El hombre de sus pesadillas

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—¿Qué quieres Tamara?— pregunta Mariela a la defensiva
—¡No seas metiche! Vengo a hablar con mi hija— en ese justo momento, Valentina toma el valor de mirar a su madre a los ojos —¿No me extrañas, hija?— sonríe y se acerca más
—¡No te acerques a Valentina!— Mariela odia con todo tu ser a Tamara
—¡Largo! Ella es mi hija y es con ella la que tengo que hablar
—¿Tú hija? Pues no pareciera, puesto que una madre no es una total mierda como tú
—por favor, no discutas, Mariela— le suplica Valentina —déjame a solas con Tamara
—¿Acaso se te olvidó que soy para ti?— Tamara se sorprende de que Valentina no le haya dicho mamá
—las cosas han cambiado— Valentina siente su corazón palpitar, a velocidad —no puedo llamarte madre, cuando has actuado como si yo no valiera la pena. No entiendo qué haces aquí. Yo tomé mi decisión y es estar lejos de ti
—¡Eres una descarada!— Tamara iba a golpear a Valentina, pero Mariela no lo permitió, porque la agarró fuertemente del brazo
—he tenido que callar y soportar muchas cosas en mi vida, pero que te metas con Valentina, que la vuelvas a maltratar ¡No!— vociferó con determinación

Tamara se suelta bruscamente del agarre de Mariela, la cual está dispuesta a defender a Valentina a toda costa. —Tamara, lo mejor es que te vayas— sugiere Valentina. En si, le duele hablarle así a Tamara, pero está tan herida que ni siquiera sienten ánimos de decir "madre"
—claro que me voy, pero antes de eso vengo a decirte que Gonzalo se va a vengar de ti por dejarlo plantado, la casa la vendí, y sí es cierto, jamás te he querido, eres una bastarda, no sabes cuánto odió todas las veces que tuve que soportar tu llanto de niña tonta, tus abrazos y lo peor de todo, aguantarme al estúpido de tu padre, afortunadamente esta muerto— Valentina siente como le desgarran el corazón —asi que me largo bien lejos de ti. Dónde no te tenga, que volver a verte. Estoy segura que tu vida será de miseria y fracaso. Yo tenía un futuro brillante para ti, pero lo único que hiciste fue echarlo todo a perder. Por lo menos yo, no salí perdiendo, como dicen por ahí, si se cierra una puerta, otra se abre y mucho más grande
—¿Cómo te atreves a hablarle así a Valentina?— Mariela está que agarra de los pelos a Tamara por su maléfica crueldad

Sabe que Valentina está sufriendo demasiado, pues Tamara ha sido la figura materna en la cual se refugió con inocencia. —¡Cállate! ¡No te metas estúpida mujer!— Bufó Tamara y agrega —¿Te creés muy fuerte?— le pregunta a Valentina —tan solo estás alucinando que un chico tan importante como Villarreal se interesa en ti realmente. Él es el típico rico que todo lo compra con dinero, así como te compro a ti— sonríe maliciosa
—¿De... Que hablas?— Valentina siente su pecho arder y Tamara rodea los ojos
—deja de alucinar Valentina, aparte de bastarda, fracasada porque estoy segura que jamás llegarás lejos en eso del patinaje, así como jamás llegarás a tener el amor de un hombre como Villarreal, ¿Acaso no se te hace raro que no quiera llevarte conmigo?— se ríe —tú noviecito me dió una gran suma de dinero, por eso te dejo en libertad, me despojo de tí. Me tiene sin cuidado lo que te pueda pasar de ahora en adelante, jamás fuiste especial para mí, no sabes cuánto voy a disfrutar mi dinerito, por fin, por fin tengo lo que merezco. ¡Estoy segura que te vas a arrepentir de tus malas decisiones!

Dos fuertes bofetadas recibe Tamara por parte de Mariela, pero fueron tan fuertes que dejó la marca en las mejillas de Tamara, la cual no se esperaba esos golpes. —¡Vete! ¡Largo de aquí!— Mariela chasquea sus dedos —¡Largo antes de que te deje sin cabello! ¡Eres una mujer tan venenosa que el infierno es poco para ti
—¿Cómo te atreves?— Tamara siente sus mejillas arder
—Valentina no está sola, me tiene a mi, que te quede claro— la señala —¡Vete!— la empuja mientras que Valentina está sin palabras
—¡Sí, me voy!— grita Tamara —solo venía a terminar con esta farsa de supuesta madre e hija. ¡Suerte!— Tamara mira con enfado a Valentina y luego se gira para dirigir sus pasos hacia la salida

Valentina inmediatamente cae sentada en la banca, su debilidad es mayor con todo lo que Tamara le dijo, se siente muy lastimada.

—cariño— susurra Mariela al asegurarse de que Tamara se haya ido y luego abraza a Valentina —no le prestes atención, mira el lado bueno, esa mujer no te va a volver a molestar— escucha el sollozo de Valentina —no estás sola, me tienes a mí
—no me sueltes por favor— suplica Valentina, sintiéndose como una niña en los brazos de Mariela.
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Al caer la noche, Valentina está en casa de Mariela, y Amará que no se pudo aguantar llega para que su mejor amiga la acompañe a un lugar y así pueda respirar un poco.

—no quiero...— Valentina se niega a salir 
—por favor, por favor, Mariela ayúdame, dile que vaya conmigo, va a ver chicos guapos, ella es joven y merece disfrutar
—lo siento Amará, no puedo obligar a Valentina— se encoge de hombros
—amigaaaaa, vamos no seas así, mira que ya no tienes a la loca de Tamara respirando tu cuello, vamos a salir por favor no me dejes sola, te juro que no voy a consumir alcohol, te lo juro, pero si no vas a conmigo, quizás algo malo me pase y termine en la cama de un desconocido
—Amara no me manipules, no tuve un buen día...
—por favor, por favor VALENTINA, vamos y te prometo que la próxima vez que no quieras salir te dejo en paz— hace un gesto con sus manos de súplica y Valentina mira Mariela la cual esboza una sonrisa ladina
—¡Está bien! Vamos. Mariela te veo mañana, muchas gracias por todo, debo solucionar muchas cosas
—descuida, cuídate mucho por favor, y tú Amará nada que dejarla sola
—lo prometo— sonríe ampliamente

Luego de que Valentina y Amará salieran de la pequeña casa de Mariela, las chicas caminan hacia la vía principal para agarrar un taxi. —Valentina gracias por acompañarme, no quería ir sola, además, el que me hizo la invitación es el mejor amigo de Arthur
—Amara no me digas que te acostaste con Lionel
—no lo niego y es perfecto en la cama— afirma con emoción —pero tranquila, seguramente Arthur no va a estar, es un evento de carreras callejeras, no creo que ese sea su estilo
—eso espero, lo que menos quiero es verlo

Lo que Valentina y Amará no saben, es que están siendo seguidas por dos hombres, escoltas de Arthur Villarreal. Están encargados de proteger la vida de Valentina y tener en sobre aviso a Erick.

Y aunque Valentina no quería ver a Arthur, debido a la confesión de Tamara, eso le confirmo que él es igual que todos los hombres, fue imposible, porque justamente cuando llegan al lugar, donde hay cantidad de autos, chicos, chicas y un desorden fatal, su mirada se fija en Villarreal, el hombre de sus pesadillas, que baja de un Ferrari color negro mate, vestido jodidamente guapo, camisa negra, chaqueta color negra, jeans negros y tenis deportivos color negro, literalmente el negro es la mezcla perfecta entre su guapura y malicia.

—joder, te juro que no sabía que él iba a estar aquí— se apresura a decir Amara

Lo peor de todo es que Arthur como si de química se tratará, la voltea a mirar y también se sorprendió de que ella estuviera en ese este lugar, incluso no puede dejar de mirarla, pero alguien interrumpe esas miradas y es Penélope, la ex de Arthur, la mujer que él llegó a amar y estar solo para ella, pero lo que recibió fue una traición que lo hizo detestar las cosas del amor

LINEA DELGADA HACIA EL AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora