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Cuando quieres a alguien y lo ves triste, haces el intento por mejorar su ánimo y distraerlo de lo que fuera que causo su desánimo.

Cuando amas a alguien, de la forma que sea, trastas de buscar la causa del por que su estado, tratas de hacerlo sentir mejor, a veces incluso buscas una solución a su problema. Intentas estar bien para esa persona y ayudarla de una manera adecuada, por así decirlo.

Pero...

¿Qué se hace cuando ves a esa persona en una situación dolorosa y te quedas paralizado por tal escena?.

Esa era la situación de Kei Tsukishima.

Se sentía muy mal, verla en el piso del baño llena de lágrimas le dolía, ver el como ella se ahogaba en una lucha mental lo destrozaba.

En sus ojos se podía ver que pedía ayuda de una manera silenciosa, casi rogando por ella.

La cosa que terminó por completo con el rubio era ver el piso con pequeñas gotas de sangre, la sangre de su novia.

El líquido rojo salía de pequeñas cortadas del brazo de la femenina, estas no eran profundas, pero eso no evitaba que saliera una buena cantidad. El líquido corría en finos hilos por su piel hasta caer al suelo.

La chica con una pequeña navaja en mano intentaba no seguir con el acto, pues a pesar de que no quería seguir hiriendo su cuerpo, había algo dentro de ella diciéndole que siguiera, que no parara.

El chico al principio no sabia que hacer o decir, nunca pensó que la joven hacía tal cosa...y así fue donde su mente hizo "clik".

¿Desde cuándo se lastimaba?, ¿cuál fue el motivo para que azumi se viera en la necesidad de hacer eso?, ¿cómo es que nunca lo noto?, ¿cómo pudo ser tan estúpido para no ver que ella estaba mal?.

Se sentía un pésimo novio al no notar el profundo dolor que la joven tenía en su interior, se sentía inútil, impotente, molesto,  pero esto último no con Azi, si no, con el.

Dejo salir un suspiro leve intentado no derrumbarse y salió del baño.

La pelinegra al ver eso, pensó que el rubio la había dejado en todas las formas posibles, que lo había decepcionado...que la había dejado de amar.

Bajo la cabeza y lloro con más intensidad ante esa idea, dejaba caer sus lagrimas las cuales terminaban en sus muslos sin tener intención de controlarse. Pero algo la hizo volver su vista hacia arriba.

El de lentes había regresado con un botiquín de primeros auxilios, se coloco de rodillas frente a ella viéndola a los ojos al mismo tiempo que, con delicadeza, alejaba la navaja de la mano ajena.

Azumi no se opuso, lo que dio paso para que el chico limpiara las varias cortadas del brazo de su pareja. Ambos no decían una sola palabra, quizá por que ninguno sabía que decir o como iniciar la conversación.

Cuando Kei terminó su trabajo, tomo con una gran delicadeza las manos de Azi y la ayudo a levantarse. La dejo en la cama cubierta por suaves cobijas y deposito un beso en su frente.

Volvió sobre sus pasos al baño para limpiar la sangre, no tardo y al regresar visualizo a su chica, quien se apoyaba de espaldas contra la cabecera de la cama, tenía sus piernas en encogida pegadas al pecho con la mirada en su brazo vendado.

El con cautela se acercó sentándose a su lado,  la atrajo hacia sí mismo rodeándola con sus cálidos brazos. Beso su sien y habló suavemente.

- ¿Quieres contarme?

Ella asintió.

- ¿Segura? - el no pensaba presionarla

No importaba que tan fuerte fuera la situación, el esperaría paciente.

One Shots - Tsukishima Kei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora