Zaira se cruzó de brazos, mirando a Grover, que estaba de pie en la entrada de su cabaña con una expresión preocupada. Era un domingo a las 7 de la mañana, y ya era un milagro que ella estuviera despierta.
—¿Sucedió algo? —preguntó, alzando una ceja—. ¿Acaso ese idiota de Michael volvió a molestarte? Porque si es así, esta vez no solo voy a hablar con él —murmuró, pensando en cómo darle un buen castigo al sátiro que siempre le arruinaba el día a Grover.
—N-no es eso —negó Grover—. Es algo... peor.
—¿Algo peor? —Zaira lo miró con desconfianza, notando cómo él evitaba su mirada.
—Dionisio y Quirón quieren hablar con Percy.
Zaira se tensó de inmediato. No esperaba que lo llamaran tan pronto. Literalmente había sido reclamado por su padre hace unos días.
—¿Para qué hora? —preguntó, soltando un suspiro.
—Dijeron que podía ir después del desayuno...
Zaira observó a Grover, sospechando que había algo más. Colocó una mano en su hombro, lo que hizo que él se sobresaltara.
—Grover, ¿pasó algo más? —insistió.
Grover retrocedió, nervioso.
—N-no, no es nada —respondió, alejándose.
Zaira decidió no presionarlo más. No quería que huyera al bosque, como había hecho antes cuando lo obligaron a contar algo.
—Está bien —dijo, girándose hacia la puerta—. Iré a despertar a Percy.
Grover asintió en silencio mientras ella entraba en la cabaña de Poseidón. Se acercó a la cama de Percy, que dormía profundamente, y se sentó en el borde. Mientras le acomodaba el cabello, comenzó a preguntarse si su padre había hecho bien en reclamarlo tan pronto, sumergiéndolo en un conflicto del que ni siquiera estaba al tanto.
—Percy, despierta —lo movió suavemente.
Él abrió los ojos lentamente, solo para cerrarlos de nuevo al sentir la luz que entraba por las ventanas.
—Mmh... —se sentó en la cama, estirándose—. ¿Qué pasó?
—Vístete. Tenemos que ir a desayunar —respondió Zaira.
Percy, aún somnoliento, se levantó y se puso los zapatos. Después, fue prácticamente arrastrado al comedor, donde las ninfas ya servían el desayuno. Se sentó en la mesa asignada a su cabaña, mientras Zaira le colocaba un pan en el plato.
—¿Por qué estamos tan temprano despiertos? Anoche dijiste que podríamos dormir hasta las diez —preguntó Percy, aún bostezando.
—Lo sé, pero surgió algo importante —respondió Zaira, sirviéndole jugo.
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MESTIZOS
FanfictionElla era una semidiosa, la semidiosa más fuerte que pudo aver conocido, alguien que apesar de tener todo en contra siempre lograba encontrar una manera para salirse con la suya Aunque claro, en el buen sentido. Zaira era especial, tenía aquella chi...