Capitulo 31

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Adaptación Sin Fines de Lucro. La historia original pertenece exclusivamente a Lily Arzola. Los personajes son de Naoko Takeuchi.

#LaEnfermera

Capítulo 31 -
Los días y los meses pasaron con rapidez, como un soplo en el aire. Mi estómago ya era muy grande, siete meses felices de disfrutar a 324 dentro de mí, sin duda sufrí demasiado ya que necesitaba a alguien a mi lado en los tiempos difíciles, pero solo contaba conmigo misma y la ayuda de 324.
El restaurante termino de hacerse, cuando justamente 324 tenía siete meses. Mi alegría de saber que cocinaría y seria media jefe del lugar me hacía feliz, pero por otra parte me dolía mucho que el doctor Granchester me hiciera la vida imposible, ¿Qué más quería ese hombre de mí? Si ya me lo a quitado todo.
Lo bueno es que estos últimos siete meses se la ha paso ignorándome, para mi estaba bien, ya que así no me haría daño, aunque su indiferencia aún me molestaba, tenía que aguantar.
El día en que abrió el restaurante, yo estaba muy feliz de que por fin abrieramos las puertas, para todo el público. Ese día el doctor Granchester no se presentó a la apertura, ya que tenía muchas cosas que hacer, así que yo lo abrí junto con el director del hospital. Sin duda la prensa estaba maravillada con la mujer embarazada que sería la nueva chef del lugar. El director estuvo al lado mío siempre, ayudándome con las preguntas que eran difíciles de parte de la prensa, y cuando las personas entraron al nuevo restaurante, se sorprendieron de lo lindo y lo lujoso que termino siendo esta cafetería. Y como estaba embarazada, lo único que hice yo, fue dejarles algunas recetas a las cocineras y que ellos cocinaron por mí. Se que toda la gente que está trabajando aquí es especial, ya que ellos
creyeron en mi antes de ser la segunda dueña del lugar, y me siento bendecida de poder estar haciendo esto con ellas.
La noche se consumió rápidamente, la gente aún no se iba del lugar, parecía que esto iba a hacer algo muy largo.
A la medianoche, el lugar estaba más lleno de lo que pensé que estaría. Desgraciadamente a esta hora, el doctor Granchester terminaba con todos los deberes que tenía pendientes. Su presencia de inmediato llamó la atención de la prensa y de la gente, de inmediato él se presentó como el dueño del restaurante, opacando mi presencia en el lugar.
Él asistió junto con la doctora Miller, quien vestía un hermoso vestido de marca color lila, mientras sus piernas y su piel la hacían ver más atractiva. Todos los hombres del lugar, quedaron fascinados por su elección tan sensual de vestir, hasta el director apartó su mirada de mí y miro a Abby. Por alguna razón el doctor Granchester nunca ha expresado ese interés en nadie, así que, aunque está al lado de una belleza, él no puede notarlo.
Yo me levanto de mi mesa y felizmente estoy dispuesta a ir a casa a descansar. Tomo mis cosas y me despido de la gente que en realidad le interesaba estar conmigo. Ross también está en el lugar, ella me ayudo siendo camarera del lugar, así que se sorprendió al verme despedirme de ella.
-¿Ya te vas?-Me pregunta luciendo triste, mientras intenta detenerme.
-Debo de descansar.-Le comenté con una sonrisa cálida, ya que estoy cuidando muy bien de 324.
-Está bien.-Me da un beso en mi mejilla izquierda, ya que sabe que no puedo descuidar a mi hijo solo por esto.-Ve a casa con mucho cuidado.-Yo le sonrió mientras asiento con mi cabeza, para después tomar mi bolso. Después me dispongo a ir a la salida, al salir del restaurante siento el frío aire soplar con fuerza hacia mí, pero alguien me toma inesperadamente del brazo.
-¿Ya te vas?-Escucho una voz de mujer melodiosa.-¿No crees que es muy temprano para que te vayas a dormir?
-¡Doctora Miller!-Le respondí con indiferencia, arrebatando mi brazo.-Ya es hora que me vaya a descansar.-Trato de seguir mi camino, pero ella empieza a decir cosas estúpidas.
-Desde que estas embarazada estas más floja que nunca.-Me comentó burlona.-Si ya eras floja, ahora eres lo doble.-Yo sin sentido del humor la miro.
-Estoy embarazada, lamento que eso le moleste.-Ella frunce el ceño de inmediato.
-No me molesta.-Ahora frunce el ceño, mientras intenta hacer de sus labios más grandes.-Es más ahora me das un poco de risa.
-¡Qué bien que le causó gracia!-Le comenté mientras expreso felicidad, pero se que por dentro estoy echando humo.-Ahora si me permite me iré.-Pero ella me detiene, una vez más.
-Creo que no quiero dejarte ir, es divertido hablar de lo graciosa que eres ahora, tú estás más...-Abre sus brazos explicando lo grande que ahora me veo.-No es algo muy sexy, pero gracias a dios que tienes aún esa cara de muñeca que arregla todo.
-Que bien, ahora me ire.-Ella toma de mí una vez más, ya me estaba sacando de mis casillas.
-¡Dije que ahora no!-Me dice con su voz profunda.-¿Por qué no vienes conmigo?-Me jala dentro del restaurante, mientras yo intento aferrarme al suelo, pero ahora estando embarazada soy un poco torpe.
Cuando estoy dentro del restaurante al lado de ella, me siento como una pequeña basura y sin duda todos se sorprenden al verme de nuevo aquí, cuando les dije adiós hace algunos minutos. La mirada que más me hizo sentir mal, fue la del doctor Granchester, quién me mira extrañado de verme al lado de su doctora Abby. Ella me lleva a la mesa donde está el doctor Granchester, sin duda yo luzco avergonzada.
-Hola chicos.-Dice la doctora Abby, saludando a todos los doctores hombres del hospital, incluyendo a Harry, quién luce sorprendido de verme.-Se acuerdan de la enfermera Candy.-Lo único que hace el doctor Granchester con esa pregunta, es empinar su vaso de wiski en su boca.
-Claro.-Contesta el doctor Lee y el doctor Leo.-¿Cómo esta señorita?-Me preguntan con cortesía, mientras lucen felices de verme.
-Bien.-Les respondo con respeto.-Espero que disfruten la comida.
-Claro que lo hicimos Candy.-Dice el doctor Steward hablando un poco apenado.-Fue encantador.-Él se levanta de su asiento y se para enfrente mío, sorprendiendo no solo a la doctora Miller, sino a todos en la mesa.-¿Podemos hablar?-Me pregunta con una sonrisa en sus labios, mientras yo aún me siento insegura hablando con él, pero no le conteste ya que la doctora Miller fue la que hablo por mí.
-Parece que ustedes aún tienen ese toque.-Harry de inmediato frunció su ceño, al oír la respuesta de la doctora Miller.-Debe ser difícil aceptar que alguien te gusta cuando estás en el lugar de Candy.-Ahora todos se pusieron incómodos.-¿Quién querría a una mujer que está embarazada de otro? En este siglo aún se ve mal ser madre soltera.-Eso me hacía sentir mal, sabía que como en Inglaterra hasta Moscú, ser madre soltera no se ve bien.
-¡Basta!-Contesta el doctor Steward con los dientes apretando su mandíbula.Esto ya está pasando de patético a terrible.-Toma de mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.
-¿Patético?-Contesta la doctora Miller.-Para ella.-La frustración de la doctora Miller es bastante evidente, ella quiere destruirme.
-No.-Contesta el doctor Steward.-Lo digo por usted, más que nadie.-Ella se siente ofendida, mientras los doctores restantes se levantan de la mesa y viene a mi ayuda, menos el doctor Granchester, quién está haciendo un gran esfuerzo en ignorarme.
-Creo que esto paso a ser de mal gusto.-Dice el doctor Leo.-¿Está bien?-Me pregunta el doctor interesándose en mi persona.
-Sí.-Le contesté casi con lágrimas en mis ojos, pero ella no valía la pena, así que me las trague.
-Esto aún no a acaba. -Comenta la doctora Miller con odio. Así que me tomó del brazo y me lleva al centro del lugar, donde hay una fuente de chocolate caliente. Sabía lo que haría, así que intente huir varias veces, pero ella logro su cometido, vacío todo el chocolate en mi piel. El chocolate estaba caliente, pero aguante el dolor.
La gente se empezó a reír de mí, mientras yo aguanto con tristeza mis lágrimas. Puedo ver Ross corre hacia mí, sé que ella me ayudara, pero alguien más me ayuda. Siento un saco poniéndose entre mis hombros, mientras me sostiene entre sus brazos alzándome del suelo frio. No puedo mirar quién es, puesto que mi cara está cubierta de chocolate.
Después siento el aire, al salir del restaurante mientras tiemblo al sentir la brisa. Yo no digo nada. La persona desconocida me sube a un auto, mientras abro lentamente los ojos, mi sorpresa fue encontrarme con el doctor Granchester, conduciendo el coche.
-¿Qué hace?-Le pregunté mientras me siento extraña y algo avergonzada.
-¿Quería que la dejara en medio de toda esa gente? ¿Para que la humillaran más?Yo no digo nada, puesto que las lágrimas salen de mis ojos. Siempre la gente trata de humillarme, no es nada nuevo.
Él me lleva a su casa y yo me niego a recibir ayuda de él, así que cuando se estaciona enfrente de su casa, yo me bajo y me dirijo a la parada de autobús. Él corre hacia mí con rapidez, y me detiene.-¿Qué haces?-Me pregunta con los ojos bien abiertos, mientras mi orgullo consumido con el chocolate, está dolido.
-No necesito su ayuda.-Él ahora está molesto, pero yo lo estoy más.
-¡Claro que necesitas mi ayuda, deja de hacerte la valiente, no lo eres!-Me grita con fuerza, mientras la lluvia empieza a caer encima de nosotros.
-Tal vez no sea valiente, pero se cuándo debo irme.-Él no acepta un no, así que con delicadeza me levanta del suelo y me lleva dentro de su casa.
Yo peleo para no entrar a está de nuevo, pero él es más fuerte y grande que yo.
-¡Basta!-Me dice cuando le puse mis manos en su cara.-Deja de luchar.-Yo frunzo mi ceño y le doy una bofetada, mientras su mejilla izquierda se pone algo roja.
-¡Hey!-Me dice más que enojado. Ahora me carga de nuevo para llevarme a su habitación. Yo nunca había entrado a esta, ya que Terry nunca me permitió la entrada. Al entrar, me di cuenta de cuánto amaba a Liza, había tantas fotos de su pequeña y él juntos. Ella estaba sana aun cuando tomaron esas fotos, ya que su cabello era largo y sedoso.
Él pasa de su cuarto a su baño, me sienta en la tasa para después dejar caer el agua en la tina, mientras yo me quedo ahí nerviosa y temblando. Él se va por algunos minutos a su recamara, para luego regresar con toallas y algo de ropa. Él las deja a un lado de la tina, para después enfocarse en mí. Me quita el saco y se arrodilla enfrente mío, yo suspiro nerviosa al ver sus ojos cafés mientras remoja un trapo blanco en el agua tibia de la tina, para limpiarme la cara. Yo no estoy feliz, así que trato de evitarlo más de una vez.
-¡Basta!-Me grita cuando se desespera de mi inquietud, yo ahora me detengo por sus gritos mientras él limpia toda la cara con mucho cuidado.
Después tira la toalla en el bote de basura, para luego remanga su camiseta. Lentamente pone sus dedos grandes en mi cuerpo, para quitarme el vestido n***o que traía puesto, pero yo ahora me muevo con brusquedad, impidiendo su toque.
-¡Déjeme!-Le digo tratando de luchar.
-¡Basta!-Repite una vez más enojado, pero yo no me detengo, sigo luchando.Deje de luchar contra mi.-Me dice enojado.
-Nunca.-Le respondí entre lágrimas.-No dejaré de luchar contra usted nunca, desde ahora me propuse a hacerlo.-Le digo levantándome de la taza del baño, intentando huir, pero él no me deja, me toma una vez más.
-¡Basta!-Yo con miedo me le quedo viendo, ya que sus gritos son como los de tus viejos maestros, que está regañándote por no hacer la tarea. Espantada me quedo quieta mientras él logra quitarme la ropa, dejándome solo en ropa interior mientras el paso sus manos por mi estómago, que ahora estaba más grande que nunca, sus ojos demuestran felicidad al verme desnüda, nunca le había visto más feliz.

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Dios Terry ponle un alto a esa 🐩

LA ENFERMERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora