Alguna impresión

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Valentina siente la respiración de Arthur en su cuello y de manera inconsciente hace su cabeza hacia atrás, es algo que su cuerpo ahora le está exigiendo, sin embargo, los nervios están intactos.

Al no sentir más aquel acercamiento, pasa saliva y lo escucha decir. —te llevaré a tu habitación— Arthur empieza a caminar y ella abre sus ojos lentamente hasta tener una visión clara. Pensó que él estaba cerca, pero no, la distancia la hizo sentir extraña, como siquiera más de él.

Lo que hace es inmediatamente agarrar el paño y cubrir su cuerpo para luego seguirlo mientras observa el lugar. —suelo venir aquí, es el lugar que más me agrada. Por los momentos no podrás salir. Sé que tú madre está histérica, tú y yo tenemos que hablar
—lo sé— responde con su mirada fija en la espalda ancha del Arthur, siente la necesidad de tocarlo, pero evade una y otra vez sus pensamientos
—puedes darte un baño. Te espero en la sala de estar

Ella ingresa a la que es su habitación y la elegancia no es algo que la impacta, porque ha vivido una vida normal sin riqueza. Entonces no es amante a ello, Arthur esperaba alguna impresión en ella, ya que él chico está atento a cada gesto por parte de ella, aún la continúa analizando.

—¿Te puedo pedir un favor?
—depende— se cruza de brazos y eso hace que se marquen los músculos de sus brazos, él sabe cómo exhibir sus dotes
—quiero estar sola, aún no quiero hablar
—lo entiendo, pero necesito que firmes el contrato
—¿No puede ser después?— pregunta y él retiene sus palabras, ya que él quiere todo ya. Manejar todo a su antojo y beneficio —por favor— suplica al verlo dudar
—si llegas a necesitar algo, Antonia, te atenderá
—¿Quién es ella?— pregunta curiosa
—mi empleada, es la encargada de todo lo que necesito. Agradezco que no salgas de aquí sin mi autorización
—¿Acaso vas a actuar como si fueras mi padre?
—no te confundas. Tú ya eres mía y por lo tanto, debes ser prácticamente mi sumisa
—eso no me agrada...— Valentía lo fulmina con la mirada
—lo hubieras pensando antes de tomar la decisión. Otra cosa, jamás se te ocurra hacerme una escena de celos— Arthur sale de la habitación cerrando la puerta calmadamente, ya que está enojado, ella lo hace enojar con su actitud

Al llegar a la sala de estar, Antonia viene con una escoba para escobillar, la alfombra —señor, buenos días, pensé que se habia marchado
—buen día señora Antonia. En la habitación de huéspedes hay una chica, se llama Valentina
—¿Otra?— la señora Antonia achina sus ojos
—Antonia no estoy, para tolerar tus reclamos. La chica va a vivir aquí por un corto tiempo, déjale almuerzo hecho. Tengo que irme a trabajar
—¿Y por qué ella se va a quedar?— la señora quiere saberlo
—Antonia ¿Qué hemos hablado?
—no meterme, en su vida joven Arthur. Pero no es bueno que estés con una mujer y otra, puedes contraer una enfermedad
—sé cuidarme perfectamente. Haz lo que te digo. Me voy a alistar— Arthur se marcha a su habitación
—este muchacho— niega con la cabeza —donde la señora Johana llega a saber, seguramente le da su jalón de orejas. Probé muchachas, todas se enamoran y pierden— Antonia tuvo que seguir con sus labores

Mientras que Valentina, está echa un mar de lágrimas por su situación actual. Piensa en su madre, en Gonzalo, en su sueño de patinaje, en Mariela y su mejor amiga, son muchas cosas que provocan dolor de cabeza y dolor en el corazón.

En el resto de la mañana y la tarde no salió de la habitación y peor aun, Arthur estuvo esperando de manera impaciente, pero lastimosamente ella no salió y eso hizo que él fuera a la habitación porque quiere que ella firme el contrato para ella estar tranquilo. Pero al llegar a la puerta y escucharla llorar, su ansiedad desapareció por lo tanto necesita saber más de ella.

Le pidió a Antonia irse del apartamento, la cual obedeció no de gran manera porque está molesta con Arthur por tener otra chica, ya que lo ve con varías seguidamente.

Llega la noche y Israel ya está al colmo, por tal motivo le toca la puerta de la habitación y ella está durmiendo de tanto llorar, le causo agotamiento.

Arthur con cierto disgusto abre la puerta y la ve acostada en la cama en posición de lado y bien arropada, por lo tanto, se acerca para asegurarse de que ella esté bien y es extraño lo que siente al verla dormir. Es como si quisiera quedarse ahí y observarla hasta que abra los ojos y admirarla, pero luego niega con la cabeza por su absurdo pensamiento.

Desea quitarle la sabana y sumergirse en ella, hacerla suya y por fin matar sus ganas, pero sabe que no puede forzarla porque es más rico cuando todo fluye y hay obediencia, satisfacería.

Se marcha de la habitación y a Erick estaba esperando por su jefe en todo el ascensor. —¿Qué haces aquí?
—señor, disculpe, pero lo he estado llamando como no tuve respuesta tuve el atrevimiento de ingresar
—¿Qué es lo que está pasando?— toma una posición muy varonil
—la señora Tamara, madre de la señorita Ashley, fue a la estación de policía y dijo que a su hija la secuestraron
—¡Que me importa! A la mierda todo eso
—señor, según la información, ella ha dicho el número de placa exacta, así que la policía no tarda en llamarle a usted o buscarlo
—¿Por qué esa señora inventó algo así?
—segun el informante, el señor Gonzalo fue a buscar a la señora Valentina y al no encontrarla hubo una fuerte discusión.
—sabes que me vale mierda lo que piensen los demás. Necesito que vayas a la estación de policía

Erick recibe una llamada telefónica.
—disculpe señor, debo contestar, es Kinzay, mi hombre de confianza
—adelante
—Kinzay, estoy ocupado— le contesta
—jefe, el señor Maskyn Villarreal está subiendo, no quiso esperar que lo anuncien
—entendido— cuelga la llamada
—señor... Su padre está...

Las puertas del ascensor se abren. —¡ISRAEL tenemos que hablar!— la voz de Maskyn resuena en la sala
—padre...
—¡Me explicas ya, el motivo por el que tienes una demanda!— le muestra la carta de denuncia
—todo tiene una explicación. Erick, déjame a solas con mi padre— le ordena y Erick hace una mini reverencia para luego marcharse
—¡Explícame! ¿Ahora que hiciste?
—no me grites padre. Simplemente me robe a una novia
—¿¡Por qué Arthur!? ¿Por qué buscarte problemas?— pregunta enfadado, aunque Maskyn ya lo sabe todo debido que él tiene mucha influencia —esa chica se iba a casar
—pero no quiere, además no la obligue
—¿Acaso te has enamorado?

ISRAEL se ríe carcajadas. —buen chiste, jamás me enamoraría de una mujer como ella. Simplemente nos vamos a divertir que es otra cosa, no entiendo cuál es tu problema
—el problema es que estás acusado de secuestro y tienes que aclarar esa situación
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Holaaa chicas, mil gracias por el apoyo, por tal motivo les subiré otro episodio, no olviden apoyar, cuentame ¿De que parte del mundo me leen?

LINEA DELGADA HACIA EL AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora