabía que el doctor Harry, detectaría algo que yo no puedo ver, sobre el doctor Terry.
¿Sera real? ¿O solo son sus celos, que muestran paranoia?

LA ENFERMERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora