De una ves digo que es más narración que otra cosa. Aún así, espero les guste.
Gracias por todo hasta ahora, enserió, mil gracias por seguir leyendo.
Habían muchas cosa que Tsukishima Kei no soportaba y una de ellas era navegar entre las multitudes.
Si estaba jugando con el equipo no le ponía mucha atención a la gente pues tenía que estar atento al partido, si era como espectador solo se concentraba en el juego y en la música en sus cascos.
Pero si se trataba de andar entre la gente caminando de aquí a allá, esquivando y demás, luego de un rato eso lo sacaba de quicio y se incomodaba.
Si había una persona capaz de convencerlo de estar entre tantas personas, era su novia, claro.
Pero parecía ser que su querida pareja se había olvidado de eso por completo, pero no podía culparla, si estuviera en un lugar donde se encontrarán las cosas que el adoraba (dinosaurios) podría estar como su chica...solo que con más tranquilidad.
Se encontraban en una convención para todo tipo de frikis.
Era sumamente llamativo. Por un lado había cosas de anime y manga, posteriormente le seguía el k-pop, luego podían verse cosas relacionadas a los libros, luego había un apartado con cosas extranjeras de las cuales no tenía ni idea para que o que eran.
También habían lugares que vendían comida de varios países, era en realidad una grandisima variedad de alimentos.
Pero a pesar de todo, eso no era lo importante.
Lo que más le importaba era no perder a su chica de evista.
Esa no tan pequeña mujercita corría por todos lados deteniéndose cada cierto tiempo, ya sea por que veía o compraba cosas. Había estado ahorrando dos años enteros para poder comprar a su antojo. Desde el momento en que pusieron un pie dentro del evento, sintió como si hubiera cruzado las puertas del cielo.
Inclusive estuvo a punto de llorar, pero pudo resistirlo. Lo que sí no aguanto, fue gritar de alegría por todo lo que sus ojos veían.
Ya tenia en su poder dos bolsas llenas de cosas anime y de k-pop, estando más que feliz. Su objetivo siguiente fue un gran puesto con cosas de harry potter. Entrego las bolsas de tela a su novio quien por fin la había alcanzado, ella tomó entre sus manos las varitas de Sirius Black y Luna Lovegood, que eran las únicas que le faltaban.
Luego tomó el sombrero seleccionador y lo puso sobre su cabeza, obviamente lo compraría, por último, compro tres tiras de stickers de los personajes y cosas relacionadas al mundo de la magia, además de una taza para café con una imagen de dobby el elfo.
- Trata de no correr mucho - pidió suspirando
- Lo siento, no puedo evitarlo, soñé por mucho tiempo el poder venir a este tipo de lugares y al fin lo conseguí. Me es difícil controlarme - murmuro apenada
El rubio suspiro, se arrepentiría de lo que diría a continuación.
- Bien, haz lo que quieras - evito mirarla
Ella salto feliz y siguió con su recorrido. Conocía bien al de lentes como para estar segura de que eso era un "sigue disfrutando yo te cuido" o algo así.
Sabía bien que tsukki nunca se lo diría de manera directa, en primera por que no era algo que el dijera tan como quiera, mucho menos en público, y en segunda, no solía ser "cursi" y eso no le molestaba a la femenina. Le gustaba el romance y eso, pero no al punto de ser empalagoso.
El más alto sonrió con ternura al ver a su novia andar por todos lados como un infante en jugueteria. Su corazón se llenaba de calidez cada que la veía sonreír, cada que la veía ser ella sin límites. Con eso tuvo para olvidar la enorme cantidad de gente a su alrededor y seguir a su novia.
Jamas admitiria que solo necesitaba escuchar su voz o verla sonreír para calmar el lío diario de su mente.
Un rato después ya llevaba en manos, cuatro bolsas llenas de cosas que no recordaba puesto que eran muchas. Y en su mochila estaban seis libros que la femenina moría por comprar. Para la suerte de la chica, una de las escritoras de uno de los libros comprados anteriormente estaba firmando sus obras maestras, como azumi las llamaba.
Kei veía a su chica llorar de alegría por haber conocido a una de sus escritoras favoritas. Verla derramar lágrimas no era algo que al de lentes le gustará, pero cuando sabía que era de felicidad pura, solo podía sonreír por lo encantadora que se veía la joven.
Tiempo después se detuvieron a descansar y a comer algo, cosa que el masculino agradeció enormemente. No era que comiera demasiado pero, luego de estar caminando y cargando cosas por un buen tiempo, su estómago exigía ser alimentado.
Poco después fueron a observar un concurso de cosplay para posteriormente, pasar a disfrutar de las presentaciones de baile que la gente hacia por gusto.
Casi una hora después se fueron del lugar. A penas si podían con las compras pero al final había valido la pena, Tsukishima encontró un lugar con un monton de figuras, libros, posters, stickers, gorros y muchas más cosas relacionadas a los dinosaurios y criaturas mitológicas. Algo que para kei, sería estar en su propio paraíso.
No se contuvo y sacó su lado más friki, Azumi estaba tan feliz ya que su novio también había podido disfrutar.
Lo que no sabia era que, aun que no hubieran visto ese puesto, el menor de los Tsukishima estaba más que feliz, por que ver a su novia ser ella y con una sonrisa genuina en el rostro. Era más que suficiente para el chico.
Por que ver a aquel encantador, tierno y resplandeciente ángel, era todo lo que necesitaba para seguir.