La hija del Jefe (37)

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Max Pov's

El sonido insistente del teléfono me despertó de golpe. Entrecerré los ojos, buscando a tientas el dispositivo en la mesita de noche mientras miraba el reloj con una sensación de incredulidad. 7:00 a.m. Apenas había dormido un par de horas y ya alguien decidía que era un buen momento para molestar.

Finalmente, agarré el teléfono y contesté, la voz adormilada y malhumorada.

— ¿Sí? —

— Max, necesito un favor — La voz de Horner sonaba firme, pero había un leve tono de urgencia en su voz.

— ¿Qué pasa? — Pregunté, frotándome los ojos.

— Jane está llegando al aeropuerto y no tengo forma de ir a buscarla. ¿Podrías hacerlo por mí? Sólo esta vez, te lo prometo —

— ¿En serio, Christian? ¿A las 7 de la mañana? — Gruñí, incapaz de contener mi frustración.

Te lo compensaré, Max. Te debo una. Sólo esta vez —

Suspiré. Sabía que no tenía salida. Si no lo hacía, me lo recordaría por el resto de la temporada. No quería cargar con esa deuda.

— Está bien, pero que quede claro que lo hago sólo esta vez —

Eres un buen chico. Te envío los detalles del vuelo. Gracias —

El teléfono se quedó en silencio y yo me levanté de la cama, todavía molesto. Mientras me vestía rápidamente, recibí un mensaje con los detalles del vuelo. Me sentía atrapado en una tarea que no quería hacer, pero ya estaba comprometido.

Me puse mis jeans y una camiseta sencilla, cogí las llaves del auto y salí de mi departamento. Durante el trayecto hacia el aeropuerto, mis pensamientos volvían incesantemente a Lana. Me detuve en un semáforo y decidí llamarla para al menos escuchar su voz.

Conecté el teléfono a la pantalla del auto y marqué su número. Al segundo tono, ella contestó.

Hola, mi amor — dije suavemente, con un apodo cariñoso.

Hola, Dormilón — respondió ella, su tono cálido, aunque un poco somnoliento.

— ¿Cómo dormiste? —

— Bien, pero te extraño. Tengo ganas de verte... para dormir juntos —

Reí, sintiendo cómo mi mal humor se desvanecía un poco al imaginarme a su lado.

— No te preocupes, voy a llegar lo más rápido que pueda. Sólo tengo que hacer una cosa primero —

— Te estaré esperando — me dijo con una voz dulce, — te amo

Yo también te amo —  Suspiré con una sonrisa antes de despedirme. — Debo colgar ahora, pero nos vemos pronto —

Ella se despidió, y la llamada terminó. Me sentí un poco más relajado mientras seguía conduciendo hacia el aeropuerto. Pensé en lo afortunado que era de tener a alguien como Lana en mi vida, alguien que me entendía, incluso con todo lo que había pasado. No podía esperar a verla de nuevo a pesar de que la ya la había visto la noche anterior.

Finalmente, llegué al aeropuerto. Miré mi reloj y vi que había llegado demasiado temprano, así que decidí sentarme en una de las bancas y revisar mi teléfono para pasar el tiempo. Las horas pasaron lentamente, y cuando se hicieron las 8:30, algo llamó mi atención. Una sombra se interpuso en la luz de mi celular, y levanté la vista.

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