- ¡Corre tsukki! - grito eufórica - ¡se van a acabar los helados, anda!
- Ya voy - aceleró el paso mientras trataba de recuperar el aire
Ambos niños corrían apresurados hacia el señor con su carrito de helados. La pequeña fue la primera en posicionarse a un lado del señor de veintinueve a treinta y dos años, quien le sonrió amable mientras escuchaba a la femenina ordenar su golosina.
El niño no tardo en llegar y pedir el suyo, ambos pagaron y se sentaron a comer en una banca del parque.
Platicaron acerca de su tiempo en los recreos de la escuela, la próxima tarea que tenían que entregar, sobre el hermano mayor de Kei, de las galletas del papá de Azumi.
Solo...cosas de niños.
- ¿Qué quieres ser de grande, Azi? - cuestiono el mini masculino mientras terminaba de comer el cono de galleta
- Mhm... - lo pensó unos segundos - No lo se, supongo que algo que tenga que ver con el lenguaje de señas - sacudió de sus manos las pocas moronas
- ¿Por tu hermana? - ladeo un poco la cabeza
- Si, aun no la entiendo bien, mis papas tienen que decirme lo que ella habla con las manos - hizo un puchero
- Es que aun te cuesta aprender a hablar con las manos, tienes siete años, no te presiones tanto - trato de animar el rubio - algun día podrás
- Gracias, Kei - sonrió en su dirección - ¿Y tu?, ¿en qué quieres trabajar de grande?
- En algo que sea de dinosaurios - dijo, muy seguro de sí mismo - también quiero practicar voleibol
- Como Akiteru - confirmo
- Si, el dice que es muy bueno jugando, algo así como la estrella o similar - comento orgulloso de su mayor
- Ojalá lo podamos ver jugar algún día - habló algo ilusionada, igual que su acompañante
Al poco raro continuaron su travesía por el parque, pasando montañas (resbaladillas), cruzando ríos (el arenero), escondiéndose en una casa militar (la casita de juegos), volando (columpios) entre más juegos.