La pelinegra caminaba alegremente por el pasillo de la escuela dirigiéndose al gimnasio donde su novio tenía su entrenamiento.
Antes de poder cruzar la puerta para salir del edificio, una mano tomo su brazo deteniendo su caminar.
Miro hacia arriba y divisó a su compañero de clases, Hiro, quien ya había sido rechazado por Emi (rayita) dos veces anteriormente.
Este la veía sin expresión en su rostro, ella lo vio confundida pues ni siquiera había soltado palabra alguna.
- ¿Pasa algo, Hiro-kun? - preguntó amablemente
Este no hablo y la arrastró hasta quedar cerca de los casilleros donde la acorralo poniéndola contra ellos.
Tomo las manos ajenas y las puso sobre la cabeza de la femenina, ella apenas pudo reaccionar cuando ya estaba aprisionada por el castaño.
- Hiro... - trato de hablar ocultando su nerviosismo
- Silencio - ordenó - lo preguntaré una vez más, ¿Quieres ser mi novia?
- Lo siento, enserio, pero...
- No me rechaces, por favor - pidió con la respiración pesada - Sabes que seré un buen novio, más que el que tienes ahorita
- Hiro-kun, yo no quiero aceptar...- no pudo terminar, pues el la beso
Emi no cedió nunca ante el beso, trato de zafarse moviendo a los lados la cabeza, pero al no haber resultado alguno, golpeó la entrepierna del chico y en cuanto fue liberada corrio en dirección al gimnasio.
Al ya estar a medio camino, fue tomada por la cintura por Hiro quien quería llevársela.
Ciertamente el varón tenía una tipo obsesión por la de orbes azules, cada que podía le tomaba fotos las cuales tenía en un álbum solo para ella, muchas veces la espió y sigo hasta la casa de la femenina. Nadie sabía de eso pues el chico siempre fue cuidadoso, lo que nadie podía negar era el gusto que tenia por la chica.
- ¡Tsukki! - grito Emi - ¡Kei!
- Cierra la boca - con su mano tapó la boca de la pelinegra evitando qué siguiera gritando
Emi se movía con desesperación por el miedo, en un intento por huir mordió como pudo la mano del contrario provocando qué la liberará, intento correr pero fue tomada por el pelo y tirada al piso.
La elevó un poco, tomando un puñado de su cabello con fuerza.
Casi ni podía ver por las lágrimas en sus ojos, sentía un miedo intenso dentro de ella, ya no sabía que más hacer.
- ¡Tsukishima! - grito con todo lo que pudo
Por suerte, fue salvada a tiempo, cuando menos se lo espero su cabello fue liberado, la mitad de su cuerpo que estaba elevado cayo al piso de zopeton, suspiro con fuerza y limpio las lágrimas de sus ojos con rapidez, alguien la elevó y se movió para liberarse.
- Emi-chan, tranquila - grito una voz, se detuvo visualizando al capitán del karasuno
- Da-daichi-senpai - dijo aliviada
- ¿Estas bien? - preguntó nishinoya, acercándose a ellos con notable preocupación
- Si, y-a estoy bien - miro detrás de ella visualizando a tsukki
El rubio tenía tomado por el cuello de la camisa al castaño, mientras le hablaba de manera sería y furiosa.
Se podía ver un golpe en la mejilla de Hiro y su labio sangrar, cortesia de kei.
Realmente estaba enojado.
- ¡Vuélvete a acercar a mi novia y no la cuentas, idiota! - grito - ¡Es la primera y última advertencia! ¡No quiero ni saber que respiraste su mismo aire! ¡¿Comprendes?!
Procedió a golpear tres veces más la cara ajena para posteriormente arrogarlo con fuerza al piso.
Lo miro con desagrado y fue directo a su chica quien, aún que ya se veía más calmada, sus lágrimas seguian rodando por sus mejillas.
La tomo en un delicado abrazo y beso su coronilla, agradecía qué ese desgraciado no la haya tocado de más.
En cuanto vio como la tenía tomada del cabello, ardio en irá y salió corriendo a salvar a su chica pues nadie debía tratarla de esa manera.
Emi se aferro con fuerza a él, olvidando qué casi todo el equipo estaba al rededor suyo, y digo casi por que entre Hinata y Kageyama tomaron a Hiro para llevarlo a la dirección, pues a ellos también les molesto que tratarán de esa manera a su amiga.
- Gracias, tsukki, gracias - agradeció con la voz temblorosa
- No hay de que, lamento llegar tarde - susurro en el oido de la femenina
- Llegaste a tiempo, tsukki - miro al chico con los ojos aguados - gracias
- Lo haria todo por ti - admitió viéndola a los ojos con amor
A pesar de lo que pasó minutos atrás, los del karasuno no pudieron evitar ver con ternura a la pareja, pues la chica podía sacar el lado más empalagoso qué tenía el alto de lentes.
Alitzz fuera.
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