Charles Pov's
Estaba en un rincón del bar, alejado de las miradas curiosas, con la luz apenas iluminando mi rostro mientras jugaba con el vaso de whisky entre las manos. El sonido suave del jazz envolvía el ambiente, y el murmullo de conversaciones ajenas llenaba el espacio a mi alrededor. Sin embargo, mi mente estaba lejos de todo eso. Hoy no había venido por la música ni por la bebida; había venido a cerrar un capítulo, a ajustar algunos detalles de un plan que no estaba funcionando tan rápido como había esperado.
Levanté la mirada cuando la puerta del bar se abrió y vi a Jane entrar. A pesar de lo que sucediera en nuestras conversaciones, Jane siempre tenía esa presencia altiva que no pasaba desapercibida. Caminó directo hacia mí, con el ceño fruncido, como si ya supiera lo que iba a decirle. Apenas se sentó frente a mí, dejé el vaso a un lado, sin rodeos.
— No estás haciendo bien tu trabajo — le solté de golpe, mirándola a los ojos.
— Max sigue sin confiar de ti lo suficiente. Necesitas ser más directa, más intensa —Jane frunció más el ceño, visiblemente irritada. Sabía que no le gustaba que le dieran órdenes, y menos que le dijeran que estaba fallando.
— ¿Ah, sí? ¿Y qué se supone que debería hacer? — me replicó con una voz cargada de sarcasmo. — He estado coqueteándole todo lo que puedo sin hacerme la más obvia del mundo. El problema no soy yo, es Max. Está demasiado obsesionado con Lana —
Rodé los ojos ante su respuesta. Sí, sabía que Max tenía a Lana muy presente, pero la idea era justo esa: sembrar la duda en su cabeza, hacer que cualquier gesto de Jane lo desconcertara. No estaba funcionando como esperaba, y no me iba a quedar de brazos cruzados esperando.
— No es suficiente — dije con voz firme.
— Max es terco, pero hasta el más terco empieza a tambalear cuando se le golpea lo suficiente en el mismo lugar. Tienes que ser más evidente, más audaz. Ponlo en situaciones donde sienta que podría estar traicionando a Lana, aunque no sea consciente —Jane se cruzó de brazos, claramente fastidiada. — ¿Y por qué no te encargas tú mismo de hacer que se tambalee? Se supone que eres el genio detrás de todo esto, ¿no? Así que deja de darme órdenes y empieza a actuar —
La miré en silencio por un momento, dejando que sus palabras cayeran en la atmósfera densa del bar. Jane no entendía el alcance de lo que estaba en juego aquí, lo que significaba mover las piezas correctas. Mi plan no dependía solo de ella, pero era una pieza importante, y tenía que cumplir su papel.
— Esto es solo el comienzo — le respondí, mi voz baja pero cargada de certeza. — Tengo otros planes en mente, Jane. Pero tú eres crucial en este. Si no haces tu parte, lo demás no funcionará. No es cuestión de coquetear un poco, es cuestión de hacerlo tambalear emocionalmente. Que sienta que su lealtad hacia Lana está en peligro, que dude de todo —
Jane me miró fijamente, sus ojos llenos de dudas y molestia. — ¿Y cuáles son esos planes tuyos, Charles? — preguntó, entrecerrando los ojos como si tratara de descifrarme.
Sonreí, una sonrisa apenas perceptible. No iba a darle todos los detalles; no era necesario que supiera cada movimiento. Ella solo tenía que seguir con lo que le había pedido, y el resto caería por su propio peso.
— Ya lo verás — le dije, en un tono que no dejaba lugar a más preguntas. — Solo haz lo que te dije. Lo demás, déjamelo a mí —
Jane rodó los ojos, claramente harta de la conversación. Se levantó de la silla sin siquiera terminar su bebida, y sin una palabra más, se dirigió hacia la salida del bar. La vi irse con su actitud altiva, como si el mundo estuviera en su contra. Pero no me importaba. Sabía que haría lo que le había pedido, por mucho que refunfuñara.
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Racing Hearts|Max Verstappen
RomanceMientras compiten por la gloria en el Campeonato Mundial, Lana y Max deben navegar por un camino lleno de desafíos, tanto en la pista como en sus corazones. Las presiones de la fama, las expectativas familiares y los rumores en el paddock ponen a pr...