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Si había una palabra que pudiera describir su sentir, era: "nerviosismo". Y tenia un buen motivo.

Tsukishima le ha estado preguntando discretamente sobre cómo declararsele a una chica. La cuestionaba con cosas que a ella le gustaría que le hicieran para cuando alguien se le declare. Ella muy alegre y risueña contestaba.

Azumi estaba muy segura de que ella sería la afortunada ya que, el rubio se ponía muy nervioso al hablarle y de vez en cuando se le veían las mejillas ruborizadas.

Todas esas acciones provocaban que su corazón saltará de alegría y emoción. Lo platico con su mejor amiga llegando ambas a la conclusión de que próximamente, tendría a la pareja que quería y con la persona que amaba.

Su tiempo con tsukki aumento un poco más, aun que no mucho había cambiado, salvo que siempre se le notaba al de lentes algo nervioso al estar cerca de la pelinegra. La joven no hacía más que sonreír encantada por ello. Suspiraba cómo toda chica enamorada e incluso ya tenía pensado el regalo ideal para kei cuando cumplieran su primer mes de novios.

Todo un sueño.

Era la hora del almuerzo para los alumnos de la escuela Karasuno y todos los jóvenes salieron disparados al comedor, en especial los jugadores de diferentes deportes. Azi comía alegre en su salón junto a su amiga, ambas teniendo una conversación amena.

Poco después una presencia se hizo presente en el aula. Un chico alto y rubio de lentes ingresos llendo directamente a la pelinegra quien de inmediato sintió las mariposas volar en su estómago, de forma discreta todo una gran bocanada de aire para calmarse y sonreír de la mejor manera, intentando ocultar sus nervios.

- Hola, Tsukki - saludo primero cuando el joven se paro a su lado

- Hola - respondió esta vez con algo de seriedad -  tengo que hablar contigo - menciono ignorando la presencia de la otra chica

- Claro - estaba a punto de pararse pero fue detenida por el mismo masculino

- No, saliendo de clases atrás de gimnasio uno - la femenina noto el ligero sonrojo en el chico, sonriendo ante ese echo - es algo privado

- Esta bien, ahí te veré - acepto más que encantada

- Nos vemos entonces - y así, tan rápido como entro se fue

- Dios... - trato de tomar aire y parpadeo rápido

- Se ve que va enserió - murmuro la chica castaña

- Espero no vómitar - dijo tocando su estómago con su mano derecha

- ¿Qué? - puso una mueca de asco

- Me siento muy nerviosa, siento que vomitare hasta la cena de navidad de hace dos años - exagero sintiendo su panza algo revuelta

- Oye, tranquila. Todo saldrá bien - sonrió para reconfortarla

- Si - trato de devolver el gesto de la sonrisa

Tiempo después la campana sonó dando fin a las clases por ese día, ella al escucharla se sintió mareada por un momento, pero rápidamente se calmo al sentir la mano de su mejor amiga en su hombro dando un ligero apretón. Suspiro lentamente y se puso de pie.

Se despidió de la chica y, con el corazón latiendole al máximo, se encaminó al gimnasio uno tratando de mantener tranquila y de no vómitar.

Llego al frente de dicho gimnasio y se detuvo, le tomo unos segundos controlarse y poner una sonrisa amable ocultado su verdadero sentir. Retomo su camino hacia la parte trasera y ahí lo vio, volvió a sentir el síntoma de los bichos voladores y la felicidad en volviéndola.

One Shots - Tsukishima Kei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora