NOS VAMOS A PIQUE

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—¿Es que no se le acaban nunca las rocas? —murmuro

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—¿Es que no se le acaban nunca las rocas? —murmuro.

—¡Nademos hasta el barco! —dijo Grover.

Él y Clarisse se zambulleron entre las olas. Annabeth se agarraba del cuello de clarisse e intentaba nadar con un brazo, aunque el peso del vellocino la abrumaba

Pero lo que le interesaba al monstruo no era el vellocino.

—¡Tú, joven cíclope! —rugió Polifemo—¡Traidor a tu casta!

Tyson se quedó helado.

—¡No lo escuches! —le dijo— Vamos

Tiro de su brazo, pero era como tirar de una montaña.

Él se volvió y encaró al viejo cíclope.

—No soy ningún traidor

—¡Sirves a los mortales! ¡A ladrones humanos! —gritó Polifemo, y le arrojó la primera roca.

Tyson la desvió con el puño.

—No soy traidor —dijo— Y tú no eres de mi casta

—¡Victoria o muerte! —Polifemo se adentró entre las olas, pero aún tenía el pie herido.

Dio un traspiés y cayó de cabeza.

Habría sido muy divertido si no hubiera empezado a levantarse otra vez, escupiendo agua salada y soltando gruñidos.

—¡Percy! —chilló Clarisse— ¡Vamos!

Ya casi habían llegado al barco con el vellocino a cuestas

Si conseguía distraer al monstruo un poco más...

—¡Sigan! —les dijo Tyson— Ya entretengo yo al Gran Feo

—¡No! Te matará

—¡Ni se te ocurra Tyson!

Ya lo habían perdido una vez, y ninguno tenia pensado permitir que sucediera de nuevo.

—pero...

—en todo caso, lo haremos juntos

—Lucharemos juntos

—Juntos —repitió él, asintiendo.

Percy saco su espada mientras Thalassa volvía a aparecer en sus manos.

Polifemo avanzaba despacio, cojeando cada vez más, pero no tenía ningún problema en el brazo.

Les arrojó la segunda roca.

Se lanzo en plancha hacia un lado, pero lo habrían aplastado igualmente si Tyson no hubiese hecho añicos la roca con el puño.

Zaira ordeno al oleaje que se levantara y a continuación una ola de seis metros lo alzó en su cresta. Percy Cabalgeo sobre ella hacia el cíclope, le dio una patada en el ojo y salto por encima de su cabeza mientras el agua lo lanzaba hasta la playa

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