Lana Pov's
El día de la carrera había llegado, y el aire estaba cargado de emoción y tensión. Sin embargo, mientras me encontraba sentada en mi monoplaza, esperando que llegara la hora de salir a la pista, un nudo de preocupación se asentaba en mi estómago. No era algo común, pero hoy había algo que no me dejaba en paz. Miraba las pantallas que proyectaban los preparativos finales, las gradas llenas, los mecánicos corriendo de un lado a otro, pero todo se sentía distante, casi irreal.
Sebas se acercó y me observó detenidamente a través del casco, notando mi inquietud.
— ¿Todo bien, Lana? — preguntó, con su característico tono calmado.
Lo miré, intentando sacudirme la sensación, pero no podía evitar ser sincera con él.
— No... No sé qué pasa, Sebas, pero tengo un mal presentimiento. Es como si algo malo fuera a suceder — admití, tratando de ignorar el escalofrío que me recorría la espalda.
Sebas se agachó a mi lado, apoyando una mano en mi brazo, en un intento de reconfortarme.
— Nada malo va a pasar, Lana. Lo haces increíble cada vez que te subes a este coche. Confía en ti misma y en tus habilidades. Has entrenado para esto y sabes lo que tienes que hacer. Haz tu carrera — me dijo con una serenidad que logró tranquilizarme un poco.
Sonreí por debajo del casco, agradecida por sus palabras. Siempre había sido mi mayor apoyo en momentos de duda, y hoy no era la excepción.
— Gracias, Sebas — le respondí, dándole un ligero golpe en el brazo.
El tiempo de la carrera llegó, y el equipo removió las cubiertas de las ruedas. Tomé una respiración profunda mientras el sonido de los motores comenzaba a retumbar a mi alrededor. Era el momento. La vuelta de formación empezó, y me concentré, bloqueando cualquier otra cosa que no fuera la pista y los coches frente a mí. Pero esa inquietud, ese mal presentimiento, seguía ahí, aunque lo intentaba ignorar.
Cuando llegamos a la parrilla de salida, el semáforo estaba listo para apagarse. Las luces rojas encendidas marcaban los últimos segundos antes de que todo comenzara. Al apagarse, reaccioné rápido, haciendo una buena salida y quedándome con el primer lugar, al menos por ahora. Max me seguía de cerca, casi respirando en mi alerón trasero, pero mantuve la concentración.
Las vueltas pasaron rápidamente. Estaba en la vuelta 37 cuando Max logró pasarme. Me apreté los dientes, pero seguí luchando, intentando no perder la calma. Lando también me alcanzó, y de repente me encontraba en tercera posición. La pelea por el segundo puesto con Lando era intensa, cada curva era una batalla, pero entonces lo sentí.
Un fuerte estallido.
Mi coche se tambaleó, y de inmediato supe lo que había pasado: una de las ruedas había explotado. Apenas tuve tiempo de reaccionar cuando el monoplaza salió disparado hacia las barreras. El impacto fue brutal, el ruido ensordecedor. Todo sucedió en un segundo, pero sentí como si el mundo se hubiera detenido por completo.
El Halo, gracias a Dios, me había salvado de lo peor del impacto, pero el coche se partió en dos y antes de que pudiera siquiera asimilar lo que estaba ocurriendo, el fuego comenzó a envolverse alrededor de mí. Estaba atrapada. Intenté moverme, pero el humo y las llamas hacían imposible ver con claridad.
Un destello de un recuerdo atravesó mi mente como un relámpago.
Era esa pesadilla, la que le había contado a Lando después de la gala. Había soñado con un accidente, con llamas envolviendo mi coche, con el dolor y el miedo de estar atrapada, sin poder salir. Recordaba cómo le conté que sentía el calor abrasador y cómo, en el sueño, nadie llegaba a ayudarme. Aquella pesadilla me había dejado tan perturbada que no había podido dormir bien durante días. Lando había tratado de calmarme, diciéndome que era solo un mal sueño, que no debía preocuparme. Pero ahora, todo se sentía demasiado real.
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Racing Hearts|Max Verstappen
RomanceMientras compiten por la gloria en el Campeonato Mundial, Lana y Max deben navegar por un camino lleno de desafíos, tanto en la pista como en sus corazones. Las presiones de la fama, las expectativas familiares y los rumores en el paddock ponen a pr...