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Aclaración, tienen entre 19-20 años.


-¡Hola, mi amor! - exclamó eufórica

- Azi, ¿dónde estabas? - tomó a la chica de la mano para irse a sentar en las sillas disponibles junto a la barra

Así es, se encontraban en una fiesta que solían organizar algunos chicos de la universidad. ¿Tsukki en una fiesta y no leyendo en su habitación?, si, difícil de creer, pero quería ver como era el ambiente de ese tipo de "reuniones" no era que le diera una gran curiosidad, pero la insistencia de su novia lo hizo pensarlo mucho.

Termino aceptando, pero eso sí, si al pasar una hora y media se sentía incómodo se irían del lugar, no bebería nada de alcohol y no se separaría de su chica. Esto último dado a que ese tipo de cosas no eran su ambiente en absoluto, además que sabía que los hombres - y mujeres - podían aprovecharse de su pequeño desastre al esta estar distraída.

Tenía entendido que su pelinegra asistía a esas fiestas, no de manera usual pero lo hacía, tenía presente que ella bebía algunas veces y era hasta cierto punto, buena en ello. El alcohol casi no daba efectos en ella hasta pasar de las 15 copas, pasando su límite se ponía toda sentimental y lloraba por cualquier tontería, o a veces se reía como una maniática con solo ver un vaso caerse.

Si, un completo caso, pero era su caso.

Quería estar junto a su ojimiel en todo momento para cuidarla y pasar en buen rato con la joven.

Claro, que no todo siempre sale como se planea.

Media hora después de haber llegado la chica se fue al baño dejandolo solo en la barra, tan solo diez minutos después empezó a buscarla por su tardanza, no se sentía asustado o nervioso, pero si algo preocupado. Tenía muy en cuenta que estaba en medio de un montón de jóvenes alocados hormonales y alcoholizados, incluso si el era un novato en estos temas, temía más por ella que por el.

- Lo siento, bebe, había fila para el baño y luego pasé a la cocina por algo de comer - se balanceaba hacia los lados como una niña chiquita

- Aun así, trata de no irte por mucho tiempo - pidió suspirando, aun si no lo decía abiertamente, se sentía algo incómodo pero quería seguir ahí con ella

- Aw, mi adorable bebito - tomo la cabeza ajena y la colocó sobre sus pechos apachurrandola

- ¿Qu-qué haces? - al estar "oculto" en los senos de su chica y el lugar algo oscuro, no podía verse su sonrojo

Le gustaban las muestras de afecto, si. Pero en privado, en público no se sentía muy a gusto, solo la tomaba de la mano o la abrazaba. Esto sobrepasaba su límite de aguante, ahora estaria todo rojo y nervioso hasta que ella lo soltara.

- Eres tan lindo - suspiró a modo soñador - ven, vamos a nadar - se levanto de un salto y camino entre la multitud

- ¿Nadar?, ¿estas loca? - habló con dificultad al intentar alcanzarla

- las mejores personas lo están - respondió entre risas, salió de la caza visualizando la piscina no muy lejos de donde se encontraba

- ¡Azumi, ven para acá! - llamo apresurado

Sim embargo la chica hizo cazo omiso y corrió a la alberca, gritándole a su chico que la alcanzara si podía. Kei no tentendia su comportamiento en absoluto.

Ella no era así, normalmente solo reía cuando algo de verdad le daba risa, y no era de moverse mucho, decía que estaba muy vieja para practicar deportes. Tampoco es como que fuera muy sociable o algo parecido, a menos de que tomara alcohol.

¿Tan rápido abra echo efecto la bebida?, no, claro que no. Las descripciones que ella había dado de cuando ella se ponía hasta las nalgas era que, o se reía mucho o lloraba por todo y nada.

Pero entonces, ¿qué le sucedía?.

- ¡Azi, tu no sabes...! - la chica se aventó a la alberca dando la espalda al agua - ...nadar - ya era tarde, no tuvo más que hacer que ir a su rescate

Dejo su teléfono en el pasto y se aventó al agua, tomo el cuerpo ajeno y subió a la superficie, la chica reía como estúpida mientras tosía, casi al punto de ahogarse.

Acostó a su novia en el piso de azulejo al rededor de la piscina. Ella dejo de reír para tomar aire en grandes bocanadas, el igualmente salio y como pudo seco sus lentes aun que quedaron con algunas gotas.

Se ubico al lado de su chica checando que todo estuviera en orden, pero de un momento a otro ya estaba de espaldas en el piso y con su novia encima. Ella empezó a besarlo con pasión y urgencia, como si se hubiera contenido mucho para hacerlo. Intento seguirle el beso pero ella había tomado el control al besarlo de una manera algo salvaje.

Jadeo sin poder evitarlo al notar como la pelinegra se frotaba contra el, más específicamente en su entrepierna. Tomó la caderas de la joven deteniendo sus movimientos y ella se quejo pero no se detuvo ahí.

Beso el cuello de su novio dando una mordía lo bastante fuerte como para sacarle unas gotas de sangre. El gruñó sin poder contenerse, pero estaba mal. Muy mal.

Ella no se sentía segura aún para hacer eso, ¿por qué su cambio tan de repente? Dio la vuelta al asunto dejándola debajo de el, tomo con sus manos los brazos femeninos forzandola a quedarse quieta.

- Tsukki, tócame - rogó jadeando

- No - dijo firme - tu aun no quieres tener nada de eso, ¿qué te pasa ahora? - no se sentía molesto, si no confundido

- Es de sabios cambiar de opinión - reuniendo fuerzas, movió su torso para hacer rebotar sus senos

Kei noto el moviendo y los miró unos segundos, pero regreso de nuevo en sí sacudiendo la cabeza y carraspeando.

- Ya basta, Azi, ¿tomaste de más o que? - ya no sabia que hacer

- Kei - en ese mismo segundo, empezó a llorar

- ¿Azi? ¿qué tienes? - la solto de inmediato al pensar que uso fuerza de más

- Me gritaste... - sollozo - eres malo, Tsukishima Kei - hizo un puchero

- Pero yo no te grite, ni siquiera alze la voz

El rubio se sentó, tomo las manos de la chica y de igual forma la hizo sentarse, el examinar su rostro noto sus ojos rojos, el alcohol no provocaba eso, ¿o si?.

- Azi, ¿te drogaste? - pregunto temiendo que así fuera

- Claro - limpio sus lágrimas - que no, yo jamaaasssss haría esooo - sonrió

Que bipolar, eso sí era normal.

- ¿Comiste algo cuando llegamos? - se acercó para abrazarla al ver como temblaba

- Unas sabritas, gomitas de limón y...un brownie como muchísimo chocolate, sabía rato...digo, raro - suspiro - pero tenía mucho chocolate, así que no estaba mal

- Ay azi... - beso al coronilla de su pequeña drogada - vamos a casa

Luego de eso, ambos tomaron sus cosas - las de Azumi estaban mojadas - y tomaron rumbo a casa del de lentes.

Cuido de su novia mientras ella dormía, parecía muy feliz y comoda durmiendo. Y el, era feliz viéndola descansar, apreciando sus largas pero caídas pestañas, sus labios delgados aún que rosados, sus mejillas regordetas...

Al día siguiente por la tarde, kei le contó todo lo ocurrido la noche anterior a la ojimiel, quien solo se escondió bajo las cobijas por toda la vergüenza que sentía.








Perdonen por no haber publicado en varios días.

La verdad e estado muy estresada y no tenía cabeza para escribir. Normalmente tardo de una a dos horas en escribir un capitulo/oneshot, pero ahora fueron dos benditos días.

Aun así, deje mi bajón emocional de lado y me puse a escribir, no se mucho sobre el como actúa una persona drogada (me base en mis conocimientos por la rosa de Guadalupe y le agregue más cositas) pero aquí esta.

Espero les haya gustado y lo disfrutaran.

Cuídense mucho.

Alitzz fuera.

One Shots - Tsukishima Kei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora