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El partido de práctica con la escuela Nekoma, estaba a diez minutos de empezar. Los jugadores ya habían calentado y hablado de sus estrategias para el juego.

Tsukishima veía disimuladamente las gradas, sabía que la chica de la cual gustaba estaría ahí para verlo jugar. Llevaban ya medio año conociéndose y no podía estar más enamorado, pero en realidad era o muy cobarde o muy bobo para declararse.

La chica llamada, Azumi, aun no llegaba y eso le causaba un raro sentimiento pues, en el fondo, el rubio quería que esa linda pelinegra lo viera jugar.

- Tranquilo, Tsukki - trato de calmar su mejor amigo - seguro se le hizo tarde

- No se de que hablas - evito mirarlo

- Vamos, se nota que te gusta mucho Azumi, a mi no puedes engañarme - aseguró el peliverde - y creo que a ella también le gustas - intento sonar indiferente

- ¿Por qué lo dices? - el rubio quizo hacer como si no le importara

- Mhm, suposiciones - sonrió - oh quizá, solo le caes bien y ya

- ¿Eso que quiere decir? - pregunto confundido

- Nada, Tsukki - se alejo

Yamaguchi sabía cosas...

Los jugadores entraron a la cancha listos para el juego, estando ya en posición dieron inicio.

Exactamente a ocho minutos de haber empezado, el karasuno ya llevaba tres puntos, teniendo la ventaja. En eso, se escucho un fuerte grito.

El más alto de los cuervos enseguida levantó la mirada. Vio a Azumi y a su hermano, Akiteru, en las gradas con una enorme sonrisa. Ella vestía de porrista con pompones en mano, y su hermano, vestía con una camisa blanca con estampado de la escuela Karasuno y unos pantalones de color negro.

- ¡Vamos, Kei! - grito la femenina

- ¡Vamos karasuno! - Akiteru grito

Kei inmediatamente se sonrojo, primeramente no imagino a su hermano hacer tal cosa...oh bueno, si, pero no en ese momento; y luego estaba Azumi. Con ese traje de porrista y animandolo solo a él.

Su corazón se aceleró tanto que, por un momento pensó que moriría, su cuerpo estaba jugando pero su mente estaba en el mundo "la linda Azumi" (como le decía Tadashi).

Vaya que lo traía todo idiota.

No sabia que hacer o decir, aquella chica de ojos cafés gritaba su nombre con euforia, diciéndole que se esforzará. Daba saltitos moviendo los pompones y moviendose de una menera casi profesional, ¿y como no iba a ser así?, si aquella niña era porrista de la escuela, no la capitana, pero si una de las mejores.

Trato de concentrarse lo más que pudo en el partido, incluso dio más de lo que podía para hacer que la chica estuviera orgullosa de él, o al menos sorprendida. También lo hacía por que tenía muy en cuenta que su hermano lo observaba, quería demostrarle que era bueno, aun que no admitiera que le gustaba que su hermano lo viera jugar.

Mientras el juego continuaba, la pelinegra y el mayor de los Tsukishima seguían animando al equipo como si fuera uno oficial.

Al final quedaron en empate, prometiendo terminarlo en otra ocasión. Cuando los chicos estaban despidiéndose en la cancha como era habitual. Alguien grito.

- ¡Tsukishima kei! - llamo la pelinegra

Ella y el hermano del de lentes se bajaron de las gradas para ir al lugar donde los jugadores terminaban de despedirse. La más baja se paro frente a Kei llamando la atención de todos.

Akiteru traía lo que parecía ser una cartulina doblada por la mitad. Cuando Azumi le dio una señal con la mano, el varón abrió el cartel, provocando un sonrojo violento en el rostro del amante de los dinosaurios.

"Tsukki, ¿me darias el honor de ser tu pareja?"

El alma se fue de su cuerpo, su corazón estaba a nada de salir de su pecho, las mariposas se movieron tanto en su estómago que estuvo a punto de vómitar, la respiración se le fue y su cara de sorpresa y emoción no se hicieron pasar.

¿De verdad estaba pasando?, ¿Azumi se le estaba declarando?, ¿era un sueño a caso?.

- ¿Y qué dices, Kei? - pregunto sonriente

- Si - respondió aún sorprendido pero emocionado

La femenina de inmediato salto a el con alegría, kei la tomó en brazos mientras a su alrededor, los demás jugadores gritaban felicitando a la nueva pareja.

Akiteru salto de alegría al escuchar la respuesta positiva de su hermano. Al fin tendría una cuñada con la cual compartir fotos de Tsukki siendo un bebe.

Que buen día.
























¡Hey, hey, hey!

Aquí esta otro one shot del rubio amargado.

Aun que algo corto.

Les gusto? Verdad que si?

Bueno, todo es gracias a que tome dos litros de café y un litro y medio de agua (no lo hagan, eso hará que vayan mucho al baño)

En fin, si les gusto dejen su estrellita y su comentario.

Nos leemos en el siguiente episodio.

Va bye.






One Shots - Tsukishima Kei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora