Max Pov's
La fiesta todavía estaba en pleno apogeo . Las luces parpadeaban al ritmo de la música, y el ambiente estaba cargado de euforia. Aunque normalmente disfrutaría de estos momentos de celebración, mi mente estaba en otro lugar. La discusión con Lana seguía resonando en mi cabeza, un eco constante que no me dejaba en paz.
Busqué a Checo entre la multitud, pero no lo vi por ningún lado. Decidí salir a buscarlo, necesitando una conversación que pudiera aclarar mis pensamientos y olvidarme otra vez de lo que habia pasado,mientras caminaba por el vestíbulo del hotel, vi algo que me hizo detenerme en seco.
Lana estaba saliendo del hotel, acompañada por Carlos Sainz. Se reían y charlaban, pareciendo tan cómodos juntos. Sentí una punzada de celos que no pude explicar. ¿Por qué me molestaba tanto verlos juntos?.Se suponía que odiaba a Lana, pero en ese momento, mis sentimientos eran un enredo de confusión y frustración.
Sacudí la cabeza, tratando de apartar esos pensamientos y centrándome en mi búsqueda de Checo. Después de unos minutos, lo encontré en el pasillo del hotel, cerca de la habitación de Lana. Para mi sorpresa, lo vi deslizando algo por debajo de su puerta.
- ¿Checo? -llamé, tratando de no sonar tan sorprendido como me sentía.
Checo se enderezó rápidamente, con una expresión de culpa momentánea antes de forzar una sonrisa. - Ah, Max, ¿Qué haces aquí? -
-Podría preguntarte lo mismo -respondí, acercándome. - ¿Qué estabas haciendo? -
Checo suspiró, sabiendo que no tenía sentido ocultarlo. - Dejando una foto. Pensé que podría ayudar a recordar los buenos tiempos -
Fruncí el ceño, intrigado y un poco molesto. - ¿Qué foto? -
Checo sacó otra copia de la foto de su bolsillo y me la mostró. Era una imagen de Lana y yo cuando éramos niños, sonriendo después de una carrera de karting. El recuerdo me golpeó con una mezcla de nostalgia y dolor
- ¿Por qué harías eso?¿Como conseguiste esta foto? - pregunté, mi voz más dura de lo que pretendía.
Checo me miró con calma, como siempre lo hacía. - Porque ambos necesitan recordar lo que una vez significaron el uno para el otro. Esta rivalidad está consumiendo más de lo que deberían permitir. Además, vi que había algo más allá del odio en sus ojos hoy y respondiendo tu segunda Pregunta,Fernando me la dio -
Miré la foto, mi mente revolviéndose con los recuerdos y las emociones que despertaba. No podía negar que había algo en lo que Checo decía. La relación entre Lana y yo no siempre había sido así de tóxica. Hubo un tiempo en que éramos amigos, en que compartíamos sueños y risas.
- No estoy seguro de que esto ayude -dije finalmente, aunque mi voz había perdido algo de su dureza.
- Dale una oportunidad, Max - insistió Checo. - Si no para reparar la relación, al menos para cerrar las heridas del pasado. A veces, recordar el comienzo puede ayudarnos a encontrar un nuevo camino -
Suspiré, sintiéndome abrumado. - Está bien. Veremos qué pasa. Pero no prometo nada -
Checo asintió, con una sonrisa de aprobación. - Eso es todo lo que te pido. Ahora, volvamos a la fiesta. Necesitas distraerte un poco -
Asentí, aunque mi mente seguía girando en torno a la imagen de Lana y yo, a los recuerdos que creía olvidados y a la confusión de mis sentimientos. Mientras caminábamos de regreso a la fiesta, no podía dejar de pensar en lo que había visto antes. Lana y Carlos, riendo juntos, ajenos a mi tormento interno.
Quizás Checo tenía razón. Tal vez era hora de enfrentar esos sentimientos, de aclarar las cosas de una vez por todas. Pero por ahora, necesitaba un respiro de todo eso, una pausa en la que pudiera perderme en la música y la alegría, aunque solo fuera por un momento.
Mientras la fiesta continuaba, me di cuenta de que el verdadero desafío no estaba en la pista, sino en resolver el caos dentro de mi propio corazón.
[...]
La fiesta había llegado a su fin. Las risas y la música se desvanecían mientras los invitados se dispersaban, algunos tambaleándose hacia sus habitaciones, otros simplemente buscando un momento de silencio tras la euforia. Caminé lentamente hacia mi habitación, sintiendo el peso del día y de mis pensamientos. Mi habitación estaba en el mismo piso que la de Lana,algo que no podía ignorar ahora que sabía lo que Checo había hecho.
Al doblar la esquina del pasillo, vi a Lana caminando hacia su puerta. Se movía con una mezcla de cansancio y determinación, y mi corazón se aceleró al verla. Una parte de mí quería acercarse y hablar con ella, aclarar las cosas de una vez por todas. Pero otra parte, más grande, estaba llena de dudas y temores.
Decidí esconderme en un rincón oscuro del pasillo, observando. Quería ver si hacía algo respecto a la foto que Checo había dejado. Quería ver si había algún indicio de que también estaba luchando con estos sentimientos contradictorios.
Lana abrió la puerta y entró en su habitación. Mantuve mi posición, esperando, mi respiración casi inaudible en el silencio del hotel. El tiempo pasaba lentamente, y con cada segundo que pasaba, mi impaciencia crecía.
No oí nada del otro lado de la puerta, ningún sonido que indicara que había encontrado la foto. Después de lo que pareció una eternidad, la curiosidad me venció. Me acerqué un poco más, tratando de escuchar algún indicio de su reacción. Pero no hubo nada. Solo silencio.
Finalmente, la frustración se hizo insoportable. Volví sobre mis pasos y me dirigí a mi habitación. Al llegar, me dejé caer en la cama, mirando el techo con una mezcla de enojo y desilusión.
¿Qué esperaba encontrar?,¿Que Lana saliera corriendo al pasillo, buscando respuestas?,¿Que rompiera en lágrimas al ver la foto?.
Mis expectativas eran irracionales y lo sabía, pero no podía evitar sentirme decepcionado. Tal vez había sido una tontería esperar que algo cambiara con solo una foto.
Mientras me revolvía en la cama, los recuerdos de nuestra infancia volvían a mi mente. Los días de karting, las risas compartidas, las promesas de conquistar el mundo juntos. Todo parecía tan simple entonces. Ahora, todo estaba enredado en una maraña de rivalidades, resentimientos y palabras no dichas.
Suspiré, cerrando los ojos en un intento de calmar mi mente. No podía seguir así. Checo tenía razón; necesitábamos hablar, enfrentar nuestros demonios y, de alguna manera, encontrar una solución. Pero esta noche, no era el momento.
Me giré hacia un lado, abrazando la almohada y dejándome llevar por el agotamiento. Mañana sería otro día, otra oportunidad para intentar resolver este caos emocional. Pero por ahora, necesitaba descansar, aunque fuera solo para escapar momentáneamente de la tormenta dentro de mí.
Con esos pensamientos, finalmente me dejé arrastrar por el sueño, la imagen de Lana y yo en nuestros días de karting grabada en mi mente, un recordatorio constante de que, pese a todo, aún había algo que valía la pena salvar.
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Esperemos que Checo tenga razón y pueda lograr que estos dos se lleven bien.
Gracias por todo el apoyo que le están dando a la historia 🫶🏻
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Racing Hearts|Max Verstappen
RomanceMientras compiten por la gloria en el Campeonato Mundial, Lana y Max deben navegar por un camino lleno de desafíos, tanto en la pista como en sus corazones. Las presiones de la fama, las expectativas familiares y los rumores en el paddock ponen a pr...