Racing Hearts|Max Verstappen

¿Venganza? (33)

Lana Pov's

Estábamos en el motorhome de Max, la tranquilidad del ambiente nos envolvía mientras él me acariciaba el cabello, su respiración calmada mezclándose con la mía. Yo, tumbada a su lado, acariciaba su pecho desnudo, sintiendo la calidez de su piel bajo mis dedos. Habíamos pasado el día juntos, disfrutando de momentos robados entre carreras y tensiones, pero en la calma de esta habitación, todo parecía detenerse.

— Max — murmuré, mi voz suave en la quietud de la noche. — ¿Crees que Kelly sospecha algo? No sé… a veces tengo la sensación de que nos mira raro —

Él negó con la cabeza, sonriendo levemente mientras me acariciaba el cabello con ternura. — No lo creo. He sido muy cuidadoso. Sabe que soy distante últimamente, pero eso es parte del plan —

— ¿Y Charles? — Pregunté, mordiéndome el labio con nerviosismo. Sabía que Charles era mucho más perspicaz y no dejaría pasar una traición tan fácilmente.

Max soltó un suspiro y me miró a los ojos, con una chispa de determinación en su mirada. — Con Charles será diferente. La venganza contra él va a ser más difícil, pero más satisfactoria. Ya sabes lo que quiero… quiero que sufra, que se dé cuenta de que no puede jugar con nuestras vidas como si no importara —

Lo miré con una pequeña sonrisa. — Te ayudaré en lo que necesites, Max. Estoy contigo en esto —

Él me devolvió la sonrisa antes de inclinarse y besarme suavemente. Sentí su calor, la fuerza de su deseo por hacer las cosas bien esta vez, por vengarse de quienes nos habían traicionado. Después del beso, me miró con un brillo travieso en sus ojos.

— Oye — dijo, su voz ligeramente más relajada, — George ha ganado hoy. Estaba pensando en ir a celebrar con los demás pilotos. ¿Te gustaría venir? —

Asentí, sonriendo. — Claro, pero tengo una idea. Lleva a Kelly también. Tengo algo en mente para esta noche —

Max soltó una risa ligera, pero se inclinó hacia mí, sus manos acariciando mi cintura mientras me sentaba sobre sus piernas.
— Eres malvada, ¿sabes? —  Me dijo con una sonrisa pícara. — Pero eso me gusta —

— ¿Qué puedo decir? — Me encogí de hombros con una risita. — Solo quiero que se dé cuenta de quién está realmente ganando aquí —

Antes de que pudiera responder, se inclinó para besarme otra vez, pero justo en ese momento la puerta del motorhome se abrió de golpe. Me aparté rápidamente de Max, tapándome con la sábana mientras Carlos y Lando entraban sin previo aviso.

— ¡Perdón! — exclamó Carlos, levantando las manos en señal de disculpa al vernos en esa situación. — No sabíamos que estabas… ocupado —

Max frunció el ceño, claramente molesto.
— ¿Qué demonios? ¿No saben tocar? —

— Tocamos —  se defendió Carlos, cruzando los brazos. — Pero como no respondías, pensamos que estabas dormido o algo —

Lando, que estaba justo detrás de Carlos, soltó una risita y añadió: — Bueno, claramente no estaba dormido. Estaba ocupado… y mucho —

Me cubrí la cara con ambas manos, sintiendo el calor subir por mis mejillas. Estaba completamente avergonzada. Max, en cambio, solo suspiró, mirando a ambos con una expresión entre divertida y exasperada. — ¿Qué quieren? —

Carlos se aclaró la garganta, más serio ahora. — Max, necesito hablar contigo… a solas. Hay algo importante de lo que quiero hablar —

Max asintió, su expresión cambiando a una más seria. — Está bien. Dame un segundo — Se levantó de la cama, aún cubierto con las sábanas, y se vistió rápidamente. Antes de salir, se inclinó hacia mí y me dejó un suave beso en los labios.
— Nos vemos luego, Amor —