La Elegida

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Arthur, es un joven guapo de 24 años se ha destacado en el mundo empresarial para llegar a hacer un ceo importante de Nueva York. Dicho nombramiento lo quiere lograr al continuar con las riendas de su estimado y respetado padre en el mundo tecnológico.

Es un viernes por la tarde, a punto de terminar su hora laboral, lo que más desea es llegar a su suite para llamar a una chica de su gusto y pasar un rato candente con ella, pero el toque insistente de la puerta lo hace fruncir el ceño.

-¡Adelante!- ordenó con frialdad mientras apagaba su laptop
-jefe- su asistente Leticia ingresa a su oficina donde él es el rey
-¿Qué quieres? Y espero que sea importante
-lo es, señor. ¿Recuerda el evento donde usted es el benefactor?
-No.- responde y se coloca de pie, para luego acomodar su corbata. La pobre Leticia suspira, es una señora de 35 años. Debido a que no puede tener como asistente a una joven porque se las termina follando.
-señor por favor, debe asistir. Lo prometió, recuerde que es importante para su imagen si quiere lograr ser el ceo
-¿No lo puedes hacer tú? Das el dinero que sea necesario, invéntate un sermón de agradecimiento de mi parte. Le dices que tuve una importante reunión

Arthur pasa por el lado de Leticia, colocándose su blazer. -¡No, no se vaya, jefe! No lo puedo hacer yo. Si así fuera no lo viniera a molestar. Debe ir usted personalmente, la prensa lo está esperando, incluso no han iniciado por usted- la frente de Leticia empieza a sudar de los nervios
-¡Joder Leticia! Odió tener que asistir a eventos- hace una mueca de disgusto, mientras se dirige a su ascensor privado
-¿Vas a ir, jefe?- pregunta mirándolo con preocupación
-¿Acaso tengo opción?- arquea una ceja y se cruza de brazos. Las puertas del ascensor se cierran dejando a Leticia un poco calmada, es difícil lidiar con su jefe Arthur y más si está de mal genio

-¡Joder!- cierra los ojos para calmarse un poco. Su fuerte temperamento en ocasiones le hace malas jugadas.

Al llegar al estacionamiento, sale del ascensor caminando como todo un galán hacia su Lamborghini color negro mate que es su favorito. -¡Señor!- el escolta lo espera con una postura firme de soldado
-Erik, necesito seguridad extrema, debo asistir a un evento- ordena y al ver que su escolta le abre la puerta del auto, ingresa para disponerse a manejar
-como ordene, señor- le cierra la puerta

-vamos Arthur, solo serán unos minutos y te vas a pasarla rico- enciende su auto y hace rugir el motor de su auto para luego arrancar y dirigirse al dichoso evento

Arthur es amante a la velocidad, es algo que aparte del sexo salvaje, lo hace sentir adrenalina, incluso, en ocasiones participa en carreras callejeras solo por diversión.

Su móvil empieza a sonar, y se dispone a contestar. -¡Arthur!- la voz de su mejor amigo, Leonel, lo hace esbozar una sonrisa satisfactoria
-dime que ya llegaste a nueva York, de lo contrario, no molestes, Lionel
-Sé que me extrañas, cabrón. Acabo de aterrizar. Estoy en el aeropuerto, deberías venir a buscarme y nos vamos a vivir la vida buena
-es un buen plan- mira la hora en su reloj costoso -solo que tengo un inconveniente
-¿Tú? El gran ARTHUR ISRAEL VILLARREAL- suelta una carcajada
-no te burles, cabrón. Deberías acompañarme
-¿Será divertido?- Lionel sale en busca de un taxi
-Si así fuera no sería un inconveniente. Debo asistir a un evento para ser el benefactor.
-mira el lado positivo. Es algo que va a impulsar tu carrera y más que Carlos Prieto, es tu mayor competencia y el muy maldito está jugando sucio. ¿Ya viste el periódico?
-me tiene sin importancia lo que haga ese payaso. Sé perfectamente lo que hago, recuerda que con un Villarreal, nadie puede
-sabes qué, dame la dirección y te llegó- Lionel sube al taxi

Arthur le da la dirección y cuelga la llamada. -Necesito unas vacaciones- acelera más para llegar a su destino.
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-Tengo miedo- confiesa Valentina Ashley, hermosa chica de 20 años de edad. Es su primera competencia de categoría baja en patinaje y si logra destacarse y llegar a la final, muchos podrán ver su talento y poco a poco deseando cumplir su sueño de estar en las competencias importantes de Nueva York y así sucesivamente llegar a grandes ligas.
-mírame Valentina- le pide su instructora Mariela Sáenz

Los ojos de Valentina están cristalinos, su vida es un caos, es una burbuja desesperante de la cual quiere salir, pero le es imposible. -no olvides la gentileza de tu corazón. Eres talentosa y no debo recordarte que lo eres porque lo sabes perfectamente
-no quiero ser pesimista, pero mire mi traje, mi madrastra lo arruinó, se que fue ella. Mire a las demás chicas, son hermosas y relucientes, pero yo... Pareciera que me hubiera atacado un gato mi traje
-tu vestimenta no define tu talento- la mira de pies a cabeza. Pero puedo hacer algo- le termina de desgarrar la tela de brillantes para dejarle solo con la tela color azul. Lo malo es que le queda muy corto -eso es todo. No quiero que pienses en nada más, solo en la rutina practicada ¿Estamos?- pregunta Mariela, la cual estima mucho a Valentina como si fuera una hija

Valentina asienta con la cabeza y toma desprevenida a su instructora al abrazarla porque se siente agradecida.

-¡Valentina Ashley! Es tu turno- la mencionan y Valentina retoma aire una y otra vez antes de salir
-mucha suerte querida- Mariela pasa saliva, aparenta ser fuerte, pero también tiene miedo por lo que pueda suceder

-quita esa cara Isreal- Lionel observa hacia la pista de patinaje
-Me aburre estar aquí. No dejan de tomar fotos, si no tuviera a mis escoltas, estoy seguro que todas estas mujeres saltan sobre mi
-deberías estar feliz por tener fama, eres un hombre importante

Los aplausos se hacen presentes y es entonces donde Valentina da su mejor entrada con la postura del ángel. Aunque su corazón está que se le sale. La chica sonríe porque los jueces valoran todo.

Arthur fija su mirada en ella, incluso la intensifica al verla patinar con naturalidad sobre el hielo, en como se mueve y su cabello negro azabache se mueve dándole un aspecto atractivo.

-se te van a salir las babas- se burla Lionel al verlo concentrado mirando a Valentina
-si sigues molestando, no te presto más mi yate- lo amenaza y la sonrisa burlona de Lionel desaparece poco a poco

Valentina es delgada, pero tiene todo en su lugar, su color de piel es blanca, su cabeza es negro azabache y su color de ojos grisáceo cautivan a cualquiera.

-me tienes integrado amigo, ¿Qué carajos están pesando?- pregunta Lionel achinando sus ojos
-la elijo a ella, la quiero hoy mismo en mi apartamento
-¿Qué carajos?- Lionel está sorprendido
-es flexible y es bueno probar nuevas presas, la quiero a ella.
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Hola preciosas lectoras. La aventura apenas inicia, no te pierdas el siguiente episodio.

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