Advertencia:+18
Lana Pov's
El rugido de los motores llenaba el aire mientras nos alineábamos en la parrilla de salida del Gran Premio de Australia. Estaba en la tercera posición, concentrada al cien por cien en la carrera. El semáforo se apagó y salimos disparados. Las primeras vueltas fueron intensas, con cada piloto luchando por ganar posiciones.
La carrera empezo difícil pero me enfoqué en mantener mi posición y buscar oportunidades para adelantar. Pero en la vuelta 3, vi algo que me inquietó: una pequeña llama en la parte trasera del auto de Max. Sabía que algo andaba mal. Carlos aprovechó la situación y lo rebasó rápidamente.
Avance un poco más pasando a Max y vi por mi retrovisor como entraba a los Box,Sabía que esta enojado.
Mi ingeniero, Sebastian, me informó por radio. - Max tiene problemas con los frenos, Lana. Ha tenido que retirarse -
Sentí una punzada de preocupación por Max, pero no podía permitirme perder la concentración. Seguí empujando con fuerza, aprovechando cada curva y cada recta para ganar terreno. Ahora estaba en segundo lugar, y mi objetivo era claro: mantener esa posición hasta el final o poder pasar a Sainz.
La bandera a cuadros ondeó, y crucé la línea de meta en segunda posición. El alivio y la alegría me inundaron. Había logrado subir al podio. Mientras levantaba el trofeo del segundo lugar, busqué en la multitud a Franco pero allí, entre la gente, vi a Max.
Sus ojos me seguían con una intensidad que reconocí al instante. Sabía que esa mirada era de deseo. No podía dejar de mirarme de arriba a abajo. Sentí un escalofrío recorrerme. Cuando al percatarse de que lo estaba mirando, Max me guiñó un ojo y me hizo una seña clara: quería que lo buscara después del podio.
Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba mantener la compostura. Celebré con Carlos, felicitándolo por su victoria. Pero, en el fondo, no podía dejar de pensar en lo que Max haría cuando estuviera con él. Intenté disimular mi nerviosismo y disfruté del momento en el podio, pero mi mente seguía regresando a Max y a la promesa implícita en su mirada.
Después de la ceremonia, me dirigí al Hospitality de red bull, tratando de mantener la calma. Sabía que lo que sucedería a continuación sería intenso, y no podía evitar sentir una mezcla de anticipación y nerviosismo. Había logrado subir al podio, pero sabía que el verdadero desafío estaba por venir.
Max me estaba esperando, y no tenía la menor idea de lo que estaba a punto de pasar.
Con el trofeo del segundo lugar aún fresco en mi memoria, me dirigí al hospitality de Red Bull. Tenía que ver a Max, aunque sabía que no sería fácil. Christian Horner estaba justo en la entrada, charlando con algunos miembros del equipo.
- ¿Todo bien, Lana? - me preguntó Christian cuando me vio acercarme.
- Sí, Christian. Solo vine a ver a Checo. Quiero felicitarlo por su carrera que hizo a pesar de no haber quedado en el podio - mentí con una sonrisa convincente.
Christian asintió y me dejó pasar. Respiré aliviada y me dirigí rápidamente a la sala de relajación de Max. Toqué la puerta y esperé, el corazón me latía con fuerza.
- Pasa - escuché la voz de Max desde el otro lado.
Entré y lo vi sentado, su traje de piloto bajado hasta la cadera, su torso cubierto por su camiseta de carrera y su pelo ligeramente despeinado. Sus ojos estaban llenos de deseo, su mirada me dejó sin aliento.
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Racing Hearts|Max Verstappen
RomanceMientras compiten por la gloria en el Campeonato Mundial, Lana y Max deben navegar por un camino lleno de desafíos, tanto en la pista como en sus corazones. Las presiones de la fama, las expectativas familiares y los rumores en el paddock ponen a pr...