Epilogo

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-por que te pones asi? prepare esta cena hace una semana para tu cumpleaños, por que lloras?- el estaba siendo muy amable, muy a mi disposicion, pero no era lo que yo queria. Limpie mis lagrimas de mis ojos negando con la cabeza y levantandome de la silla volcandola en el suelo. Deje la servilleta tirada sobre la mesa y me gire hacia la habitacion.-¡Beth hablame joder!- grito y senti sus pasos apresurados y fuertes detras mio. Temble aguantando los sollozos en mi garganta. El me tomo del brazo antes de que pudiera entrar en nuestra habitacion y me giro bruscamente para que mi rostro quedara muy cerca del suyo.-¡¿ que es lo que te pasa?!- grito en mi rostro con la respiracion acelerada y sus ojos tan oscuros como la noche. Estaba enfadado y no lo culpaba, parecia que todos los preparativos para aquella cena habian sido muy costosos y habian llevado mucho tiempo. Las flores rosadas y rojas bien colocadas sobre la mesa y demas rincones del apartamento, era como estar dentro de un jardin lleno de rosa, las velas habia sido otro detalle muy hermoso, blancas y largas iluminando la mesa principal con un mantel de lo mas fino y cubiertos de plata, la comida se veia deliciosa pero se estaba enfriando, habia  champaign servido en dos copas muy caras. Era una hermosa cena para mi cumpleaños.-¡contestame! ¡dime en que me equivoque, que demonios hice ahora?!- llore aun mas cerrando mis ojos y queriendo esconder mi rostro entre mis manos pero el lo impidio atajando mis muñecas al frente y con demasiada fuerza por la impotencia que tenia que dejo marcas rojas sobre mi piel que no se quitarian facilmente.-¡deja de llorar joder! ¡madura de una vez y habla sin llorar!- grito en mi rostro y yo solo pude hacerme mas pequeña bajando mi cabeza a mis pies, ocultando mi rostro mojado entre el manto de mi cabello que caia por mis costados. 

-sueltame Zayn- dije en un susurro apretando mis labios, intentando retener las lagrimas pero estas salian sin control.

-¡no! ¡no hasta que me digas que es lo que te pasa!- me sacudio con fuerza y luego me empujo contra la pared golpeandome la cabeza con el impacto, en ningun momento me solto y cerre los ojos para aguantar el golpe.

-¡Sueltame idiota! ¡no quiero esto, dejame, me haces daño!- grite moviendome brutalmente para intentar alejarme de el pero solo logre que recibiera otro golpe en la cabeza contra la pared, el me habia empujado otra vez y su rostro reflejaba cuan enojado estaba. Podia explicarle la razon de mis lagrimas, podia ser sincera con el y contarle lo que me atemorizaba, lo que me impedia dormir en las noches, pero no podia, no cuando el parecia explotar de rabia descargando su instinto asesino en mi.

Mentiria si dijera que las cosas entre nosotros iban bien, que por fin habiamos encontrado un final feliz teniendonos uno al otro, aquella comun frase " y vivieron feliz por el resto de sus vidas" no iba con nosotros, no era real sino un engaño, una imagen que los otros crean para tratar de convenser a los demas de que es verdad y algunos terminan creyendosela, es una mascara, un antifaz. Las peleas siempre existieron entre nosotros, unas mas fuertes que las otras y no se acabaron nunca, nisiquiera cuando nos mudamos de Londres creyendo que asi nos olvidariamos de los problemas y sus consecuencias, pensando que asi lograriamos escapar de lo que nos atormentaba dia a dia, pero tarde o temprano el dolor volvia y las palabras se hacian mas fuertes convirtiendose en cuchillas que salian disparadas de nuestras bocas clavandose directo en el corazon, nos provocábamos daños otra vez sacando a la luz los trapos sucios, aquellos que no aguantabamos ocultar, y entonces nos distanciabamos, nos alejabamos hasta el punto de ignorarnos todo el tiempo aun viviendo en un mismo apartamento. Mentiria si dijera que habia superado la muerte de mis padres y la de Lisa, cada dia antes de dormir pensaba en ellos, recordaba lo linda que habia sido mi vida con aquellas personas las cuales amaba y no habia podido demostrarselos con tiempo, los extrañaba y era dificil acostarse cada noche al lado del asesino de ellos. Una parte de mi lo odiaba todavia, sentia ese dolor constante en mi pecho presionandome, cortandome la respiracion, temiendo por que no sabia cuando seria el momento en que la bestia se despertara y me lastimara otra vez por que el era destructivo, un mosntruo, un asesino que se estaba conteniendo a su necesidad de sangre. 

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