Siento que me arde

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Tan solo Arthur dijo esas palabras, Valentina aprovecha para subirse encima de él. —no me dejes con ganas— pide Valentina y Villarreal posa sus manos en el trasero de ella
—no hables tanto y solo disfruta— acaricia a Valentina tan delicioso,  que ella jadea
—quiero que lo hagas todo, eres virgen y yo no me controlo, solo házlo a tu manera— le dice y luego lleva sus labios a los pechos erectos de Valentina, la cual al sentir la lengua de Arthur juguetear gimió como gata en celo
—¡Ahhh... Más, quiero más— lo dice complaciente mientras que lleva sus manos al cabello del chico y jala con ganas
—¡Joder! Te gusta lo salvaje, así como a mí— muerde levemente el pezón derecho de Valentina haciéndola erizar por completo

Se vuelven a besar, pero un beso tan hambriento que ambos quieren más, Arthur la agarra del cabello y lo jala, por lo tanto, ella hace su cabeza hacia atrás y es en ese justo momento donde Arthur aprovecha para pasar su lengua por el cuello de Valentina ovacionado un placer infernal en ella.

Luego de aquellos besos, él está ansioso por sentir lo estrecha que puede estar Valentina, así que le dice —levanta un poco— ella obedece y lo toma por sorpresa cuando lo besa, mientras aquel beso pasional surge. Arthur se desabotona el pantalón y luego saca su erecto miembro, listo para ser atendido

—baja despacio, todo a tu ritmo— ordena y su boca se le hace agua, Valentina tiene ese toque sensual que a él le llama la atención y está ansioso por poder domar a su manera
—me dolerá... Pero no importa,  lo quiero todo contigo— la confesión de Valentina, a pesar de estar bajo los efectos del alcohol, es algo que no me agrada a Arthur, sin embargo, quiere continuar ya que él también está con ganas
—sabes que esto no puede relacionarse con el amor. Baja lentamente

Ella sonríe amargamente sabiendo que fue muy tonta al decir aquello, pero ya, ya quiere perder su virginidad y saber que pasará luego de esto.

Por lo tanto, baja lentamente hasta sentir aquel dolor aterrador, mientras que Arthur la observa, pero su mirada es malévola, está excitado y a su vez desesperado por tener acción de inmediato.

—¡Ay... No podré— Valentina susurra, mientras clava sus uñas en el asiento de cuero
—despacio, luego no sentirás dolor
—¡Siento... Siento que me arde!— cierra los ojos y Arthur posa sus manos en las caderas de Valentina mientras gruñe por lo bajo, siente demasiado placer
—lo estás haciendo bien...— la anima, agarrándola con un poco de fuerza en la cintura, dejando sus marcas en la piel blanca de Valentina, la cual quisiera no continuar. Sabía que iba a doler, pero no tanto
—¡No puedo! ¡Ayyy... Duele!
—besame— Arthur le ordena y ella obedece. No es un beso cualquiera, ya que Valentina de inmediato muerde el labio inferior de Villarreal para desahogar su dolor

Aquel dolor fue disminuyendo a medida de las estocadas profundas. —lo estás haciendo muy bien...— admite Arthur y la mira con deseo
—eres perfecto, eres tan guapo— jadea al sentir las manos de Arthur recorrer su cuerpo como si fuera una valiosa escultura
—eres mía, solo mía
—lo soy, Arthur, solamente tuya— empieza a sentir placer
—Quédate está noche conmigo. No te vas arrepentir
—lo que tú quieras— responde agitada
—¿Volverás? ¡Dímelo!
—¿Quieres que así sea?— Valentina lo mira a los ojos mientras se mueve con la ayuda de Arthur —te quiero escuchar— retoma aire —si soy suficiente, dime qué quieres que regrese contigo
—¡Joder!— gruñe —solo regresa y te juro que no te vas arrepentir
—sí, volveré a tu lado

Erick quien está desde una distancia, observa como el auto se mueve así que ya se imagina lo que está sucediendo. Por lo tanto, prefirió escuchar música.

Valentina por fin siente el divino placer mientras que Arthur, está siendo atendido como un rey, sintiendo lo que jamás una mujer lo había hecho sentir.

Cuando él se corre dentro de ella, continúa besándola y le pregunta . —¿Quieres más?
—sí... Quiero experimentar— ella se fue a quitar, pero él no la dejo
—continua, puedo manejar así—
—me da miedo
—a mi lado, nada malo te pasará, lo prometo, quiero que sigas cabalgando, para ser principiante te mueves muy bien— su halago la sonrojo por completo

Arthur enciende el auto y luego arranca, mientras que Valentina continúa y la adrenalina mientras maneja a velocidad es exquisita. —¿Me harás todas las cosas que tú me has mencionado?— pregunta
—de todo, veremos si aguantas... Muévete más— le ordena y siente que se va a correr nuevamente

La pareja derrocha pasión hasta llegar al apartamento. —colócate el vestido— le pide y ella se ríe como loca
—¿Y si no, qué?— le coquetea siendo muy atrevida
—¿Quieres que mis hombres te vean desnuda?
—¿Te dan celos?— arquea una ceja y se hace a un lado
—lo que es mío así debe ser— abrocha su pantalón
—¿Sí? Veremos qué tan dispuesto estás para cuidar lo que supuestamente es tuyo

Ashley abre la puerta y Villarreal la agarra inmediatamente del brazo derecho. —¿Estás loca? Te voy a castigar por tu mal comportamiento Valentina— mientras la sostiene, llama inmediatamente a Erick
—¡Suéltame, soy libre y es mi cuerpo!
—ella intenta zafarse
—señor— contesta Erick la llamada
—¡Desaparezcan! Quiero todo despejado y entre minutos retoman su lugar— ordena y cuelga la llamada

Erick no lo comprende, pero obedece y tan solo fueron segundos para que nadie estuviera a su alrededor, por lo tanto, suelta a Valentina y luego sale del auto. —eres una chica muy traviesa Valentina— se acerca rápidamente y ella ya salió del auto literalmente desnuda
—¿Qué me vas a hacer?— pregunta haciéndole ojitos
—eso no te lo diré

LINEA DELGADA HACIA EL AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora