Loca por él

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Cafetería Marc.

—¡Amiga!— Amará se coloca de pie y abraza a Valentina
—que gusto verte, Amará— le corresponde el abrazo, pero lo que Amará no esperaba, era que Valentina se quebrantará en lágrimas
—¡Joder! ¿Qué tienes?— Amará la abraza más fuerte
—no sé qué hacer con mi vida... Creo que, Arthur me gusta más de lo que no quisiera
—¡Carajo! Ven, toma asiento amiga— la ayuda a tomar asiento —sabía que te ibas a enamorar de ese guapote
—no estoy enamorada— seca sus lágrimas —solo me gusta y no lo puedo evitar, de nada sirvió lo de anoche, al final se fue con esa brasilera, no quiere hacerme suya hasta que firme ese maldito contrato ¡Siento que lo odió!
—tan solo tienes pocos días de conocerlo y ya te has vuelto loca por él— suspira —eso no es bueno, sabes que él es don juan, amiga. Quedamos en que ibas a aprovechar la oportunidad económica que te está dando
—¡Lo sé!...— lleva sus manos a su rostro para cubrirse. No le gusta que la vean llorar
—respira amiga... No te veo nada bien
—¿Puedes creer que sabe, patinar?— comenta —ingreso a la pista de patinaje, eso me volvió más loca a un. Siento... siento una corriente eléctrica, como una sensación que recorre mi cuerpo. Él me derrite, es como si mi cuerpo reaccionara a sus caricias, a sus besos, sus miradas ¡A todo Amará! Pero él está con una y otra chica, eso no lo toleró. Quizás ya todo está por perdido, el que yo no me haya ido con Erick, da mucho de qué hablar. Lo peor de todo es que Gonzalo fue a su oficina, siento que todo se complica más
—¡Rayos!— Amará muerde, su labio inferior
—pensé que iba a poder controlar mis sentimientos, pero estoy equivocada. Además, Gonzalo al perecer no quiere perder. No quiero que se desate una guerra por mi causa, pero tampoco quiero casarme con Gonzalo
—sabes que, lo mejor es que nos vayamos a distraernos un poco
—no Amará, no estoy para tus fiestas locas
—no seas malita, anda dime que sí. Además, te vas a distraer
—¡Ay está bien!— suspira —solo no me pongas a tomar cosas extrañas, sabes que no soy de beber
—¡Genial! Mira que por fin tienes algo de libertad. ¿Ya comiste?— pregunta
—aún no y te mentiría si te digo que no tengo hambre, pero sé que ganas muy poco amiga
—ya ni ganó, ahora que a Walter le cerraron el bar, todos nos quedamos sin trabajo
—¿Qué?— mira con impresión a su amiga
—no sabemos qué pasó, con tal, estoy buscando trabajo, pero no me preocupo, era lo mejor. Walter se lo merece por ser un cabeza huecas, así no estaré más con él
—como lo lamento amiga, se cuánto te gustaba ese tonto
—sí, pero penes es lo que hay— se ríe a carcajadas mientras que Valentina se sonroja  —hablando de eso, ¿Ya viste el paquete de Arthur?

Valentina se atora con su saliva y empieza a toser,  eso fue una pregunta muy atrevida. —¡Ay eso quiero decir que sí! Dime ¿Tiene efecto? ¿Es grande y grueso?
—¡Amará!— Valentina se ríe, pero con nervios. Eso es lo bueno de su amiga, siempre le saca sonrisas
—Está bien. Vamos a ponernos bien guapas
—no puedo ir a tu casa, mi madre seguramente está buscándome
—entramos por el jardín, así no podemos irnos, tenemos que vernos sexys y malas— se coloca de pie y agarra la mano de Valentina —prométeme que te vas a divertir
—yo...
—solo promételo
—¡Está bien!— Valentina acepta
—vamos y nos comemos unos deliciosos hot dog en el esquinazo
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Arthur está en el apartamento, es increíble que permanezca ahí esperando una noticia de Valentina.
—señor Villarreal ¿Desea algo en especial para comer?
—No. Si mi madre llama, dile que no estoy
—Como ordene señor ¿Le preparo la cena a la señorita Ashley?
—como sea, me iré a dar un baño— se marcha a su habitación

Al estar solo en su habitación. ¡Maldita sea!— espetó furioso, cuando tocan  la puerta de su habitación. —¡Adelante!— dijo con amargura y Antonia ingresa
—señor, Erick necesita hablar con usted— le pasa el teléfono —un permiso— Antonia se marcha
—¡Habla!
—señor, la señorita Ashley, lleva más de una hora en la casa de una amiga. Le estuve llamando, pero suena apagado
—¡Búscame otro móvil! Que me lo hagan llegar
—sí señor como ordene... ¡Señor!— exclamó antes que Arthur le cuelgue
—¿Qué?— pregunta con arrogancia
—señor, la señorita Ashley está subiendo a un taxi con su mejor amiga, está vestida diferente
—¿A qué te refieres?
—creo que va a una fiesta, ¿Qué hago señor?

Arthur empuña su mano libre —¿Señor?
—sigue haciendo tu trabajo— cuelga la llamada y lanza el teléfono hacia la cama. —¿Qué mierdas estás haciendo, Valentina?— se sulfura —esto no se va a quedar así— se quita la ropa rápidamente e ingresa al baño
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—creo que el vestido está corto— Valentina se lo empieza a bajar
—deja la vergüenza, está bien, te ves divina
—no lo sé Amará, creo que no fue una buena idea
—¡Claro que sí! Nos vamos a divertir, vamos a socializar con otros chicos. Tienes que soltarte más, no seas como una monjita, Valentina. Eres hermosa, demasiado, cualquier chico se volverá loco por tí
—claro...— susurra
—¡Vamos, ánimos!— la agarra de la mano y la ingresa a la fiesta, dónde la música está a alto volumen,  chicos y chicas dispersos, unos en grupos, otros solitarios fumando y otros bebiendo.

Valentina no se siente bien, pero quiere poner de su parte, cualquier cosa para no pensar en Arthur y sus problemas.

Al llegar al jardín de la casa, un chico se le acerca a Amará. —¡Cosita linda!— la saluda con un beso en la mejilla
—Nicolai que rico verte, te dije que vendría, además, no vengo sola. He traído a mi amiga, Valentina. Te la presento
—un placer— se acerca y le da propina un beso en la mejilla, para luego apartarse y mirarla de pies a cabeza —bienvenida— le sonríe coquetamente
—Amará, quiero algo de beber— Valentina ignora un poco al chico, pues su mirada es lujuriosa
—lo siento Nicolai, mi amiga es algo penosa. Al rato nos hablamos— se llevó a Valentina a la mesa donde hay diferentes tipos de licor —amiga no seas tan cortante
—lo siento Amará, no quiero arruinar la noche, solo que es notable que me quiere follar, su mirada lo dijo todo
—¿Y? Deberías estar feliz. Eres guapa, eso es lo bueno de serlo, puedes tener a cualquier hombre comiendo de tu mano, ven, toma está bebida, está deliciosa con sabor a cereza
—¿Me voy a emborrachar?
—no... Claro que no— sonríe maliciosa y Valentina bebió un sorbo
—es rico y dulce
—tómalo todo, vamos a divertirnos

Después de ochos vasos de trago con sabor a cereza, Valentina siente que todo le da vueltas. —¡Vamos a bailar!— Amará la lleva hacia la pista de baile —¡Quiero que muevas ese trasero como nunca!— la anima
—¡Está bien! Solo no me dejes sola
—¡Jamás!

Ambas chicas se ponen a bailar llamando sin querer, la atención de varios chicos, pero el más interesado es Nicolai, que no deja de mirar a Valentina con deseo.

—no sé por qué vengo a estas patéticas fiestas— Arthur  baja del auto
—por que conseguimos carne fresca, además, estas tan amargado que te urge tener sexo— Lionel se acerca
—mas te vale. Estoy que mato y como del muerto— Arthur ingresa al lugar, su amigo lo invito a esa dichosa fiesta

Lo peor de todo es que a Erick por poco se le salen los ojos de las cuencas, al ver desde una distancia a su jefecito Arthur Villarreal.

LINEA DELGADA HACIA EL AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora