Navegaron durante toda la noche, Percy se encargaba el solo del barco, pues ninguna de ellas tenia ni idea de como se maneja, lo intentaron y casi chocan contra unas grandes rocas
Mejor le dejaban el rango de capital a Percy.
Talvez ella era una hija de Poseidón pero los barcos no eran los suyo...
Annabeth se había mareado de mas y había decidido que tomaría un descanso en las hamacas mientras ella permanecía alado de Percy observando el horizonte. Divisaron monstruos mas de una vez, también vieron un penacho de agua tan alto como un rascacielos elevándose bajo la luz de la luna, luego una hilera de púas verdes se deslizo entre las olas, un reptil o algo parecido
La verdad no tenían ganas de averiguarlo.
Poco después de media noche, Annabeth subió a la cubierta, precisamente en ese momento pasaron por una isla con un volcán humeante
—Una de las fraguas de Hefesto —dijo Annabeth— Donde construye sus monstruos de metal
—¿Cómo los toros de bronce?
Ella asintió.
—Rodéalo y ponte a una buena distancia
No necesito que se lo repitiera.
Se alejaron de la isla y muy pronto no fue más que un borrón de neblina roja a popa.
Miro a Annabeth.
—El motivo de que odies tanto a los cíclopes... o sea, la historia de cómo murió Thalia de verdad...Cuéntame, ¿Qué ocurrió?
Apenas veía su expresión en la oscuridad.
—Está bien, tal vez tengas derecho a saberlo —dijo por fin.
—yo voy a el camarote a... la verdad no se, cuídense
Decidió que lo mejor era darles de nuevo su espacio, así evitaban conflictos por guardar secretos como los que ocurrieron durante su primera misión
Sip, ella lo sabía todo gracias a Grover, quien se encargó de contarle todo con sumo lujo de detalle
Lo extrañaba...
Ahora el hecho de que los mensajes y la información sobre su paradero hubieran dejado de llegar cobraba sentido
Uno de sus niños se encontraba en medio del mar de los monstruos, cautivo en una cueva con el destino de convertirse en la esposa de un cíclope o en su comida
No podía evitar pensar en cuanto miedo debería de tener el sátiro
El solo imaginárselo la llenaba de impotencia y no podía esperar para llegar a la isla y darle sus pataditas a Polifemo.
De su mochila sacó un cuaderno forrado con cuero negro y un lápiz de papel, seguía sin comprender del todo como Hermes supo de ellos
Su pequeño pasatiempo
ESTÁS LEYENDO
MESTIZOS
FanfictionElla era una semidiosa, la semidiosa más fuerte que pudo aver conocido, alguien que apesar de tener todo en contra siempre lograba encontrar una manera para salirse con la suya Aunque claro, en el buen sentido. Zaira era especial, tenía aquella chi...