Israel hace silencio, eso no se lo esperaba, realmente no, menos cuando la estaba pasando bien con ella en la intimidad, literalmente está sin palabras, Valentina Ashley, lo dejo sin palabras.
Ella al ver que no se puede ir, cubre su rostro con sus manos y empieza a llorar como si no hubiera un mañana, es un llanto desgarrador, de esos que lloras y gritas y maldices al mismo tiempo.
Arthur golpea seguidamente el volante de su auto, ya que pensó que Valentina solo sentía gusto por él ¿Pero enamorarse? Eso es demasiado.Es desesperante para él escucharla llorar de esa manera, por tal motivo intenta tomar el control, y saca su móvil para luego llamar a Erik, el cual contesta de inmediato.
—señor Villarreal
—comunicate con los escoltas a cargo, que lleven a Lionel y a la amiga de Valentina a donde ellos quieran— da la orden y cuelga la llamada para mirar a Valentina, la cual continúa llorandoArthur enciende su auto y eso llama la atención de Valentina. —¿Qué haces?— pregunta con su voz entre cortada
—tenemos que hablar
—¡Joder! No quiero hablar, no quiero estar más a tu lado, ya déjame en paz— lo dijo tan desesperada que golpeó el corazón de su cruel amor
—soy una persona que no capta órdenes— al decir esas palabras con frialdad, se dispone a manejar dejando a Lionel y Amará—¡Nos dejan!— Amará camina hacia el auto de Arthur, pero demasiado tarde, ya se ha ido —¡¡Valentina!!— grita a todo pulmón
—¡Carajo!— Lionel suspira y luego escucha un auto acercarse, por lo tanto, agarra a Amará de la mano y ella mira su agarre
—¿Por qué me agarras la mano...?— Amará intenta soltarse
—viene un auto...— mira hacia la izquierda y al ver uno de los autos propiedad de su amigo se relaja
—¡No puedo creer que tú amigo nos haya dejado aquí! ¡Es un desgraciado!— espetó —mi amiga no se siente bien, debo ir por ellaEl auto estaciona frente a ellos y el escolta se acerca. —señor Lionel, el señor Villarreal ha ordenado llevarlos a dónde usted quiera
—perfecto, a mí apartamento— ordena y Amará niega con la cabeza soltándose de su agarre
—no pienso ir a acostarme contigo, debo ir por Valentina, ella no está bien y si Mariela llega a saber esto me mata
—Mariela... Creo haber escuchado ese hombre
—¡Claro idiota! Es la madre real de ValentinaLionel frunce el ceño, es una información bastante impactante. —¿Qué has dicho?— mira a Amará con él ceño fruncido
—¡Por Dios...! ¿Por qué no puedo tener mi boca cerrada?— se pregunta así misma balbuceando
—Entonces Tamara no es la madre real de Valentina. Pero... Pero qué es todo esto
—¡Hey... No puedes decir nada!— Amará sabe que metió la pata
—¿Por qué no le has dicho a Valentina? Ella es tu mejor amiga
—se lo prometí a Mariela, además, detrás de todo esto hay algo oculto que no podré hablarlo contigo, te sugiero que no digas nada, y menos al idiota de tu amigo que bien mal me cae por lastimar a Valentina, ¡Necesito buscarla!
—tranquila, no diré nada, trataré de no hacerlo— suspira —necesito un trago— parpadea varias veces, porque eso no se lo esperaba
—tambien necesito un trago, que mala soy para guardar secretos— bufó pasando su mano derecha por su cabeza como gesto de desesperación
—ven conmigo, luego de platicar prometo que te llevaré a tu casa, lo prometo— extiende su mano y Amará mira al escolta y luego el auto
—¡Está bien, solo un trago!— deja a Lionel con la mano extendida y se acerca al auto, el chófer le abre la puerta y ella ingresa —¡Joder, estoy en serios problemas!— suelta un largo suspiro
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—¿A dónde me llevas?— pregunta Valentina, ha llorado tanto que tiene desaliento
—deberías calmarte, solo quiero que hablemos, eso es todo— ingresa al estacionamiento de un hotel de lujo
—no te entiendo Arthur, deberías estar feliz porque te odie y no quiera estar cerca de tí. Lo único que quiero es acabar con esta pesadilla, al final soy la perjudicada
—Valentina, deja de llorar
—¡No me digas que hacer!— se vuelve a poner histéricaPor lo tanto, él no le habla, si no que estaciona, y luego apaga el auto, se siente cansado, tenso, un estrés a nivel Dios, de esos que provoca acabar todo a su paso.
—ven, necesitas relajarte— él baja de su auto y luego camina al otro extremo para abrirle la puerta a Valentina
—no quiero, por favor ya dejemos esto así
—Valentina, podrás decir todo lo que quieras, pero soy yo el que decide
—¡Te odió Villarreal!— lo mira con desdén y él observa como la punta de la nariz de Valentina está rojita, y sus ojos rojos de tanto llorar
—sígueme odiando— la carga entre sus brazos para llevarla a la suite presidencial, durante ese recorrido, ella se aferró a él, lo ama, lo ama tanto que a pesar del daño que le hace, siente que le arde el corazón por no tenerlo.Al llegar a la suite, camina directamente a la habitación lujosa, para luego acostar a Valentina en la cama, la cual agarra una almohada y la abraza.
Israel sale de la habitación hacia el minibar, en este momento de su vida se siente confuso con lo que siente. Agarra una botella de whisky y dos vasos. —¿Qué diablos me está pasando?— pregunta, porque fácilmente la hubiera dejado y listo todo hubiera terminado, pero no, no pudo hacerlo.
Es un chico capaz de tomar decisiones determinantes, pero Valentina Ashley lo tiene en este momento confundido. Deja la botella nuevamente en su lugar y saca su móvil, al ver la pantalla se percata de que tiene un mensaje de texto.
—mi amor, hablemos por favor, tan solo dame 5 minutos para explicarte todo, te extraño, te necesito. Soy Penélope— eso dice el mensaje por lo que él aprieta el móvil y musitó
—si no me hubieras engañado, todo hubiera sido diferente, quizás no fuera la mierda que soy ahora, quizás ya entiendo porque mi padre en su juventud fue tan mujeriego, porque las mujeres también lastiman, ¡Joder! ¿Qué mierdas me está pasando?— bufó y por poco lanza su móvil contra la pared, pero se contuvoDeja el móvil en la isla del minibar y agarra la botella para luego dirigirse a la habitación dónde está Valentina acurrucada, aferrada a la almohada sin parar de llorar.
—¿Por qué?— pregunta ella con voz temblorosa —¿Por qué me has traído aquí?— se sienta en la cama sin dejar de abrazar la almohada
Pero él no le responde, sino que toma asiento al otro extremo de la cama y luego coloca los vasos sobre la mesita de noche. —¡Te hice una pregunta! ¿Acaso crees que aún me puedes manejar a tu antojo?
—deja de atacar, quiero terminar en buenos términos
—¿Qué...?— pregunta y observa como él sirve whisky en cada vaso de cristal
—sé que soy cruel cuando me lo propongo, pero no puedo amarte Valentina, no puedo amar a nadie
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.Comenten, voten, apoyen que es importante, esto está que arde y el siguiente capítulo estará mejor.
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Tengo un vídeo de esta novela que les va a encantar, un abrazo
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LINEA DELGADA HACIA EL AMOR
Romance©Todos los derechos reservados. Arthur Israel Villarreal, es un joven con una inteligencia sin igual. Su guapura impacta a cualquier mujer, y aunque muchas quieren pasar la noche con él, no todas tienen ese privilegio ya que él elige con que mujer p...